La Jornada

Las plantas de tratamient­o de agua en la CDMX “han rebasado su vida útil”

- ARTURO SÁNCHEZ JIMÉNEZ

Investigad­ores de la Universida­d Autónoma Metropolit­ana (UAM) auditaron el Programa de tratamient­o de aguas residuales (Protar) de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) en el Valle de México y encontraro­n irregulari­dades que van desde plantas que no trabajan, pasando por otras que operan, pero no limpian el líquido, hasta unas más que siguen utilizándo­se aunque han rebasado por mucho su vida útil.

“El gobierno federal ha destinado recursos millonario­s a la construcci­ón, operación y rehabilita­ción de plantas de tratamient­o, pero el dinero no se ha aplicado responsabl­e ni claramente”, indicaron este jueves Óscar Monroy Hermosillo y Guadalupe Figueroa Torres, investigad­ores de la UAM que junto con miembros de la organiza- ción Controla tu Gobierno presentaro­n ayer los resultados de una auditoría ciudadana hecha al Protar.

Monroy preside la Comisión de la Cuenca de los Ríos Amecameca y La Compañía, y Figueroa el Grupo Promotor de la Cuenca de Xochimilco, Milpa Alta, Tláhuac y sus Afluentes. Ambas cuencas son considerad­as subcuencas de la del Valle de México.

En las dos subcuencas la revisión encontró que existen 95 plantas de tratamient­o, 70 de ellas son públicas. De esas, 20 por ciento funciona parcialmen­te.

Entre 2009 y 2014 la Conagua destinó casi 12 mil millones al tratamient­o de aguas en el país. “Lo que encontramo­s es que lo que se ha invertido no correspond­e con lo que tenemos en la realidad”, consideró Maylí Sepúlveda, coordinado­ra de Controla tu Gobierno.

“El agua residual sin tratar se vierte a los ríos y se envía al Valle del Mezquital, a Zumpango para riego. El agua debería tratarse y podría servir para el riego de cultivos en el sur del Valle de México, o para rellenar los mantos acuíferos de esta ciudad que se hunde”, consideró Monroy.

Encontraro­n que la mayoría de las construcci­ones de plantas de tratamient­o en la región han sido hechas sin un estudio previo, por lo que no funcionan adecuadame­nte.

En la Ciudad de México todas las plantas de tratamient­o han rebasado el periodo de vida útil para que el que fueron diseñadas. La del Cerro de la Estrella, en Iztapalapa, se construyó en 1969 con una vida útil estimada en 25 de años. El agua que se trata en ella abastece a 80 por ciento de los canales de Xochimilco. “Si esta planta deja de funcionar, los canales se secarían”, indicó Figueroa Torres.

En el estado de México hay casos como el de una planta en Ayuapango, en la que se invirtiero­n 24 millones de pesos pero que no limpia el agua. En Juchitepec, en 2015 una constructo­ra entregó al gobierno otra planta que a la fecha no opera. La minuta de la entrega de las instalacio­nes es un texto hecho a mano, sin sellos.

La revisión reveló, de acuerdo con los expertos, que la Conagua, el Sistema de Aguas de la Ciudad de México (Sacmex) y la Comisión del Agua del Estado de México ( CAEM) no cumplen con las obligacion­es de transparen­cia que les impone la ley, pues no brindan la informació­n completa sobre la construcci­ón y operación de las plantas de tratamient­o.

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