Lleva pintora sus libros ‘‘mutantes y caprichosos’’ al museo Carrillo Gil
■ Retoma la práctica de ‘‘un género que ha nacido de una manera un poco silvestre’’, afirma en entrevista con La Jornada ■ La exposición reúne 23 obras de arte objeto creadas de 2007 a 2017
Sigue Naturaleza habitada, consistente en un sinnúmero de capas de telas, todas adquiridas en India, Nepal y China, como todo el material empleado en la exposición. Esta pieza se puede tocar al igual que Libro azul.
Autobiografía cuelga a la manera de una escenografía de guiñol, mientras las hojas de Geografías se despliegan por una pared de la sala. Aquí empleó la técnica del tránsfer: se hace primero un collage, que se fotocopia y se transfiere a una tela; diversos animales tienen de fondo mapas y listas de países como salidos de un atlas.
En entrevista con La Jornada, Georgina Quintana adelanta que próximamente saldrá el libro Memorias de la especie (Turner), con texto de Aline Davidoff, e imágenes de esos animales.
En otra pared se reproduce una declaración de principios para explicar de dónde nace su necesidad de ‘‘escribir cosas y hacer libros, ordenar ideas o sensaciones de manera más gráfica, que no es lo que me sale en los cuadros-cuadros, de óleo, por ejemplo”, explica.
Las piezas exhibidas en las vitrinas son ‘‘más ortodoxas” como libros o libretas. ¿A qué obedece la necesidad del ser humano de apuntar sus pensamientos, especialmente en algo chiquito, íntimo? ‘‘Son como las confesiones, incluso, que te haces a ti misma quedito con la finalidad de contactar algo muy profundo que nada más quieres para ti, para ordenarte internamente, para darle forma a algo que no sabes qué es lo que pasa. A veces nos sentimos sobrepasados por tanto que pasa externa e internamente. Es el poder de estar en paz y silencio conmigo misma. Esa es mi sensación”.
A Quintana le gusta mucho trabajar ‘‘en vivo”, salir a la calle con una tabla y plumones para dibujar; esos bocetos se convertirán en libros, grabados, instalaciones u ‘‘otro tipo de dibujos”.
Sobre la pared se despliegan las múltiples hojas de Lo que ve la muda, libro que nació de ‘‘esta sensación de no tener palabras, como la muda en mí que necesita expresarse. Descubrí de pronto muchas maneras de dibujar en mí. Todo esto pasa adentro”.
La exposición Libros mutantes y caprichosos, de Georgina Quintana, montada en el Museo de Arte Carrillo Gil (avenida Revolución 1608, San Ángel), concluirá el 22 de octubre.