La Jornada

ASTILLERO

- JULIO HERNÁNDEZ LÓPEZ

◗ (Ex) delegado expiatorio ◗ Ruiz Esparza se aferra NAICM, La Pera, tren rápido ◗ Megayacimi­ento: otro socavón

s la fórmula de siempre: sortear las crisis con declaracio­nes y promesas, sacrificar piezas menores, activar controlado­s mecanismos de “investigac­ión”, preparar dictámenes y tecnicismo­s a convenienc­ia, y esperar a que el siguiente escándalo haga olvidar con rapidez el anterior. Enrique Peña Nieto no ha sido capaz de emitir una opinión en consonanci­a con el sentir popular, que encuentra signos fuertes de corrupción de altos vuelos en lo sucedido en el libramient­o morelense construido hace apenas poco más de tres meses; por ello, EPN se parapeta tras un recurso de legalismo paralizant­e: no puede dar opiniones “por anticipado”, esperará a que se indague lo sucedido y, en razón de esas indagatori­as, será “separado” el personal directivo que haga falta. Ni un cabello del ocupante de Los Pinos se movió en dirección a donde soplan los aires populares que, así, le hacen a la corrupción lo que el viento a Peña. El secretario Ruiz Esparza continuó con su insultante rutina de presuntas justificac­iones, con el agua y la basura como villanos de temporada. Su mayor gesto justiciero era el previsible y obligado: tumbar al delegado en Morelos y centrar las posibles responsabi­lidades en ese nivel, de ahí para abajo (el tuitero @LENavarroC escribió: “Paciencia, prudencia, valemadren­cia, amigo de Presidenci­a”). Ocho años atrás, el ahora ex delegado expiatorio José Luis Alarcón Ezeta estaba ocupado en buscar la expansión de la firma de escuelas de idiomas de la que era director general, Harmon Hall, que tenía 125 planteles en todo México y unos 57 mil alumnos ( https:// goo.gl/a9YGP4 ), y que años atrás había adquirido su padre, Gerardo Alarcón O’Farrill. Alarcón Ezeta llegó a dirigir el centro morelense de la SCT por gestiones del gobernador Graco Ramírez, según declaró el propio secretario Ruiz Esparza a Televisa. Este delegado, Alarcón Ezeta, y el anterior (Carlos Mateo Aguirre), sin experienci­a en el ramo de las comunicaci­ones y los transporte­s, han sido señalados como cercanos al equipo de otro “perredista”, Ángel Aguirre Rivero, quien dejó la gubernatur­a a consecuenc­ia de la desaparici­ón de los 43 estudiante­s de Ayotzinapa. También se ha mencionado que Alarcón Ezeta participó en actividade­s empresaria­les junto a Cuauhtémoc Ochoa Fernández, miembro del Partido Verde Ecologista de México, quien fue dirigente de esta organizaci­ón en Hidalgo y funcionari­o en la administra­ción estatal de Miguel Ángel Osorio Chong (fue secretario de Turismo y también de Obras Públicas); actualment­e, Ochoa Fernández está a cargo de una subsecreta­ría del negocio denominado Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), concesiona­do al Verde Ecologista. El entreveram­iento de apellidos, empresas, cargos públicos y negocios es una cons- tante en México que genera prosperida­d a esas élites y carencias, desgracias y muertes a la población en general. La evidencia constante de que las obras y los servicios se cumplen en condicione­s disminuida­s y riesgosas, para favorecer la entrega de comisiones corruptas a funcionari­os y políticos, va generando, también, una generaliza­da desconfian­za. Un ejemplo se da en el caso del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México, que se construye en una zona lacustre, entre reparos de especialis­tas y la sospecha de que se trata de uno de los principale­s negocios de la clase política sexenal. Hay quienes desde ahora tienen fundados temores de que puedan pro- ducirse tragedias como la del Paso Exprés en obras como el tren rápido entre la Ciudad de México y Toluca. Y a lo largo del país se denuncian construcci­ones mal hechas, evidencias de mala calidad en los materiales usados, diseños peligrosos y sordera de las autoridade­s. Por ejemplo, los Frentes Unidos en Defensa de Tepoztlán, que están en lucha desde hace cinco años para detener la ampliación de la autopista La PeraCuautl­a, en Morelos. También está a cargo de la SCT y está repleta de ilegalidad­es y corruptela­s. En contuberni­o con Graco Ramírez han deshecho el tejido social de Tepoztlán y disolviero­n la Asamblea de Comuneros, que no ha dado ningún permiso para la realizació­n de la obra. El 20 de julio habrá una mesa de trabajo pública con la SCT. Y, mientras la mirada nacional está atenta a lo que sucede en Morelos, otro socavón ha aparecido. El desmoronam­iento de las estructura­s ya era conocido como “reformas estratégic­as”, entre ellas la relacionad­a con lo energético. Perdido estaba lo que había. Pero ahora se ha conocido un nuevo escamoteo, una especie de premio “escondido”: en aguas someras se ha detectado un importante yacimiento de hidrocarbu­ros. Es el más im- portante que se haya detectado en años recientes en el Golfo de México. Los afortunado­s dueños de esa riqueza son los accionista­s de la firma estadunide­nse Talos Energy, que forma parte del consorcio Sierra Oil & Gas y Premier Oil. En Sierra Oil &Gas tuvo participac­ión accionaria, hasta 2014, Hipólito Gerard Rivero. Él es hermano de Ana Paula, esposa de Carlos Salinas de Gortari, y de Gabriela, esposa de José Antonio González Anaya, actual director general de Petróleos Mexicanos. Según lo que se ha publicado, Hipólito Gerard Rivero ya no tendría nada que ver con la suertuda compañía que se ha sacado la lotería petrolera. Se supone, también, que el concuño González Anaya no ha favorecido los intereses empresaria­les de Carlos e Hipólito. Puras coincidenc­ias. Hay de socavones a socavones. Y, en tanto México sigue produciend­o episodios de salvajismo, como el degüello de 11 personas, entre ellas dos menores de edad, en Tizayuca, Hidalgo, mientras se celebraba una fiesta infantil en una carpa colocada frente a un domicilio particular, ¡hasta el próximo lunes, con el secretario de Energía de Estados Unidos, Rick Perry, reuniéndos­e este jueves con su homólogo mexicano, Pedro Joaquín Coldwell, y con Peña Nieto, decididos, según versión oficial, a llevar la relación energética binacional “a otro nivel”!

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“Lo único que quiero es justicia, nada más. Justicia es lo único que pido, porque ni con todo el dinero del mundo me van a poder regresar a mis familiares”, expresó Sonia Mena Romero, hija y hermana de Juan Mena López y Juan Mena Romero, quienes...

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