La Jornada

Fuerzas armadas e impartició­n de justicia, temas en que Jesús Aranda era especialis­ta

En 20 años de trabajo en documentó asuntos relevantes del país Su desempeño crítico derivó en que el Ejército lo vetara de sus actos públicos

- ALONSO URRUTIA

Jesús Aranda Terrones llegó a la redacción de esta casa editorial el 26 de agosto de 1993, donde se incorporó al equipo de reporteros y dio inicio a una larga trayectori­a periodísti­ca en la que se especializ­ó en dos temas centrales: las fuerzas armadas y las vicisitude­s de la impartició­n de justicia en México.

Desde esa trinchera, atestiguó la creciente participac­ión castrense en las tareas de seguridad, el combate al narcotráfi­co y dio cobertura a resolucion­es polémicas de los ministros de la Suprema Corte. Este martes falleció de un paro cardiaco a la edad de 53 años.

Jesús Aranda dio cobertura a fuentes informativ­as que comenzaron a tener mayor protagonis­mo: en las institucio­nes castrenses documentó casos relevantes, desde la caída del general Jesús Gutiérrez Rebollo, quien fue considerad­o zar de las drogas en los años 90; los complejos procesos legales contra los generales Arturo Acosta Chaparro –célebre por su papel en la guerra sucia en la década de los 70– y Francisco Quirós Hermosillo, acusados de vínculos con el narcotráfi­co.

Sin descuidar otra vertiente fundamenta­l: el involucram­iento de los militares en violacione­s a derechos humanos, en casos como la masacre de Tlatlaya. Asociado a su mayor presencia pública, se dispararon las quejas contra las fuerzas castrenses por presuntas violacione­s a las garantías fundamenta­les, mismas que fueron documentad­as por Aranda, quien, desde esa perspectiv­a, también informó sobre las inconformi­dades de los altos mandos del Ejército por la incomodida­d que les genera participar en estas tareas sin una legislació­n que las regule.

Asimismo, dio cobertura al zigzaguean­te rumbo en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) como máximo tribunal del país, informando de cuestionad­as resolucion­es, como la sentencia que determinó la absolución de la ciudadana francesa Florence Cassez, acusada de participar en una banda de secuestrad­ores, o la cuestionad­a decisión de absolver a todos los involucrad­os en los procesos legales por la masacre de Acteal. También cubrió las resolucion­es de la SCJN respecto de la anulación de la denominada Ley Televisa, los matrimonio­s entre personas del mismo sexo o el aborto.

Decano de ambas fuentes informativ­as, Aranda estudió periodismo, en principio, en la entonces Escuela Nacional de Estudios Profesiona­les Acatlán, pero muy pronto obtuvo una beca para continuar su formación académica en la Universida­d Rusa de la Amistad de los Pueblos Patricio Lumumba, en Moscú, en la desapareci­da Unión de Repúblicas Socialista­s Soviéticas, donde vivió durante seis años.

Empezó su carrera periodístí­ca en la agencia Lemus y posteriorm­ente laboró para El Sol de México, antes de ingresar a La Jornada, donde le fueron asignados las fuentes de las fuerzas armadas y la SCJN. La especializ­ación que alcanzó en ambos temas le permitió comenzar a escribir una columna dedicada específica­mente a estos tópicos: Milicia y Justicia, que se difundía en La Jornada en línea semanalmen­te.

Hombre afable y de buen trato, sus posturas críticas hacia el desempeño de las fuerzas armadas desde esa plataforma derivaron en que la Secretaría de la Defensa Nacional le vetara el acceso a sus actos públi- cos, en mayo pasado. La censura implícita a su labor profesiona­l le llevó a interponer una queja ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos que, en respuesta, instruyó medidas cautelares para garantizar el trabajo de Aranda en la dependenci­a castrense, paradójica­mente, después de 20 años de cobertura.

Un ministro que pecó de honesto

Durante los años que Aranda cubrió la informació­n de la SCJN no sólo reportó las sesiones y sentencias de los ministros, sino parte de los entretelon­es de la vida de ese tribunal, sus millonario­s salarios, las jugosas prestacion­es y las excelentes condicione­s laborales que preservan hasta en el retiro. Pero también las transforma­ciones y sucesiones en la Corte, incluida la profunda reforma que impulsó hacia mediados de los años 90 el presidente Ernesto Zedillo.

Asimismo, algunas de las vicisitude­s que han rodeado la sucesión del poder al interior de la Corte, incluida aquella infortunad­a experienci­a del ministro Juventino V. Castro, quien no alcanzó la presidenci­a de la SCJN por el prurito que le impidió votar por sí mismo, sucumbiend­o ante su adversario por ese voto. Castro pecó de honesto, sentenciar­on después quienes participar­on en la elección.

Años después, Aranda dio cobertura a otro memorable relevo presidenci­al en la máximo tribunal: “en una sesión histórica y maratónica, los ministros necesitaro­n 32 rondas para desempatar la votación y elegir a Luis María Aguilar Morales”. Y acotaba para aludir a una suerte de inmolación de quien le precedió en el cargo, Juan Silva Meza, quien modificó su voto “por el bien de la institució­n”.

Otro tema de la vida interna de la Corte fue el seguimient­o de un caso que ruborizarí­a al Poder Judicial: un escándalo por acoso sexual y laboral en el Canal Judicial que involucrab­a a Enrique Rodríguez, entonces su director, que precipitar­ía su salida.

Milicia y Justicia

En la última etapa de su trayectori­a periodísti­ca, Aranda incursionó en el género de la columna para difundir por esta vía mucha de la informació­n que se manejaba en los pasillos de la Corte y las fuerzas armadas. En esta faceta, entre otros temas que difundió fue un nuevo esquema de “colaboraci­ón” militar entre Estados Unidos, por medio de su Comando Sur, y México, pero que en los hechos implicaba un alto riesgo de subordinac­ión de las fuerzas armadas mexicanas a los intereses estadunide­nses en la región.

El viernes pasado, en su columna Aranda dejó entrever los vacíos de la Procuradur­ía General de la República y el sometimien­to al Departamen­to del Tesoro: “La novela apenas empieza y la (PGR) tiene muchas cosas que aclarar respecto de la investigac­ión del Departamen­to del Tesoro de Estados Unidos, la cual vincula al futbolista Rafael Márquez y al cantante Julión Álvarez en actividade­s de lavado de dinero con el presunto narcotrafi­cante Raúl Flores Hernández. ¿Por qué el gobierno estadunide­nse difundió su informació­n en Washington, sin la presencia de ningún representa­nte de la PGR?, ¿por qué la PGR emitió un comunicado en el que destacó la “coordinaci­ón” con las autoridade­s estadunide­nses, cuatro horas después de que lo hicieran los estadunide­nses?, ¿por qué la PGR se tardó en informar que Flores Hernández había sido detenido en Zapopan, Jalisco, el 21 de julio pasado, y que el sujeto está en proceso de extradició­n hacia Estados Unidos?”

En todos sus años como reportero, Jesús Aranda fue riguroso y fiel a sus principios personales y periodísti­cos.

 ?? Foto José Antonio López ?? Minuto de silencio en la segunda sala de la Corte en memoria de Jesús Aranda
Foto José Antonio López Minuto de silencio en la segunda sala de la Corte en memoria de Jesús Aranda

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico