LAS REBANADAS DEL PASTEL
dencias y con la certeza de lo mucho que México aporta al dinamismo de la región norteamericana. Lo que está de por medio en la negociación es esa dinámica que ahí estamos viendo ya plasmada en una realidad concreta de una región que compite, y que compite con éxito porque México es parte de esa región”. Guajardo menciona la presunta existencia de un Plan B, lo que resulta más que novedoso y atractivo, porque los mexicanos aún no conocen el Plan A, pero ya saben que habría otro en lista de espera, aunque “no es el principal objetivo”; Videgaray, sólido como el acero, asegura que nadie está nervioso ni sorprendido por las amenazas, porque al final de cuentas el energúmeno de la Casa Blanca tiene un “particular estilo” y al “amigo y socio” se le permite y aguanta todo; y Meade, que al igual que los banqueros se ha instalado en la filosofía de Kalimán (aquí no se sabe quién es Solín), es decir la de la “serenidad y las paciencia”. De hecho, el presidente de los banqueros, Marcos Martínez Gavica, aseguró que “en toda negociación alguien la hace de bueno y alguien la hace de malo, y hay distintas formas de negociar y distintos momentos. Deberíamos tener calma y serenidad como decía Kalimán” (mala memoria del barón: la frase correcta es “serenidad y paciencia”; se nota que en su niñez leyó Archie y no Kalimán). Yde cereza, el presidente del Consejo Coordinador Empresarial, Juan Pablo Castañón: “los empresarios seguirán con el diálogo con el fin de alcanzar un acuerdo que beneficie e México y consolide la competitividad de la región norteamericana. La iniciativa privada sigue trabajando en un diálogo respetuoso con los actores involucrados en el TLCAN. La comunicación con nuestras contrapartes estadunidenses y canadienses continúa siendo estrecha y Encendido el ventilador, los implicados en el “mal rato” del Paso Exprés de Cuernavaca se avientan la boñiga entre sí para evitar la mancha y el olor, algo por demás imposible especialmente por la ínfima “calidad” de los implicados (públicos y privados). Esa ha sido la rutina de Gerardo Ruiz Esparza, titular de Comunicaciones y Transportes; la repiten las empresas Aldesa y Eppcor, y ahora el presunto gobernador de Morelos, de por sí con negro historial. Ayer, ante diputados y senadores que le exigieron asumir su responsabilidad en la citada obra vial, el inenarrable Graco Ramírez “acusó al presidente Enrique Peña Nieto y al titular de la SCT de apresurar la inauguración, a sabiendas de que estaba inconclusa y presentaba problemas estructurales. Desde hace un año señalé los errores y deficiencias, pero EPN me pidió que asistiera a la inauguración”. Pútridos e impunes.