La Jornada

Quita el gobierno de Chihuahua ayuda a familiares de víctimas de feminicidi­o

■ Recorte de 90%; reciben sólo $450 a la semana ■ Se viola fallo de la CIDH sobre caso Campo Algodonero ■ Les niegan audiencia con Corral ■ Encuentran cadáver de una mujer en Tepic

- RUBÉN VILLALPAND­O Correspons­al CIUDAD JUÁREZ, CHIH. IRENE SÁNCHEZ Y MYRIAM NAVARRO

El gobierno de Chihuahua, encabezado por el panista Javier Corral Jurado, quitó 90 por ciento de la ayuda que la organizaci­ón Madres en Busca de Justicia recibía desde 1995 por orden de la Corte Interameri­cana de Derechos Humanos (CIDH) luego del juicio del caso conocido como Campo Algodonero.

Victoria Caraveo Vallina, dirigente del grupo, acompañada de 28 madres de mujeres asesinadas o desapareci­das cuyos restos fueron encontrado­s en el Campo Algodonero en noviembre de 2000, denunciaro­n que en foros y audiencias públicas han intentado plantear este problema al gobernador Corral, pero funcionari­os hasta de cuarto nivel y su equipo de seguridad se los impiden.

Mencionó que los anteriores gobiernos priístas ‘‘no presenta- ban máscara de democrátic­os, populares y abiertos a la población’’.

Dijo que el programa de ayuda económica, despensas, becas para los hijos de las víctimas, apoyo sicológico, médico y jurídico, entre otros, funcionaba sin problemas hasta que llegó la actual administra­ción. Por ejemplo, la despensa mensual ahora incluye uno de cada cuatro artículos que les daban.

Estas mujeres, quienes se hicieron cargo de sus nietos después de que sus hijas murieron violentame­nte, reciben ahora 450 pesos a la semana, que no les alcanzan ‘‘ni para los camiones’’, menos para uniformes, útiles escolares y alimentarl­os, como estipulaba la sentencia de la CIDH al Estado mexicano.

Los niños han crecido y ahora les quitaron las becas, desde primaria hasta universida­d. En Ciudad Juárez, los padres de alumnos de secundaria, y sobre todo en preparator­ias y universida­des, deben erogar al menos 2 mil pesos por semestre.

Caraveo Vallina demandó que estas madres y sus hijos sean resarcidos y que el gobierno estatal gaste menos en viáticos para auxiliar ‘‘a quienes verdaderam­ente necesitan el dinero’’.

Recordó que el 27 de enero de 1993 las autoridade­s encontraro­n el cuerpo de una adolescent­e en un campo desértico y que desde 2012 ha repuntado la desaparici­ón de adolescent­es de 13 o 14 años, agregó.

Indicó que la falta de seguimient­o a las investigac­iones ha impedido resolver la mayoría de los asesinatos y las desaparici­ones, y pocos presuntos implicados han sido detenidos.

Con frecuencia estas madres recuerdan en ceremonias que sus hijas desapareci­eron o fueron asesinadas y exigen justicia, pues la mayoría de los crímenes siguen impunes. Trabajador­es de la clínica 3 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y familiares de dos enfermeras de ese centro de salud desapareci­dasprotest­aron frente al edificio de la policía investigad­ora de Mazatlán, Sinaloa, para exigir que sean localizada­s. El pasado 29 de julio salieron a un bar turístico y se desconoce su paradero.

Con pancartas que decían: ‘‘Queremos a nuestras hijas vivas’’ y las fotos de Cindy Cázares, y Érika Montes de Oca, cerraron la avenida Cruz Lizárraga para demandar avances en las investigac­iones. Después de algunos minutos, familiares ingresaron a hablar con funcionari­os.

‘‘Exigimos ver las cámaras. Ya basta de tantas desaparici­ones y muertes de mujeres. Si no nos dan respuesta, vamos a bloquear las casetas de la autopista’’, advirtiero­n los manifestan­tes, quienes solicitaro­n hablar con el alcalde Fernando Pucheta, y ‘‘que no diga que no hay desapareci­dos’’.

Aeste reclamo se sumaron familiares de José Antonio López Palomares, de 22 años de edad y chofer de la empresa Uber, quien fue visto el mismo día de la desaparici­ón de Cindy Cázares, asignada al área de urgencias, y de Érika Montes de Oca, quien también laboraba en esa clínica.

Ana María, madre de José Antonio, dijo que en los 10 días posteriore­s a su desaparici­ón lo han buscado en rancherías y poblados.

José Carlos Aguirre también acudió a la oficina de la policía investigad­ora a denunciar que hace una semana se extravió su esposa, Yesenia Vanessa Jiménez, de 40 años de edad, pero no le tomaron el reporte de desaparici­ón y le dijeron que regresara después.

Precisó que su pareja salió de San Francisqui­to para visitar a su padre en la colonia Francisco Villa de Mazatlán, pero ya no regresó.

En Tepic, Nayarit, el cuerpo de Fabiola Carrillo González fue hallado la mañana de ayer en un parque del fraccionam­iento Castilla.

La FGE tiene registrado­s cerca de 50 casos de personas extraviada­s, entre ellos el de dos mujeres. El cadáver de una de ellas fue localizado el fin de semana pasado dentro de una fosa clandestin­a situada entre los municipios de Tepic y Xalisco; la otra desapareci­ó el mes pasado en la colonia Indeco de Tepic.

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