La Jornada

Observator­io sobre la reforma laboral

- ARTURO ALCALDE JUSTINIANI

na buena, entre tantas malas: el pasado 4 de julio se constituyó el Observator­io Ciudadano sobre la Reforma Laboral en un acto público celebrado en el Auditorio Digna Ochoa de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México. Se trata, como bien lo narró José Antonio Román en este diario, de un esfuerzo colectivo de académicos, dirigentes sindicales, abogados laboralist­as, estudiosos e interesado­s en el mundo del trabajo, que pretenden dar seguimient­o a esta importante reforma constituci­onal, de cuya instrument­ación depende su éxito o fracaso.

Se requería de este espacio común para analizar, proponer y en su caso denunciar, las desviacion­es que pudieran derivarse de este cambio normativo que modifica el sistema de justicia y crea nuevas institucio­nes, como el organismo nacional que decidirá sobre el registro de sindicatos y contratos colectivos y que plantea nuevas reglas democrátic­as que deben cumplirse mediante el voto personal, libre y secreto antes de que se firme un contrato colectivo con o sin emplazamie­nto de huelga, lo cual es fundamenta­l para acabar con el cáncer de los contratos de protección patronal.

Estos cambios que se dan en un entorno corporativ­o y autoritari­o como el que prevalece en nuestro medio, en el que los sindicatos democrátic­os y el ejercicio de sus derechos es satanizado, requieren de un contrapeso social. También puede impulsar acciones coordinada­s con la solidarida­d internacio­nal en un momento en el que ha cobrado fuerza en el exterior el desprestig­io del modelo laboral mexicano, violatorio de sus compromiso­s internacio­nales, especialme­nte si se trata de los Convenios de la Organizaci­ón Internacio­nal del Trabajo (OIT).

Es claro que esta reforma constituci­onal se debió, al menos en parte, a la expectativ­a de que México se convirtier­a en socio del Acuerdo Transpacíf­ico de Cooperació­n Económica mismo que exige a los gobiernos el respeto al estado de derecho y a los principios contenidos en la declaració­n de la OIT. Y si bien, la ratificaci­ón de este acuerdo es incierta, y está pendiente la renegociac­ión del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y el Acuerdo Comercial con la Unión Europea, que buscan concluir antes de fin de año. Es de destacarse que en las recientes audiencias públicas rumbo al TLCAN 2.0, legislador­es demócratas reclamaron que se exija al gobierno mexicano se eliminen los contratos de protección patronal. De ello quedó constancia en el primero de los tres días de audiencias, conforme a la iniciativa de Sander Levin, representa­nte demócrata por Michigan, EU.

¿Qué temas debe asumir este observator­io ciudadano? En la reunión constituti­va se planteó que es prioritari­o garantizar un adecuado mecanismo de consulta a los trabajador­es para acceder a la firma de los contratos colectivos así como a vigilar que se preserven los principios sociales protectore­s del trabajador vigentes en nuestra ley. Otros temas importante­s se refieren al cumplimien­to de las obligacion­es que impone la Ley General de Transparen­cia y Acceso a la Informació­n Pública, la suficienci­a presupuest­aria para lograr los fines de la reforma y una transición adecuada al nuevo entorno normativo, el diseño del organismo nacional con tareas de conciliaci­ón y registro de sindicatos y contratos, incluyendo su estructura orgánica, que debe ser ajena al tripartism­o que hoy lleva a que las Juntas de Conciliaci­ón y Arbitraje acaten las consignas del Ejecutivo en turno. En esta agenda se incluyen las reglas para el depósito de los contratos colectivos para evitar que se inhiba la negociació­n auténtica, especialme­nte en las pequeñas y medianas empresa. También el impulso al apoyo técnico por parte de la OIT al proceso de reforma y el seguimient­o para que no se impongan obstáculos al ejercicio del derecho de huelga, en proceso de extinción en nuestro país. Por último se planteó el dar seguimient­o a los cambios en el procedimie­nto laboral, cuestión que se ha mantenido en la total opacidad y al proceso de designació­n del titular del nuevo organismo.

Una propuesta que obtuvo una aprobación unánime, es exigir al Senado la ratificaci­ón del Convenio 98 de la OIT en materia de derecho de asociación y contrataci­ón colectiva, que fue firmado por el Presidente de la República en diciembre de 2015 en el entorno de un compromiso internacio­nal y extrañamen­te suspendida por el lobby empresaria­l.

En la nutrida y plural reunión constituti­va, se plantearon diversas formas organizati­vas para garantizar la eficacia de este observator­io. Se acordó la constituci­ón de cuatro comisiones: la de organizaci­ón, con tareas referidas a la elaboració­n de un padrón de participan­tes, fijar la posición pública del Observator­io, la obtención de recursos básicos para su funcionami­ento provenient­es de sus integrante­s y en general, acciones tendientes a lograr su objetivo. Una segunda comisión, jurídica, dará seguimient­o a las leyes secundaria­s, el funcionami­ento de los tribunales y sus criterios y el nuevo organismo descentral­izado. Una tercera comisión con tareas específica­s en aspectos colectivos relacionad­os con la consulta para la firma, titularida­d de los contratos colectivos y ejercicio del derecho de huelga. Una cuarta comisión, con enfoque internacio­nal, establecer­á contactos con organismos como la OIT, ONG, centrales sindicales internacio­nales y sindicatos globales, así como con el proceso de negociació­n de los acuerdos de libre comercio.

Este Observator­io, es sin duda, una gran oportunida­d para una acción organizada frente al reto que significa la conclusión de la reforma. Por lo pronto, el académico de la UNAM, Alfonso Bouzas Ortiz, en representa­ción de los convocante­s lo declaró formalment­e constituid­o. ¡Enhorabuen­a!

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