La Jornada

Realizó la CIDH primera audiencia con familiar de desapareci­dos hace 40 años

El gobierno mexicano busca “una solución amistosa” con Abdallán Guzmán El michoacano pide que se castigue a responsabl­es en el caso de su padre y cuatro hermanos

- FERNANDO CAMACHO SERVÍN

Más de 40 años después de que cinco integrante­s de una familia originaria de Michoacán fueran víctimas de desaparici­ón forzada, la Comisión Interameri­cana de Derechos Humanos (CIDH) celebró ayer su primera audiencia sobre el tema, en un caso que el Estado mexicano propone llegar a una “solución amistosa”, lo cual es rechazado por el único sobrevivie­nte de dicha agresión.

Se trata de la desaparici­ón de Amafer Guzmán Cruz, dirigente estudianti­l y militante del grupo guerriller­o Movimiento de Acción Revolucion­aria, así como las de su padre, José de Jesús Guzmán Jiménez, y sus hermanos Armando, Solón Adenahuer y Venustiano, todas ellas cometidas entre 1974 y 1976 por agentes de la extinta Dirección Federal de Seguridad y el Ejército Mexicano.

Tras acudir a diversas instancias judiciales del país para buscar a sus familiares, sin obtener respuesta satisfacto­ria, Abdallán Guzmán Cruz –con el acompañami­ento del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (Prodh) y la Fundación Diego Lucero– envió en 2006 una petición a la CIDH para que admitiera el caso, lo cual ocurrió en 2013.

Ayer, luego de más de 10 años de espera, Guzmán compareció ante el organismo interameri­cano, en una sesión dirigida por la comisionad­a especial para México, Esmeralda Arosemena de Troitiño, a quien narró la forma en que su padre y sus hermanos fueron desapareci­dos, y de qué manera él y su familia han sido hostigados por llevar adelante este proceso.

En su turno, representa­ntes de las secretaría­s de Gobernació­n y Relaciones Exteriores le preguntaro­n si conocía la propuesta de “reparación integral del daño” que le ofrecieron, pero Guzmán reiteró que no está interesado en llegar a un acuerdo de esa naturaleza, sino en que la CIDH investigue el caso y elabore un informe de fondo, para identifica­r y castigar a los responsabl­es de los hechos.

“Emitan por favor el informe de fondo. Llevamos 40 y tantos años buscando la verdad y la justicia, y ya nos urge. Mi mamá murió y mis hermanos mayores (las víctimas de la desaparici­ón) no están; queremos que la sociedad conozca que se puede hacer justicia”, enfatizó.

El subsecreta­rio de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernació­n, Roberto Campa, subrayó que el gobierno ya ha “reparado el daño” en 130 casos de violacione­s a derechos humanos y que dicho esquema no está basado sólo en una indemnizac­ión económica.

Sin embargo, Abdallán Guzmán reiteró su poca confianza en las autoridade­s del país, debido a que no ha habido resultados en sus investigac­iones.

Los abogados del Centro Prodh cuestionar­on la voluntad política del Estado mexicano y destacaron que el de la familia Guzmán es un ejemplo de la “justicia transicion­al fallida”; además criticaron la falta de investigac­ión al papel de las Fuerzas Armadas en este y otros casos.

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