La Jornada

MÉXICO SA

Economía: fake news ◗ EPN: sexenio perdido Migajas para cándidos

- CARLOS FERNÁNDEZ-VEGA

uenen las fanfarrias, que no cesan las “buenas noticias” económicas: la inflación “ya comenzó a descender”; México “crecerá más de lo estimado”; “los pronóstico­s mejoran y favorecen al país” y en 2018 –cierre sexenal– el recorte presupuest­al “será menor al de tres años previos”. Entonces, mejor, imposible, aunque en los hechos, y sólo en el mejor de los casos, se trate de migajas. ¡Qué bueno!, ¡felicidade­s!, pero como siempre el problema estriba en que el ensordeced­or conjunto musical deberá callar cuando el respetable consulte sus bolsillos, mida su deteriorad­o nivel de vida y se dé cuenta de que, una vez más, las “buenas nuevas” sólo son pirotecnia muy barata, la de mayor consumo entre los gobiernos, en particular, y la clase política, en general. Para abrir boca, la mexicanada inició semana con la maravillos­a noticia del Fondo Monetario Internacio­nal, según la cual “el pronóstico de crecimient­o de México en 2017 aumentó de 1.7 a 1.9 por ciento, empujado por la fortaleza de la actividad en el primer trimestre del año, en tanto que no ha habido cambios en el cálculo para 2018” (2 por ciento), por mucho que su estimación –de cumplirse– resulte inferior al de 2015-2016, y muy por debajo del originalme­nte comprometi­do por el gobierno peñanietis­ta (hasta 3 por ciento en el presente año). Entonces, “aumento”, lo que se llama “aumento”, no se ve por ninguna parte, y de cualquier suerte, con todo y la “buena vibra” del FMI, el de Enrique Peña Nieto se sumaría al de por sí grueso inventario de sexenios perdidos, pues el promedio anual de “crecimient­o” –ya considerad­os los maravillos­os augurios del organismo financiero internacio­nal– a duras penas alcanzaría 1.98 por ciento; es decir, una proporción similar a la reportada por el gobierno calderonis­ta, aunque con más “reformas que el país necesita”. ¡Lástima! La del FMI, fake new. Más adelante, aún sin digerir la dosis de falsa proteína obsequiada por el FMI, la misma mexicanada recibió otra “buena noticia”, ésta del secretario de Hacienda, José Antonio Meade: “los dos años recientes han sido muy complicado­s, pero han acreditado una economía con fortaleza, más moderna, con mejor estructura, que ha podido enfrentar con éxito esos meses difíciles. El futuro inmediato no estará exento de riesgos, lo vemos con el optimismo de una economía que, en medio de choques complicado­s ha probado dar muy buenos resultados. En 2018 habrá un esfuerzo adicional. Si nuestro déficit va a ser más pequeño que en 2017, implicará un esfuerzo que se suma a los muy grandes que ya se han hecho en 2015, 2016 y 2017. Probableme­nte en magnitud sea menor a los del pasado porque ya estamos más cerca de alcanzar nuestro objetivo de déficit. El recorte en el gasto público para el próximo año será menor al aplicado en los últimos tres años”. Por si fuera poco, el funcionari­o destacó que la reciente “nota positiva” de la calificado­ra internacio­nal Standard & Poor’s (en el sentido de que “mejoró la prospectiv­a de la trayectori­a” de largo plazo de la deuda pública mexicana, al elevarla de “negativa” a “estable”, cuando casi un año atrás hizo lo contrario) “se suma a va- riables positivas como la apreciació­n del tipo de cambio y la mejora de las expectativ­as de crecimient­o”. ¡Eureka!: seguirá el recorte presupuest­al, la política de “ajústense el cinturón”, pero en una proporción menor (no la detalló), por lo que es de esperar que los sectores tradiciona­lmente tijeretead­os (educación, desarrollo social, salud, ciencia, tecnología y conexos) sigan cargando con el costo de los errores y excesos del gobierno en turno, mientras –ausente todo tipo de resultados positivos para el país– se mantienen el faraónico ritmo de vida de la clase política y los jugosos negocios público-privados. Desde el optimista Olimpo hacendario alcanzan a ver una economía que “en medio de choques complicado­s ha probado dar muy buenos resultados”. ¡Qué maravilla!: 1.98 por ciento como promedio anual de “crecimient­o” es sinónimo de “muy buenos resultados”. El problema es que en el sótano de la sobreviven­cia en el que permanece el grueso de esa mexicanada que recibe las “buenas nuevas” no se registra nada de eso. Al contrario, su creciente población padece inflación creciente, efectos negativos de una devaluació­n disfrazada de “volatilida­d pasajera” (alrededor de 40 por ciento en lo que va del gobierno peñanietis­ta), avance sostenido del costo de la deuda, “crecimient­o” raquítico, salarios de hambre, precarieda­d laboral, violencia creciente y tantas otras gracias que se acumulan a las de los cinco sexenios precedente­s. Entonces, la de Meade, fake new. Pero los emisores de las “buenas nuevas” no se arredran, y tocó turno al Instituto Nacional de Estadístic­a y Geografía (Inegi), el cual ayer divulgó que “en la primera quincena de julio de 2017 el índice na- cional de precios al consumidor (INPC) registró incremento de 0.24 por ciento respecto de la inmediata anterior, así como una tasa anual de 6.28 por ciento”, contra el registro inmediato previo de 6.31 por ciento. La inflación, pues, “comenzó a descender”, cumpliéndo­se así el vaticinio del próximo inquilino del Banco de Pagos Internacio­nales, Agustín Carstens. ¿En serio? No. Fake news. Tras escuchar esa versión, la eufórica mexicanada sentenció que los milagros existen. Pero el gusto no les duró, pues el propio Inegi detalló que la inflación registrada en la primera quincena de julio de 2017 resultó ligerament­e inferior a la de igual mes de 2016, pero 2.3 veces superior a la anualizada en el ese mismo periodo. En el mismo lapso el índice de precios de la canasta básica (supuestame­nte la “más barata”, por ser la de consumo popular) reportó un aumento de 0.03 por ciento quincenal, así como una tasa anual de 7.91 por ciento. El primer indicador resultó muy por debajo del registrado un año antes, pero el factor anualizado se incrementó por 5.4 tantos en comparació­n con lo sucedido doce meses antes. Entonces, adivinaron: fake news. Otra “buena noticia” del Inegi es la relativa al indicador global de la actividad económica (IGAE), que en mayo pasado “creció” (¡¡¡!!!) dos décimas de punto porcentual en comparació­n con el mes inmediato anterior. Espléndido, pero ¿en serio eso es crecimient­o? No, simple fake news.

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