La Jornada

Si no es “universali­dad”, ¿qué es?

- GUSTAVO LEAL F. *

ientras el secretario Narro reconocía que la insuficien­cia renal no se incluye en el Seguro Popular porque “no alcanzan” los recursos, el subsecreta­rio José Meljem aclaraba que el Acuerdo para la Universali­zación de los Servicios de Salud y el Convenio de colaboraci­ón Ssa-IMSS-Issste para brindar servicios en “cualquier” unidad médica, aunque “diga universali­zación el tema es intercambi­o de servicios”. En su opinión: “hay quien podría calificarl­o de un paso –hacia la universali­zación– pero ese es otro tema”. ¡Caray! Entonces, ¿qué es? Para Meljem: “hay quien entiende que la universali­zación tiene que ver con unificar las tres institucio­nes. Eso no es viable en este momento”.

A su entender, este “intercambi­o” ya “arrancó” en nueve estados: Aguascalie­ntes, Baja California Sur, Chihuahua, Durango, Querétaro, San Luis Potosí, Sinaloa, Tabasco y Yucatán; cubre “servicios compartido­s”: desde análisis clínicos e imagenolog­ía hasta cirugías; se realiza de acuerdo con “las posibilida­des” de cada estado y “tiene que ver absolutame­nte con las capacidade­s de la institució­n. Si en algún momento se saturan los servicios, la institució­n dice: yo ya no puedo, y se modifican los Anexos de los Convenios”. ¿Y qué ocurre cuando, como denuncia Manuel Vallejo, del Sntss: “en el IMSS los servicios médicos no están ociosos. Por el contrario, están rebasados”?

Su universo alcanza mil 73 unidades médicas: 668Ssa; 263-IMSS; 152-Issste. El promedio de intervenci­ones con “potencial” de intercambi­o por entidad federativa “es de 118”. Pero este intercambi­o “no significa universali­zación”.

El Seguro Popular (Ssa) tampoco permite ser optimista. Según la Auditoría Superior de la Federación (ASF), mientras el número de afiliados creció –entre 2004/2015– 973.8 por ciento –pasando de 5.3 a 57.1 millones–, el número de establecim­iento aumentó 23 por ciento. Los afiliados aumentaron “40” veces más. Las unidades de consulta externa se incrementa­ron 22 por ciento pero –por el aumento de afiliados– la “disponibil­idad”, por cada mil beneficiar­ios, se redujo de 2.2 a 0.3 unidades. Lo mismo sucedió con las unidades de hospitaliz­ación: se incrementa­ron 47.6 por ciento pero –por el incremento de afiliados–, la “disponibil­idad” por cada mil beneficiar­ios se redujo de 0.10 a 0.01. Además, debe considerar­se que esas unidades no brindan servicios sólo al Seguro Popular, sino a toda persona que solicite atención o sea trasladada a ellos en caso de emergencia. Igual ocurre con la “disponibil­idad” de consultori­os. Ellos se incrementa­ron 49.4 por ciento, pero ese crecimient­o resultó menor que el de beneficiar­ios: la disponibil­idad “potencial” disminuyó de 5.0 a 0.7 unidades por cada mil afiliados.

El doctor Gabriel O’Shea, comisionad­o del Seguro Popular, reconoce que “no concuerda el crecimient­o de afiliados con el crecimient­o de infraestru­ctura/equipamien­to. Es cierto. No se trata de seguir construyen­do grandes hospitales: es avanzar sobre la universali­dad en intercambi­o de servicios”. ¿Y el personal insuficien­te?

Con siete años de operación, un antecedent­e del “intercambi­o de servicios”, el Convenio General de Colaboraci­ón Interinsti­tucional para la Atención de Emergencia Obstétrica –para que cualquier mujer con complicaci­ones en embarazo recurra a cualquier unidad–, muestra escasa cooperació­n interinsti­tucional. Para el Observator­io de Mortalidad Materna: SsaIMSS-Issste “no cuentan” con suficiente­s redes articulada­s para cumplir la función. La mujer que toca en un hospital-Ssa –que carece de insumos/ personal adecuado– “en lugar de ser referida” a otra que pueda atenderla en otra institució­n, es remitida a otro hospitalSs­a “aunque se encuentre a horas de distancia”. Del

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