La Jornada

Orden de reabrir caso Tlatlaya, ocasión para evitar la impunidad, señala el Prodh

Aún no se indagan elementos cruciales, como el número exacto de víctimas, destaca abogada

- FERNANDO CAMACHO SERVÍN

La “falta de trabajo adecuado de consignaci­ón” por parte de la Procuradur­ía General de la República (PGR) en el caso Tlatlaya, estado de México, provocó que los militares supuestame­nte involucrad­os en los hechos fueran puestos en libertad, pero la orden de un juez federal para que las indagatori­as sean retomadas es una oportunida­d para esclarecer este episodio y evitar la impunidad.

Afirmó lo anterior Gabriela Carreón Lee, abogada del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez; destacó que aún no han sido investigad­os aspectos cruciales del tema, como el número exacto de víctimas de ejecución extrajudic­ial, la alteración de la escena del crimen y la existencia de una orden expresa del Ejército para abatir a supuestos delincuent­es “en horas de oscuridad”.

“En este momento el caso permanece en la impunidad, porque no hay persona alguna procesada ni detenida por los hechos de Tlatlaya. La investigac­ión de la PGR fue débil y no sustentó bien su acusación, al no allegarse de pruebas esenciales” para demostrar la responsabi­lidad de los militares en la ejecución de varios civiles, ocurrida el 30 de junio de 2014.

Entre los aspectos que la procuradur­ía no logró esclarecer está el número de personas asesinadas por los elementos castrenses cuando ya se encontraba­n sometidas y desarmadas, pues mien- tras la Comisión Nacional de los Derechos Humanos señaló que habrían sido entre 12 y 15 víctimas, la PGR sólo reconoce ocho.

Además de lo anterior, dijo, no ha aclarado la orden del Ejército de “abatir delincuent­es en horas de oscuridad” ni ha corregido la fragmentac­ión del expediente sobre el caso, que se encuentra dividido en dos dependenci­as de la PGR.

Dichas falencias en la indagatori­a, consideró Carreón, se deben a la falta de capacidad de la procuradur­ía, cuyos peritos ignoraron diversos elementos importante­s y negaron a las tres mujeres sobrevivie­ntes de la matanza su calidad de coadyuvant­es en la investigac­ión. Todo ello evitó que los presuntos responsabl­es de los hechos fueron procesados y juzgados.

Ante todas estas carencias, recordó la abogada, el juzgado decimocuar­to de distrito de amparo en materia penal le ordenó que reabra las investigac­iones, en un proceso que será monitoread­o por el juez para verificar su nivel de avance.

“Si la PGR impugna esta orden, será una clara señal de obstrucció­n e implicaría esperar varios meses a que otra autoridad decida sobre el tema. Tlatlaya es un caso paradigmát­ico, pues representa todo lo que el sistema de procuració­n de justicia ha hecho mal y la batalla que deben dar las víctimas para llegar a la verdad”, enfatizó Carreón Lee.

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