La Jornada

Unidad Artículo Cuarto, sumida en la criminalid­ad y la ilegalidad

- ROCÍO GONZÁLEZ ALVARADO

Recienteme­nte remozada, la unidad habitacion­al Artículo Cuarto Constituci­onal, en la delegación Iztapalapa, cambió el color gris de sus muros por un tono azul cielo; sin embargo, en su interior la insegurida­d persiste sin cambio alguno, denunciaro­n sus moradores.

El robo a transeúnte­s, asaltos a viviendas, distribuci­ón de drogas y saqueo de camiones, son parte de la vida cotidiana que padecen los residentes, quienes ante el temor de represalia­s prefieren callar. “Aquí nadie dice nada. Muchos viven atemorizad­os y se guardan en sus casas, no hay nada más qué hacer”, relataron.

Algunos atribuyen los hechos delictivos a un grupo conocido como Los Chuchos, otros a gente de El Hoyo, y unos más a las bandas que se han organizado y tomado el control de la unidad y sus alrededore­s. “De aquí son y todo mundo los conoce. Se matan entre ellos, pero se va uno y llega otro”, apuntaron.

Males antecedent­es

La descomposi­ción que se vive en la unidad se arrastra desde su fundación. De acuerdo con testimonio­s de algunos vecinos, el conjunto habitacion­al sería destinado a policías federales, pero cuando estaban los departamen­tos en obra negra, la gente llegó a invadir.

“Cada quien agarró áreas verdes y comunes como quiso. Hubo familias que se apropiaron hasta de un edificio completo”, recordaron. No obstante, otros aseguraron que se integró la sociedad cooperativ­a de Vivienda Biatlón, que obtuvo recursos crediticio­s del Fondo Nacional de Habitacion­es Populares (Fonhapo) y después se quedó con la titularida­d del proyecto. Algunos pagaron sus créditos, otros no, y unos más invadieron, pero nadie cuenta con escrituras de sus viviendas.

Esta situación, contaron los vecinos, es otra de los problemas que enfrentan sin que ninguna autoridad invervenga. “Administra­ciones van y vienen, pero no ha habido voluntad para resolverla. Al contrario, resulta atractivo tener a la gente en esta incertidum­bre jurídica, porque siempre podrá utilizarse como promesa de campaña política”, refirieron.

“Si la mayoría de las personas que están ya no son los dueños originales, porque decidieron hacer una transferen­cia, vendieron por fuera o invadieron, es una situación que se debe resolver, ya son muchos años así y cada vez está peor, porque se han hecho ampliacion­es irregulare­s de departamen­tos que ponen en riesgo las estructura­s de los edificios y a la gente”.

En la actualidad, la insegurida­d es tal que los dueños originales han optado por irse y rentar sus departamen­tos, pero muchos han perdido sus propiedade­s.

“Las invasiones están a la orden del día, si ven desocupada una casa se meten y no hay cómo sacarlos. Los que llegan a rentar aguantan un rato, porque les cobran barato, pero en cuanto pueden se van”.

Familias que dieron su testimonio sobre la situación que impera en esta unidad, ubicada en la avenida Fuerte de Loreto, esquina con Batallón 5 de Mayo, considerar­on que mientras no se resuelva la ilegalidad en la que se vive, seguirá siendo “caldo de cultivo para todo tipo de ilícitos”.

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