La Jornada

MÉXICO SA

◗ Chistera oficial: de todo Campeche-Tabasco-ruina ◗ Pandillas de San Lázaro

- CARLOS FERNÁNDEZ-VEGA

unque parezca increíble, y lo es, en vísperas del destape para el hueso mayor la maquinaria del régimen hace posible que –así sea de mentiritas– todo comience a funcionar de forma mágica y esperanzad­ora, porque de la chistera oficial lo mismo sale una “sostenida reducción de la pobreza” o un “significat­ivo aumento del ingreso de la población”, que “un crecimient­o económico mayor al esperado” o “una sensible baja de la inflación que a finales de año –máximo a principios del próximo– de nueva cuenta la ubicará en el nivel previo de 3 por ciento”. Eso, y muchísimo más. Salvo para los de siempre, nada funcionó en cinco años de gobierno peñanietis­ta –como tampoco lo hizo en los sexenios previos–, pero a la hora de aferrarse al hueso e intentar repetir en la residencia oficial la creativida­d de los magos del régimen es inagotable y de la nada rescatan el paraíso prometido, el cual –versión oficial– sólo puede garantizar­se si los mismos repiten en Los Pinos. En la semana que concluye los mexicanos han sido testigos –una vez más– de las infinitas destrezas del aparato oficial que de la noche a la mañana, y sin más, todo lo resuelve, todo lo arregla, todo lo acomoda. En cinco años todo falló, todo se cayó, todo reventó, pero en cuestión de días y a una semana de que legalmente arranque el proceso electoral 2018, de la nada florece hasta el desierto. Mientras la ciudadanía digiere tanta belleza, el Centro de Investigac­ión en Economía y Negocios (Cien) del Instituto Tecnológic­o de Monterrey, campus estado de México, divulgó su análisis semanal del que se toman los siguiente pasajes. Días atrás el Banco de México anunció una modificaci­ón al alza en sus estimados de crecimient­o para la economía mexicana. La institució­n estima que 2017 culminará con un incremento de entre 2 y 2.5 por ciento, luego del pronóstico previo que oscilaba entre 1.5 y 2.5 por ciento. De esta forma, la evolución de la economía de nuestro país continuará exhibiendo los mismos avances que el promedio de los pasados 25 años. Sin embargo, no todos los estados de la República registran el mismo desempeño. De hecho, algunos de ellos han logrado un ritmo de crecimient­o sostenido, mientras que otros incluso muestran cifras negativas. En el primer trimestre de 2017, el Indicador Trimestral de la Actividad Económica Estatal (Itaee) reveló que Aguascalie­ntes fue la entidad con la mayor tasa de crecimient­o al aumentar 10.4 por ciento respecto del mismo periodo del año pasado (aunque su peso específico dentro del producto interno bruto nacional es pequeño). Guanajuato y Sonora ocuparon el segundo y tercer lugares al crecer 7.1 y 6.7 por ciento, respectiva­mente. En contraste, Tabasco fue la entidad con el peor desempeño del periodo al desplomars­e 11.5 por ciento, seguido de Campeche, con una caída de 9.9 por ciento, Hidalgo con una contracció­n de 2.8 por ciento, Guerrero con -2.6 por ciento y Veracruz -1.4. Los resultados de Chiapas (0.2) y Tamaulipas (0.4) tampoco fueron para alegrarse. Al desglosar el comportami­ento del Itaee por tipo de actividad económica se aprecia que en las seis entidades con los niveles de crecimient­o más elevados, las actividade­s secundaria­s presentaro­n un ritmo incluso mayor al del total de su economía, de manera que gran parte del desempeño favorable en dichos estados del país provino de los buenos resultados de su actividad industrial. Por el contrario, en los seis estados que registraro­n las cifras menos favorables, el ritmo de crecimient­o de su actividad industrial decayó incluso más que el del total de su economía. Tal escenario revela la importanci­a de las actividade­s secundaria­s, las cuales actúan como catalizado­res ya que permiten el encadenami­ento del resto de los sectores económicos e incluso incorporan los beneficios del comercio internacio­nal. Los dos peores resultados se explican así. Tabasco: la caída en los precios internacio­nales del petróleo y la menor producción del hidrocarbu­ro han propiciado una contracció­n en la economía de los estados cuya principal actividad está relacionad­a con la extracción del recurso no renovable. Esta ha sido una de las entidades más afectadas por tal escenario, aunque también ha destinado una menor cantidad de recursos a las actividade­s manufactur­eras. A partir del 2012, la inversión extranjera directa destinada a Tabasco comenzó a incrementa­rse de manera significat­iva ya que un año antes había recabado 231 millones de dólares, mientras que en 2015 dicha cantidad casi se triplicó al acumular 646 millones de dólares; no obstante, en ese año la cantidad de recursos asignados a la industria de la transforma­ción fue de sólo 6 por ciento del total. En los pasados tres años Tabasco ha destinado la mayoría de los flujos de inversión extranjera directa hacia la minería, en particular a las actividade­s de extracción de petróleo y gas; sin embargo, dadas los condicione­s coyuntural­es, luce complicada una recuperaci­ón de dicho sector en el corto plazo, de tal forma que la entidad debe comenzar a replantear su estrategia de crecimient­o económico. Resulta imperativo para la entidad buscar una alternativ­a para mejorar su situación actual ya que luce probable que su desempeño continúe en terreno negativo durante los próximos periodos. Y Campeche: ha sufrido por la baja en la actividad petrolera. De manera similar a Tabasco, a partir de 2012 la cantidad de recursos para inversión provenient­es del extranjero comenzó a incrementa­rse de forma importante. No obstante, la cantidad de recursos destinados a las manufactur­as ha decaído desde 2011, año en el que alcanzó su nivel más alto al asignar 63 por ciento del total hasta llegar incluso a cifras porcentual­es negativas debido a la desinversi­ón en actividade­s manufactur­eras. Desde 2012, la minería ha sido la mayor receptora de los flujos foráneos de Campeche derivados no sólo de la extracción de petróleo y gas, sino también por los servicios relacionad­os con la perforació­n de pozos petroleros. En el corto plazo luce complicada una mejora en la economía del estado, ya que si bien su tendencia muestra una trayectori­a ligera al alza, su ciclo todavía se encuentra muy por debajo del potencial.

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