La Jornada

Exhorto del talibán a Trump para que retire sus tropas de Afganistán

- AP ISLAMABAD.

Jean Arnauld, jefe de la misión de la ONU en Colombia, presente en el acto, destacó el “proceso exhaustivo” de desarme. Los observador­es internacio­nales recibieron 8 mil 111 armas de manos de casi 7 mil combatient­es, y ya incineraro­n más de un millón de cartuchos, de acuerdo con Arnauld.

Además, han ubicado 510 de El talibán envió este martes una “carta abierta” al presidente Donald Trump para reiterarle su exhorto a que Estados Unidos abandone Afganistán, tras 16 años de guerra.

En una carta larga escrita en inglés y enviada a los periodista­s por el vocero talibán, Zabihullah Mujahid, los milicianos dijeron que Trump ha reconocido los errores de sus predecesor­es al pedir una revisión de la estrategia estadunide­nse en Afganistán.

Sin embargo, Mujahid afirmó que Trump no debería entregar al ejército el control de la política en Afganistán, sino anunciar la retirada de sus fuerzas, y tampoco debería aumentar sus tropas, como su gobierno ha anunciado.

El texto, de mil 600 palabras, los 873 escondites con armamento que tenían las FARC, donde han recolectad­o 795 armas, 22 toneladas de explosivos, 3 mil 957 granadas y mil 846 minas antiperson­ales.

“Hoy, en efecto, desaparece­n oficialmen­te las FARC como grupo armado; ahora son ciudadanos colombiano­s sin armas ... Seguirán haciendo proselitis­mo político, pero sin violencia”, destacó Santos.

Iván Márquez, uno de los líde- agrega que una salida de Estados Unidos “verdaderam­ente apartaría a las tropas estadunide­nses del peligro” y supondría “el final de una guerra heredada”.

Estados Unidos tienen actualment­e cerca de 8 mil 400 soldados en Afganistán.

Trump se ha resistido hasta ahora a las recomendac­iones del Pentágono de enviar unos 4 mil soldados más para ampliar la capacitaci­ón de las fuerzas militares afganas y reforzar las operacione­s antiterror­istas estadunide­nses. El despliegue está detenido en medio de dudas más amplias sobre la es- res del ya desapareci­do movimiento armado, ratificó que en adelante las FARC se dedicarán a la lucha política legal.

“Dentro de poco estaremos realizando el congreso fundaciona­l del nuevo partido político, que segurament­e se llamará Fuerza Alternativ­a Revolucion­aria de Colombia”, anticipó.

El lanzamient­o está previsto para el primero de septiembre en Bogotá, en el que los delegados deberán formalizar el nombre de trategia, incluso cómo involucrar a las potencias regionales en un intento por estabiliza­r Afganistán.

Lo que es evidente es que el gobierno afgano se ha topado con problemas al tratar de frenar los avances del talibán y ahora también está combatiend­o contra una filial del extremista Estado Islámico que se ha afianzado principalm­ente en el este del país. En su informe más reciente, el inspector general especial para la reconstruc­ción de Afganistán dijo que los talibanes dominan casi 50 por ciento del territorio.

La carta del talibán elogió a la nueva agrupación política.

“No queremos romper con nuestro pasado. Hemos sido y seguiremos siendo una organizaci­ón revolucion­aria”, señaló Márquez.

El grupo que fracasó en su intento de tomar el poder durante medio siglo inicia así una nueva etapa después de negociar y sellar la paz al cabo de cuatro años de negociacio­nes en Cuba.

Sin embargo, con el adiós a las armas de las FARC no termina el conflicto en Colombia. Aún que- Trump por iniciar la revisión de la política estadunide­nse respecto de Afganistán, pero le advirtió sobre el peligro de entregarla a “generales belicosos”.

“Hemos notado que usted ha entendido los errores de sus predecesor­es y ha resuelto repensar a fondo su nueva estrategia en Afganistán”, dice la misiva, en referencia a Trump. “Usted tampoco debe entregar los asuntos afganos a los generales belicistas, sino que debe tomar una decisión en la que la historia lo recuerde como un defensor de la paz”.

La organizaci­ón entregó también el listado definitivo de bienes para reparar a las víctimas, y salieron de las áreas los niños combatient­es que aún quedaban bajo protección de los guerriller­os. Hasta el momento el Estado ha recibido a 88 menores.

Sin embargo, la nueva etapa enfrenta múltiples desafíos que van desde la seguridad física de los ex combatient­es hasta el lento proceso de amnistía para centenares de presos. En Pondores, Márquez denunció que en los últimos dos días fueron asesinados dos miembros de la ex guerrilla; varios líderes comunitari­os han sido ultimados en los últimos meses. La Fundación Paz y Reconcilia­ción, que da seguimient­o al pacto de paz, calcula que siete rebeldes murieron durante el proceso de desarme.

“Luego viene la seguridad económica, que es donde tenemos mayores problemas hoy día; los guerriller­os no saben qué va a pasar pasado mañana con ellos”, declaró Ariel Ávila, director de la fundación, a la agencia Afp.

Una vez terminada su historia militar, las FARC se aprestan a hacer política y a enfrentar la justicia.

Los rebeldes y agentes del Estado se someterán a una jurisdicci­ón especial de paz que prevé sanciones alternativ­as a la cárcel para quienes confiesen crímenes, reparen el daño a las víctimas y se comprometa­n a nunca más ejercer la violencia.

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