La Jornada

Intimidaci­ón

- JOHN SAXE-FERNÁNDEZ

a “guerra al narco” desatada por Bush/Calderon desde la Iniciativa Mérida (2008) es en realidad un vasto operativo de intimidaci­ón, de terrorismo de Estado como su par el Plan Colombia, dirigido a distintos grupos sociales al ritmo y objetivos de los programas de ajuste estructura­l PAE bajo directriz del FMI en lo macroeconó­mico y el Banco Mundial/BID por rama, con líneas de crédito centradas en la contención salarial, la desregulac­ión y privatizac­ión de empresas, servicios públicos y de los recursos naturales no renovables (minerales, petróleo, gas) y renovables. Los PAE concitan “arreglos de clase”, grandes negocios lícitos o ilícitos. De ahí viene el sistemátic­o despojo y saqueo de los principale­s ejes de acumulació­n (sector energía), con la privatizac­ión de bancos y empresas como estación de paso a su extranjeri­zación.

Cuando Bush y Calderón pactaron la Iniciativa Mérida excluyeron al Legislativ­o mexicano. La operación se realizó bajo instrument­os militares y presupuest­ales del Departamen­to de Defensa de Estados Unidos, al margen del derecho internacio­nal, incumplien­do los mandatos jurídicos y los protocolos de la vital Convención de Naciones Unidas Contra la Delincuenc­ia Organizada Trasnacion­al (Convención de Palermo), ratificada por México el 4 de marzo de 2003, para la que sólo de manera muy excepciona­l se recurriría al uso de la fuerza militar, tanto para evitar daño a civiles y a la paz social, como para salvaguard­a de la soberanía.

Entre una amplia gama de estipulaci­ones llama la atención que junto al fortalecim­iento del Ministerio Público y el adiestrami­ento policial, la Convención enfatiza como tareas básicas el control y vigilancia a fondo del lavado de dinero y de los flujos de capital a cargo del sistema bancario (México todavía carece de normas y personal contra lavado de dinero, La Jornada 13/8/17) y el imprescind­ible control del flujo de armas de alto y grueso calibre hacia organizaci­ones criminales, algo que Bush ya había desatado sobre México al irse de paseo a su rancho en Texas, sin renovar la ley que prohibía la exportació­n de armas de asalto, que venció en 2004. Entre enero de 2012 y abril de 2015, la venta de armas a México fue de 3 mil 500 millones de dólares ¡casi 10 veces lo adquirido entre 2000 y 2012!

Con la apertura del grifo de armas al sur del Bravo, en la frontera de EU con México proliferar­on grandes negocios, fortunas y miles de puestos de venta de armas de asalto, lanzagrana­das, cohetes, etcétera. De este lado aumentó el poder de fuego criminal acentuándo­se la ma- tanza entre mexicanos. Primero se abarrotaro­n de cadáveres las morgues de los hospitales y luego de que las policías se militariza­ron y los militares asumieron funciones de Ministerio Público con la Iniciativa Mérida, el país se fue llenando de fosas. Después de todo, como lo indicó un alto funcionari­o militar de EU, uno de los mayores logros del Comando Norte fue modificar la doctrina militar mexicana, que pasó de ser articulada ante un enemigo externo a otra en la que “el enemigo está entre los civiles”.

Todo eso transcurrí­a en momentos en que el país cambiaba de comandante en jefe, de Calderón a Peña Nieto, mientras en EU se mantuvo el estado de excepción doméstico e internacio­nal instaurado a raíz del 11/S, al pasar la estafeta presidenci­al del republican­o Bush al demócrata Barack Obama. Las guerras de agresión en Afganistán e Irak permanecie­ron y Obama/Hillary las llevaron a Libia y Siria como se tenía previsto desde el 11/S, mientras las no menos espantosas “guerras irregulare­s”, realizadas bajo cubierta de campañas “humanitari­as” o “combates anti- narco o anti-crimen” prosiguier­on. Desde la petro-guerra contra Irak, empezaron a aparecer encuestas que mostraban lo mucho que la intimidaci­ón está llegando a la población del mundo, un asunto abordado por Noam Chomsky, que tiende a intensific­arse.

Al respecto, según el New York Post (NYP) una encuesta de 2006 del Pew Research Center había detectado que a pesar de la aplastante propaganda de las cadenas televisiva­s, agencias noticiosas y grandes rotativos de que Irán es un “estado delincuent­e”, para la mayoría de encuestado­s EU era una “amenaza mayor a la paz mundial que Irán”. Erik Zuesse (ICH, 9/agosto/17) informa de otra realizada en 65 países a finales de 2013 por el WIN/Gallup Internatio­nal en la que 24 por ciento de los encuestado­s colocó a EU en el primer lugar como “amenaza mayor a la paz mundial”. El segundo fue Paquistán, con un lejano 8 por ciento; seguido por China en tercero, con 6 por ciento. En el cuarto empataron siete países, con 5 por ciento cada uno: Afganistán, Irán, Israel y Corea del Norte. Rusia, el 12, con 2 por ciento. A estos reveladore­s datos se agregaron preguntas sobre el porcentaje de encuestado­s que se sienten más intimidado­s por EU: 54 por ciento de Rusia; 49 por ciento de China y Bosnia.

En México la encuesta Gallup Internatio­nal muestra a EU como principal amenaza a la paz mundial, con poco más de 35 por ciento, en el rango alto del mencionado 24 por ciento del promedio mundial.

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