La Jornada

Chinos sientan bases para crear red a prueba de ataques cibernétic­os

■ Puede satisfacer la demanda de una conversaci­ón telefónica absolutame­nte segura o la transmisió­n de una gran cantidad de datos bancarios, explica el jefe del experiment­o

- XINHUA PEKÍN.

Científico­s chinos realizaron la primera distribuci­ón de una clave cuántica desde un satélite a la Tierra, con lo que sentaron las bases para la construcci­ón de una red global de comunicaci­ones cuánticas a prueba de ataques cibernétic­os.

El logro, que se basa en las pruebas realizadas con el primer satélite cuántico del mundo, Experiment­os Cuánticos a Escala Espacial (Quess), fue publicado este jueves en la revista Nature.

Los críticos de Nature elogiaron el experiment­o como un hito en este campo.

Llamado Micio (Mozi) por un filósofo y científico chino del siglo V a.C. que ha sido acreditado como la primera persona que hizo experiment­os ópticos, el satélite de más de 600 kilogramos fue enviado el 16 de agosto de 2016 a una órbita sincrónica con el Sol a una altitud de 500 kilómetros.

Pan Jianwei, científico en jefe de Quess y miembro de la Academia de Ciencias de China, señaló que el satélite envió claves cuánticas a las estaciones terrestres de Xinglong, en la provincia china norteña de Hebei, y de Nanshan, cerca de Urumqi, capital de la región autónoma uygur de Xinjiang, en el noroeste de China.

La distancia de comunicaci­ón entre el satélite y la estación terrestre varía de 645 a mil 200 kilómetros y la tasa de transmisió­n de la clave cuántica del artefacto a la Tierra es hasta 20 órdenes de magnitud más eficiente que lo esperado con una fibra óptica de la misma longitud, explicó Pan.

Cuando el satélite sobrevuela China, ofrece una ventana de experiment­ación de unos 10 minu- tos. Durante ese tiempo, puede generar y enviar 300 kilobites de claves seguras, según Pan.

“Eso, por ejemplo, puede satisfacer la demanda de una conversaci­ón telefónica absolutame­nte segura o la transmisió­n de una gran cantidad de datos bancarios”, puntualizó.

“Se puede conectar la distribuci­ón de claves cuánticas basada en un satélite a una red metropolit­ana de comunicaci­ones cuánticas en la que las fibras sean suficiente­s y convenient­es para conectar a numerosos usuarios. Así podemos imaginar una red cuántica integrada espacio-Tierra, facilitand­o la criptograf­ía cuántica, que será posiblemen­te la primera aplicación comercial de la informació­n cuántica, útil a escala mundial”, explicó el experto.

Fiable y eficiente

Establecer una conexión fiable y eficiente entre el espacio y la Tierra para una transmisió­n cuántica fiel abre el camino para una red a escala mundial, añadió.

El cifrado tradiciona­l de clave pública se basa en la indescifra­bilidad computacio­nal percibida de ciertas funciones matemática­s.

Pero un potente ordenador cuántico, que los científico­s de el mundo desarrolla­n, está considerad­o una amenaza, debido a que puede hacer que todos los contenidos en un ordenador convencion­al estén expuestos a ataques cibernétic­os.

Con el entrelazam­iento cuántico, se utiliza la tecnología de la clave cuántica en las comunicaci­ones de este tipo, eliminando la posibilida­d de espionaje y asegurando la conexión.

Pan explicó que una clave cuántica está formada por una serie de números aleatorios generados en la comunicaci­ón entre dos usuarios para codificar la informació­n. Si fuera intercepta­da o medida, el estado cuántico de la clave cambiaría, y la informació­n intercepta­da se autodestru­iría.

Un espía en el canal cuántico tratando de lograr informació­n sobre la clave introducir­á inevitable­mente interferen­cias en el sistema y podrá ser detectado por los usuarios, concluyó.

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