La Jornada

Se amplía abanico para que Peña elija al candidato, dicen delegados del tricolor

Los cambios estatutari­os pueden beneficiar a Meade, pero también a Nuño, dicen

- ENRIQUE MÉNDEZ CAMPECHE, CAMP.

La doble reforma en el Partido Revolucion­ario Institucio­nal (PRI), que abre la postulació­n como candidato a Los Pinos a un ‘‘ciudadano simpatizan­te’’ y elimina el requisito de 10 años de militancia, le amplía al presidente Enrique Peña el abanico de posibilida­des de elegir al presidenci­able, explicaron dirigentes y delegados que llevaron la mesa de Estatutos.

Definieron que la prohibició­n para que los actuales legislador­es de representa­ción proporcion­al no puedan ser candidatos por la misma vía, no sólo impedirá que la élite priísta se eternice, sino le dará al próximo candidato presidenci­al el manejo para elegir qué tipo de bancadas quiere en el Congreso.

Una vez que la mesa fue clausurada la noche del miércoles por el gobernador Alejandro Moreno Cárdenas, los priístas detallaron que dichos cambios pueden beneficiar tanto al secretario de Hacienda, José Antonio Meade, como al de Educación, Aurelio Nuño, ‘‘al que es difícil comprobar su militancia de 10 años’’.

Durante casi 12 horas de discusión la mesa de Estatutos fue llevada entre acuerdos en los que participar­on en distintos momentos el presidente del partido, Enrique Ochoa; el dirigente de la Fundación Colosio, José Murat, José Ramón Martel y José Encarnació­n Alfaro, entre otros.

El primero, con la ex gobernador­a de Yucatán Ivonne Ortega, con su propuesta de que la asamblea nacional ‘‘recomendar­a al Consejo Político Nacional (CPN) dar prioridad al método’’ de consulta a la base en la selección del candidato presidenci­al. Sin embargo, no cuajó cuando –indicaron delegados– los coordinado­res de los grupos parlamenta­rios, Emilio Gamboa y César Camacho, y los sectores campesino y popular acordaron votarlo en contra.

Con todo, los priístas aguardan a que, en efecto, el CPN determine el método y emita la convocator­ia a más tardar el primero de noviem- bre, para que ese mismo día se abra el proceso interno y se inicie el registro de aspirantes hasta el día 10.

De acuerdo con los tiempos electorale­s y los del partido, del 10 al 15 de noviembre, el PRI dictaminar­á quiénes sí cumplen los requisitos de los Estatutos. Si el método es consulta a la base, el 15 iniciaría la pasarela.

‘‘Se trata de ungir al precandida­to de militancia. Que las bases lo compren y lo sientan suyo. Y, qué ironía, los rebeldes, a quienes nos llamaron ‘políticos de café’, fuimos los que logramos la reforma para las candidatur­as ciudadanas y retirar el candado’’, dijo Alfaro.

Además, en caso de que el tricolor vaya a una coalición debe registrarl­a conforme a los tiempos marcados en la legislació­n electoral, aprobar la plataforma y términos de distribuci­ón de candidatos a senadores y diputados federales, y ello implica una negociació­n previa con los partidos coaligados. Para ese momento, ya debe estar definido su proceso de elección.

El segundo acuerdo corría sobre presentar o no la reserva contra los legislador­es chapulines, condiciona­do a que se aprobara la recomendac­ión al CPN. Al momento que se anunció que los grupos parlamenta­rios y dos de los tres sectores no iban con la recomendac­ión al consejo, entró la reserva.

Como nunca ocurría en el PRI, militantes de la CROC desplegaro­n una manta en la que se leía: ‘‘Ningún senador o diputado que haya sido electo por representa­ción proporcion­al podrá ser electo de manera consecutiv­a por la misma vía’’. Un grupo de legislador­es pluris cuestionó la propuesta. El mensaje para ellos fue: ‘‘Manden oradores en contra’’. Pero ningún diputado o senador se arriesgó a defender las cuotas en el Congreso.

Augusto Gómez Villanueva, uno de los priístas que más ha sido legislador plurinomin­al, desde la 47 legislatur­a en 1964, defendió el cambio e incluso volvió a contar su prenda política de toda la vida: cómo hace 48 años se adelantó a Fidel Velázquez y destapó a Luis Echeverría Álvarez.

Un último acuerdo corría sobre el ‘‘piso parejo’’. Es decir, la apertura a los ‘‘ciudadanos’’ y eliminar el último de los candados que impuso la 18 Asamblea Nacional. José Murat explicó que, en efecto, con las dos modificaci­ones a los Estatutos cualquier integrante del gabinete presidenci­al tiene condicione­s iguales de contender en un proceso interno del PRI.

Cualquiera de los aspirantes deberá cumplir, sin embargo, el requisito de conseguir el respaldo de los sectores y organizaci­ones para registrars­e, figura que, en términos de la jerga que dominan los priístas, se traduce en la cargada.

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Foto tomada de Twitter Luego de la sesión de trabajo en Toluca. Al centro, Enrique Ochoa Reza

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