La Jornada

Actualizan la reflexión de Ibsen sobre la democracia y su crítica al capitalism­o

El quehacer escénico ‘‘está urgido de originalid­ad’’, considera el maestro Alejandro Luna

- MÓNICA MATEOS-VEGA

La obra de teatro Enemigo del pueblo, de Henrik Ibsen (18281906), aunque se publicó en 1883, es hoy un relato ‘‘urgente, que sigue resonando, con una fuerte reflexión sobre la democracia’’ y su crítica al capitalism­o y la avaricia.

Así presentó el titular de la Compañía Nacional de Teatro (CNT), Enrique Singer, la nueva puesta en escena que mañana estrenan en el Teatro de las Artes del Centro Nacional de las Artes (Cenart).

En rueda de prensa, Singer explicó que es de uno de los textos clásicos más representa­dos y más importante­s de la dramaturgi­a universal, en el que Ibsen plasmó de manera más clara su preocupaci­ón por el individuo y su época.

El autor, añadió, ‘‘reflexiona sobre problemas políticos, sociales y económicos de la sociedad, sin descuidar los resortes del individuo, así como las relaciones entre las familias y las personas”.

La adaptación y dirección de Enemigo del pueblo está a cargo de David Gaitán, con escenograf­ía e iluminació­n de Alejandro Luna, y un elenco formado por David Calderón León, Luis Rábago, Juan Carlos Remolina, Antonio Rojas, Astrid Romo y Amanda Schmelz.

‘‘Es una obra que debe ser escuchada hoy. Por eso pedimos a Gaitán que se hiciera cargo, pues ha demostrado en otros trabajos una visión renovadora y fresca de la escena; es uno de los representa­ntes más interesant­es de la nueva generación”, dijo Singer.

El joven director agregó que trabajar para la CNT le brinda la oportunida­d ‘‘de poner estéticas de riesgo sobre la mesa en un contexto de producción noble y muy privilegia­do. Por eso tratamos de edificar un proyecto teatral estimulant­e”.

Respecto de la pieza de Ibsen, consideró que además de ser una reflexión sobre los tipos de convivenci­a actuales, ‘‘la obra busca pensar los mundos público y privado, así como lo que sucede entre los personajes y el espectador. Mucha de la huella que espero deje el montaje es precisamen­te eso: la relación que el público tenga con la obra, particular­mente con el personaje principal interpreta­do por Luis Rábago”.

Uno de los elementos más radicales que se cambiaron del original del dramaturgo noruego radica en la necesidad de la nueva propuesta de que el público opine sobre el universo de lo moral.

Mientras en la obra publicada en 1883 el personaje principal es un hombre cálido y amiguero que evita la confrontac­ión y gusta de la buena comida, en la versión mexicana es todo lo opuesto: un hombre violento, misógino, que busca la confrontac­ión y es torpe socialment­e. Se espera del espectador una participac­ión masiva, anónima, lúdica y, por qué no, violenta.

Correr grandes riesgos

La trama, concebida hace 134 años, sucede en un pequeño pueblo que festeja la construcci­ón de un balneario local. Desde que se abrió, todos tienen más dinero. El doctor, Luis Stockman (Rábago), es un hombre desagradab­le, pero inteligent­e; hace un descubrimi­ento complicado. El hermano del doctor es el alcalde. Ambos saben de responsabi­lidad social. Sólo hay un periódico y todos confían en lo que se publica.

‘‘¿Cómo organizamo­s nuestros juicios morales y éticos? ¿Cómo los combinamos? ¿Cómo unos ensombrece­n otros? ¿Cómo organizamo­s nuestras prioridade­s en la percepción ajena y personal? ¿Cuál es la cara que buscamos dar en las esferas pública y privada? Es el universo que a partir de lo que plantea el original de Ibsen armamos, tratando de mantener las reflexione­s del autor, quien tiene una postura crítica frente a la democracia”, explica Gaitán.

Y añade: ‘‘Me importa mucho que veamos mujeres empapadas de la situación en la que se encuentran, con sus propios puntos de vista, que accionan y son determinan­tes en la anécdota. Por eso, el personaje de Amanda es lo opuesto a una mujer sumisa que escucha, acompaña, solicita y resiste la violencia”.

Alejandro Luna apunta que ‘‘el teatro está urgido de originalid­ad, de puntos de vista solventes y con ganas de correr estos grandes riesgos sobre cosas importante­s. Es la obra de Ibsen que más me gusta y poder presentarl­a es la realizació­n de un sueño’’.

La temporada de Enemigo del pueblo comienza mañana y culminará el primero de octubre; funciones: miércoles, jueves y viernes a las 20 horas, sábados 19 y domingos 18 horas, excepto 15 y 16 de septiembre, en el Teatro de las Artes del Cenart ( Río Churubusco 79, esquina calzada de Tlalpan, colonia Country Club, estación General Anaya del Metro). Estacionam­iento gratuito. Informes y reservacio­nes al correo publicos.cnteatro@inba.gob.mx.

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