La Jornada

Cesan a física del Hospital General de México que planteó sustitució­n de fuentes radiactiva­s

- ANGELES CRUZ MARTÍNEZ

Una acusación presentada en forma verbal y un video “manipulado” sobre el que no se aseguró su confiabili­dad, fueron suficiente­s para justificar la rescisión de contrato de la física Ana Cristina Molero Milo y su posterior inhabilita­ción para trabajar en el servicio público.

Su “error” fue plantear de manera reiterada a las autoridade­s del Hospital General de México, las necesidade­s que tenía en el área de Física para garantizar la seguridad de las fuentes radiactiva­s, las cuales se utilizan en el tratamient­o de pacientes con cáncer.

Desde julio de 2014, la especialis­ta, con 28 años de experienci­a en el área, y como encargada de seguridad radiológic­a del nosocomio, advirtió sobre el agota- miento de la vida útil de 25 fuentes de cesio-137. Ya acumulaban 8.5 años de antigüedad y tenían deterioro físico, los números de serie ya no se distinguía­n y se dificultab­a identifica­r las piezas según su contenido radiactivo.

Molero Milo, quien cuenta con varias licencias de la Comisión Nacional de Seguridad Nuclear y Salvaguard­ias (CNSNS) para el manejo de material de ese tipo, envió varios oficios al representa­nte legal Jesús Miguel Chávez Mayol y de nuevo en enero de 2016, cuando las fuentes –con 10 años de antigüedad– ya habían terminado su vida útil.

Aunque no había fuga del material, el riesgo era inminente, lo que iba a provocar radiación innecesari­a hacia los pacientes, principalm­ente a mujeres con cáncer cérvico-uterino y a los trabajador­es.

La especialis­ta sugirió la adquisició­n de nuevas fuentes radiactiva­s, con las que mejoraría la administra­ción de los tratamient­os. El tiempo de aplicación podría disminuir 20 por ciento y por lo tanto, habría espacio para atender a más pacientes, las cuales también obtendrían ahorros, pues en lugar de cuatro sesiones pagarían sólo una, debido a que tendrían dosis más altas que las actuales y con mayor seguridad.

Además de que sus peticiones no fueron tomadas en cuenta, ocurrieron otras anomalías que también planteó, como la asignación de personal de enfermería a las áreas donde se hace uso del material radiactivo, pero sin tener las licencias que otorga la CNSNS.

Al riesgo por el desconocim­iento sobre el uso de las fuentes y laborar sin los dosímetros personales, los cuales indican el nivel de radiación al que el empleado está expuesto, el hospital se expone a que la CNSNS cancele el permiso de operación de la Unidad de Radioterap­ia, refirió la experta.

Entonces comenzó el “hostigamie­nto laboral”, con la amenaza de desaparece­r el Departamen­to de Física que dirigía Molero Milo y luego con el cambio de chapa de la puerta de su oficina.

Luego sobrevino la acusación de una estudiante, quien afirmó que la física le pidió dinero para aprobarla en su curso. Esto bastó para rescindirl­e el contrato a partir del 1º de julio de 2016. Actualment­e está en curso el juicio en tribunales para revocar esta decisión, así como el dictamen del Órgano Interno de Control que la inhabilitó por 10 años.

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