Viudos homosexuales cobrarán pensión
El Conapred emite resolución
El Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) emitió una resolución que permitirá a las personas del mismo sexo que contraigan matrimonio recibir la pensión de viudez en caso de fallecimiento del o la cónyuge.
La Resolución por Disposición 4/2017 se refiere a dos casos de viudos a quienes se les negó la pensión por viudez por parte de una institución de seguridad social, bajo el argumento de que no habían estado casados por el lapso mínimo que la Ley del Seguro Social establece.
Sin embargo, el Conapred determinó un caso de discriminación indirecta, la cual se produce “en la esfera pública o privada, cuando una disposición, un criterio o una práctica aparentemente neutra, es susceptible de implicar una desventaja particular para las personas que pertenecen a un grupo específico, o les pone en desventaja”.
Esto debido a que el Instituto de Seguridad Social no tomó en consideración que los cónyuges que habían fallecido fueron derechohabientes y pagaron sus cuotas por muchos años. Además, “antes de contraer matrimonio cohabitaron con sus esposos como pareja, manteniendo una estabilidad familiar, una de ellas por más de tres años y otra por más de 27, informó en un comunicado.
Pese a que la Institución de Seguridad Social argumentó que dicho requisito se aplica tanto a parejas homosexuales como heterosexuales, el Conapred señaló que las parejas del mismo sexo que desean contraer matrimonio se encuentran en una situación de desventaja frente a las heterosexuales.
En su resolución, el Conapred también expuso que lo anterior se agrava por el hecho de que “se exija que la persona asegurada o pensionada fallezca posterior a un año de haberse casado, cuando el matrimonio igualitario se reconoció por primera vez en México el 4 de marzo de 2010, por lo que si la persona falleció antes del 4 de marzo de 2011 el requisito era imposible de cumplir”. n el Kurdistán sirio, en la región de Rojava, una revolución feminista, libertaria y popular combate al fundamentalismo islámico mientras los principales medios de comunicación globales la invisibilizan. No conviene, se trata de un experimento social que no sólo lucha contra el Estado Islámico, también se opone a la democracia liberal y al capitalismo. Una construcción social en la que las mujeres participan en igualdad en la toma de decisiones. Un proyecto de abajo-arriba, en medio de la guerra de Siria, con enormes similitudes con el zapatismo mexicano.
El pueblo kurdo, habita la región del Kurdistán, al norte de Oriente Medio, en lo que era la antigua Mesopotamia, entre los ríos Tigris y Éufrates y la zona dominada por las montañas de Anatolia y los montes Zagros. Esta región se enorgullece de ser el sitio donde se originó la civilización agrícola y urbana hace ocho mil 500 años aC Su origen como pueblo data del siglo X aC Actualmente, el territorio del Kurdistán se encuentra dividido por las fronteras de cinco estados –Turquía, Irak, Irán y Siria, y un pequeño enclave en Armenia–. El Kurdistán es un territorio rico en el que se encuentra casi la totalidad de las reservas de petróleo de Irak e Irán y la totalidad del sirio.
El giro ideológico del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) ha sido clave en la revolución de Rojava. En su origen en 1978, se enfrentó al ejército turco mediante una organización marxista-leninista de liberación nacional logrando una gran influencia en Turquía y en otras áreas del Kurdistán. Más tarde, en 1999, abrazó junto con su líder Abdullah Öcalan, las ideas del confederalismo democrático del anarquista Murray Bookchin mutando hacia los ideales de la ecología social, el municipalismo libertario y la democracia directa. Pasó de querer un Kurdistán independiente a un Oriente Medio democrático.
En 2011, al calor de las primaveras árabes se desencadenó en Siria una revolución social que derivó en guerra civil. El Partido Revolucionario de Rojava (PYD) en alianza con el PKK establecieron asambleas populares, comunas y consejos en las ciudades y otras áreas. Dos años después, el pueblo de Rojava redactó su contrato social, especie de constitución centrada en los principios de la autonomía democrática, que dieron consistencia a sus tres cantones y al sistema político de democracia directa (goo.gl/KAD4Vb).
Cada cantón tiene sus propios consejos en los que se gestionan los asuntos diarios. La representación étnica y religiosa se elige cuidadosamente y se han establecido cuotas de participación de las mujeres, que en la mayoría de ocasiones se supera. La educación y la sanidad están garantizadas, así como los sistemas de impartición de justicia. Un elemento importante es que las fuerzas de seguridad están subordinadas al poder de las asambleas. De hecho, desde las academias de policía, se imparten cursos de resolución no violenta de conflictos y teoría feminista antes de tocar un arma (goo.gl/qDykp1).
A estas estructuras hay que sumar las Unidades de Defensa del Pueblo (YPG) y las Unidades de Defensa de Mujeres (YPJ). Son el abrazo armado del movimiento, tienen como responsabilidad mantener el orden y proteger la vida de los habitantes. Se consideran una milicia democrática, la cuál elige a sus oficiales mediante elecciones y actualmente desarrollan una política de defensa de los territorios liberados. El YPJ es la brigada femenina que ha jugado un papel fundamental en los combates. Pero no sólo eso, también se ha rebelado antes las expectativas de género en la región y son en sí mismas un movimiento feminista.