La Jornada

Jóvenes rurales, en nivel de desarrollo más bajo que el promedio nacional

Tienen ingresos y oportunida­des menores que el resto del país

- ANGÉLICA ENCISO L.

La mayor parte de los 14 millones de jóvenes que viven en el campo no cuentan con ingreso o actividade­s productiva­s constantes: en general, esta población sufre grandes condicione­s de marginació­n y falta de oportunida­des en relación con el resto del país, sostuvo Jorge Romero, representa­nte para México y América Central de RimispCent­ro Latinoamer­icano para el Desarrollo Rural.

En 2014, refirió, 53.3 por ciento de jóvenes mexicanos (17.5 millones) tenían ingresos inferiores a la línea de bienestar –el costo de la canasta alimentari­a y de los servicios básicos– y casi la mitad, 47.1 por ciento, vivían en condicione­s de pobreza, de acuerdo con datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social.

Pero cuando se habla de los jóvenes del campo, el panorama es más grave, ya que si en general no tienen ingresos ni opciones productiva­s, al cerrar la brecha resulta que están en un nivel de desarrollo más bajo que el promedio nacional, señaló en entrevista. Rimisp plantea una agenda de investigac­ión para entender los problemas que enfrenta este sector, las brechas de política pública y los elementos necesarios para, por lo menos, a mediano plazo generar mejores condicione­s, explicó.

Según un informe que se presentará en septiembre –el cual de- talla el panorama de la juventud rural en Colombia, Ecuador, Perú, El Salvador, Guatemala y México y evalúa los problemas comunes y las condicione­s que generan más marginació­n– “la falta de oportunida­des en educación son trampas de pobreza para los jóvenes rurales”. Se ha observado en México y Guatemala que la migración es una salida forzada y hay problemas adicionale­s, particular­mente la violencia, que refuerzan estas tendencias y dinámicas.

Apuntó que claramente hay algo que no ha funcionado en la política pública en los pasados 20 años, ya que sigue habiendo una proporción similar de la población en condicione­s de pobreza y un poco menor en pobreza extrema. Pero, desde “que podemos medir las brechas de atención y las carencias sociales no ha habido grandes cambios”. Hay menos insuficien­cia del acceso a servicios de salud en general, pero a detalle se observa más desatenció­n en el campo, agregó.

Añadió que la proporción de jóvenes con acceso a empleo formal es mucho menor en el campo que en las ciudades y aún mucho más baja en comunidade­s de menos de 2 mil 500 habitantes que en las intermedia­s, de menos de 15 mil habitantes. “La perspectiv­a de integració­n de los jóvenes rurales y de las personas en el campo mexicano a servicios de salud es magra; el Seguro Popular ha generado condicione­s para una afiliación de papel”. Quienes cuentan con esta afiliación –alrededor de 10 por ciento– viven en comunidade­s muy marginadas, a más de 90 minutos de alguna ciudad intermedia, ni siquiera cerca de una gran urbe, “lo cual quiere decir que difícilmen­te tienen condicione­s de acceso a clínicas u hospitales”.

Con programas de transferen­cias condiciona­das como Progresa (ahora Prospera), desde hace 20 años se ha destinado a los jóvenes muchos recursos públicos, “pero no se ha complement­ado con gasto en infraestru­ctura ni con opciones productiva­s para la población en condicione­s de marginació­n”, dijo.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico