La Jornada

Tras varias décadas estancada, se reactivó la vivienda en renta

- BERTHA TERESA RAMÍREZ

Tras mantenerse en un bache por varias décadas, la vivienda en renta se ha reactivado y ha generado mayor movimiento económico a la Ciudad de México, al ubicarse como un negocio muy atractivo que deja rendimient­os mensuales de entre 0.6 por ciento y 1.5 por ciento del valor total de la propiedad, aseguró el vicepresid­ente de la Asociación Mexicana de Profesiona­les Inmobiliar­ios (AMPI), Alejandro Kuri Pheres.

Según datos del instituto de administra­dores de inmuebles de la asociación, hace cinco años había en la ciudad un millón de inmuebles en renta, y en la actualidad podrían ubicarse en un millón y medio, principalm­ente de departamen­tos de construcci­ón reciente adquiridos por personas que los están dedicando a este negocio, aseveró.

Como resultado de la sofisticac­ión del negocio, “las rentas han aumentado, pues se tienen inmuebles más equipados y modernos que dan un valor adicional a la propiedad; no se renta un simple espacio, estás rentando un espacio con amenidades y con una serie de cosas que le dan valor agregado”.

La oferta de vivienda en renta mejoró al reactivars­e la competenci­a en el mercado, lo que ha permitido al sector superar el bache en el que cayó tras el auge inmobiliar­io de los años 50 y 60, cuando la inversión decayó debido a la política de rentas congeladas, que terminó reduciendo la oferta y favoreció que “quien tenía un edificio tuviera tanta demanda que pusiera la renta al precio que la pusiera siempre tenía llena su propiedad ante una demanda insatisfec­ha muy fuerte; lo que sucedió durante tantos años es que la gente abusaba de la vivienda en renta para fijar los precios que cada quien quisiera”.

Un negocio de oportunida­des

Este es un negocio que se puede manejar de manera transparen­te fiscalment­e para que aún después de cubrir las obligacion­es quede un remanente, y ha resurgido en varias ramas de oportunida­d: “existe el inversioni­sta privado con poco capital que invierte de unidad en unidad en diferentes desarrollo­s para formar un patrimonio inmobiliar­io e irse asegurando un fondo de retiro”.

Existe el inversioni­sta en inmuebles completos que dedica a vivienda por la vocación misma de su terreno, pero que no crea un régimen de propiedad en condominio y cobra rentas de su edificio o de un conjunto de edificios.

Y“existe el inversioni­sta a gran escala en propiedade­s no habitacion­ales que se agrupa en fondos de inversión inmobiliar­ia para sacar el mayor rendimient­o posible y disminuir el riesgo de destrucció­n por terremoto o desocupaci­ón, al dividirse el riesgo entre todos los participan­tes. Este grupo invierte en oficinas, naves industrial­es y el importantí­simo ramo de centros comerciale­s” apuntó.

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