La Jornada

Pese al mayor uso de copas menstruale­s, alerta sanitaria sobre ellas sigue vigente

La Cofepris otorgó registro a dos empresas que la comerciali­zan, no al producto Explica comisionad­o de Operación Sanitaria que no la prohíben, sólo buscan regularla

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La Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) ha otorgado el registro sanitario a dos empresas que comerciali­zan copas menstruale­s, pero la alerta sanitaria sobre su uso, que declaró el organismo en 2016, continúa vigente.

Lo anterior, explicó Álvaro Israel Pérez Vega, comisionad­o de Operación Sanitaria, es porque “hay muchas copas menstruale­s que no han cumplido con la regulación”, por lo que no tienen aval sobre su calidad ni se sabe si tendrán efectos en la salud.

Sin embargo, cada vez más mujeres las buscan por considerar­las más amigables con el medio ambiente y por su propio bienestar, al tiempo que las ayuda a conocer su cuerpo. Las interesada­s sobre todo recurren a amigas, conocidas o sitios de internet para adquirir el producto.

El mes pasado, en change. org se subió una petición para que la Cofepris realice más investigac­ión y otorgue el registro sanitario a la copa menstrual, “con la intención de acercar el producto a más mujeres y parar la enorme huella ecológica que estamos dejando en el planeta”. Hasta el momento ha reunido más de 8 mil 300 firmas.

Amparo Natalia Reyes Andrade, activista integrante del Colectivo de Mujeres Activas Sinaloense­s, tiene más de 3 años utilizando la copa menstrual. Para ella, ésta contribuye al mejor dominio de las mujeres sobre su cuerpo. Es una alternativ­a y, cuando las mujeres se acoplan a ella, “es un cambio de vida”. Desde lo económico se deja de invertir dinero para comprar toallas sanitarias o tampones.

Las mujeres menstrúan en promedio 40 años, en cada ciclo pueden utilizar hasta 20 de estos productos, es decir, 9 mil 600 durante su vida, expuso la también consejera social del Instituto Nacional de las Mujeres. El costo de una copa menstrual es de entre 300 y 700 pesos, puede usarse por 12 horas y dura de 10 a 15 años.

Ni la activista ni sus amigas o conocidas usan este producto han sufrido algún padecimien­to; no obstante, reconoció que no es para todas las mujeres, por lo que se recomienda acudir al ginecólogo.

Sobre la alerta sanitaria que lanzó la Cofepris, dijo que “favorece” a las empresas que ofrecen los productos tradiciona­les y expuso que la dependenci­a “no demuestra con estudios, ni médicos o científico­s, que la copa menstrual contraveng­a o impacte de manera negativa la salud de las mujeres”.

Al respecto, el comisionad­o de Operación Sanitaria dijo en entrevista que la Cofepris “no la prohíbe”, sino que busca que se formalice el producto. Debe cumplir con una regulación, al ser un dispositiv­o médico Clase II, por lo que requiere garantía de que su uso no afecte partes internas de las mujeres, que no tenga materiales que puedan hacer al- guna incisión, que sea adecuada y sencilla de limpieza “sin que pueda representa­r un riesgo”.

También, que tenga instructiv­o en español, “que la empresa que la está fabricando cumpla con las buenas prácticas. Son cuestiones sobre todo de limpieza y orden y de materiales adecuados, que no vayan a ser una cuestión tóxica o puedan provocar alguna alergia a la usuaria”.

Agregó que la alerta sanitaria no es una cuestión “de género, ni de empresas extranjera­s o nacionales. Es un tema de regulación sanitaria y de su propio cuidado”.

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Foto María Luisa Severiano Voladores de Papantla despiertan admiración en el Bosque de Chapultepe­c

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