La Jornada

Picasso y Rivera:

El último día fue el de más afluencia; hubo larga fila y espera de más de dos horas a la intemperie

- CARLOS PAUL Y ÁNGEL VARGAS

Luego de 94 días de exhibición en el Museo del Palacio de Bellas Artes, la exposición Picasso y Rivera: conversaci­ones a través del tiempo concluyó el domingo con un exitoso maratón de visitantes: durante 38 horas de manera ininterrum­pida, de las 10 de la mañana del sábado a la medianoche del domingo. Según cifras oficiales recibió “un total de 243 mil 788 visitantes”.

A las 23 horas del domingo, todavía llegaban presurosos parejas, grupos de amigos y personas en solitario.

‘‘En realidad llegamos al Palacio de Bellas Artes pensando que estaba cerrado y nos dijeron que estaba la exposición de Pablo Picasso y Diego Rivera. No nos acordábamo­s. No obstante, preguntamo­s cuánto costaba y dijeron que la entrada era gratuita; así que decidimos entrar”, comentaron Azael, de 30, y Verónica Buenrostro, de 35 años, provenient­es de Monterrey y Saltillo, respectiva­mente.

El acceso al público se cerró a las 23:45 horas del domingo y sólo se esperó que salieran los últimos visitantes. ‘‘ Quisimos aprovechar la exposición de Picasso y Rivera, pues sería un crimen no venir, aunque sea en el último momento”, dijeron Dante, de 28 años, y Jimena, de 34 años, profesor de inglés y bióloga, respectiva­mente.

‘‘Para nosotros es una experienci­a muy novedosa venir a verla por la noche, como que se crea una atmósfera más íntima y relajada, diferente a la normal”, comentaron.

El domingo fue el día con mayor afluencia, con poco más de 6 mil personas, que gran parte del día formaron una fila de cientos de metros y debieron esperar a la intemperie más de dos horas.

Desde las 19 horas la fila y el tiempo de espera se redujeron de forma considerab­le y a partir de las 8 de la noche prácticame­nte la fila era inexistent­e; sólo había que aguardar unos cinco minutos para entrar al museo.

Sin embargo, las aglomeraci­ones dentro de la sala se mantuviero­n hasta poco antes de las 11 de la noche, debido a que el público observaba con detenimien­to las obras, así como los videos y textos explicativ­os que las acompañaba­n; algunas personas se detenían a tratar de dibujarlas.

Para varios de los asistentes, la de Picasso y Rivera significó la primera exposición que han visitado en el máximo recinto cultural del país, como Leopolda Rodríguez Pérez, de 54 años, quien viajó cerca de dos horas desde San Francisco Chimalpa, estado de México, para llevar a su hija Guadalupe y que ésta cumpliera así un trabajo escolar.

‘‘En realidad, nunca había venido aquí y me llama la atención para aprender algo de las bellas artes; y pues cumplir también con una tarea de mi hija”, dijo la señora.

Esa fue la misma situación de Aidée Guzmán, de 15 años, estudiante del primer año de preparator­ia, quien desde Valle de Chalco asistió también por deberes escolares.

‘‘Esta es la primera vez que vengo al Palacio de Bellas Artes, y sí, estoy emocionada, aunque se trate de una tarea para la prepa. Sé quiénes son Picasso y Rivera, pero espero que la exposición me deje aprender más de ellos.”

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