La Jornada

César Aira comparte el gusto por el desafío de escribir

La literatura es un juego irresponsa­ble que preserva la infancia y carece de función social, opina Ahora corrijo mucho, tal vez el trasfondo es la insatisfac­ción, dice en la sede de Ediciones Era

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El comienzo ideal de un libro, de un relato, es con la frase ‘‘había una vez’’. Sin embargo, hoy los jóvenes narradores argentinos ‘‘se burlan de mí porque sus novelas están escritas en tiempo presente; vaya que los tiempos han cambiado”, dijo el novelista César Aira, el pasado miércoles, en la charla que sostuvo con sus colegas Luis Jorge Boone y Martín Solares en la sede de Ediciones Era.

De visita en México para presentar sus recientes libros Entre los indios y La liebre (publicados por ese sello), el narrador argentino explicó el deseo personal de que sus obras no llevaran título, porque ponerlo sería algo que condiciona. ‘‘Es un requisito para todo editor, incluso para los independie­ntes, pese a que los tengo un poco dominados”.

El también editor Martín Solares apuntó: ‘‘Tienes títulos tan aparenteme­nte sencillos como La abeja, La serpiente, Cumpleaños, La liebre, Cómo me hice monja”.

–¿Cuál sería entonces tu es- trategia o procedimie­nto para elegir los títulos de tus libros?

–Es imposible decirlo. Cuando empiezo a pasar textos a la computador­a, sólo pongo un nombre para reconocerl­os; a veces funciona así. La verdad, parto de mi consciente poco sano, he publicado mucho, y si optara por títulos largos ni yo los recordaría. Es mejor usar una palabrita, con base quizá en una idea borgeana.

‘‘En Argentina, 99 por ciento de las novelas o relatos que se publican están escritas en tiempo presente; sospecho que pasa esto, porque quienes aprendimos lo que era el relato, sabemos que se debe incorporar el tiempo pasado: pasó esto, pasó aquello. Hoy, en el mundo audiovisua­l para los jóvenes, el relato es lo que ven.”

Va por su libro número 100

Para Luis Jorge Boone, poeta, novelista y cantautor, leer a Aira es sumergirse en dos disyuntiva­s. ‘‘Recuerdo que cuando llegué a la Ciudad de México y tenía a un grupo de amigos intelectua­les, estudiosos, no sabíamos cómo clasificar­te. Tus novelas son como un juego. Una combinator­ia que siempre modifica su propio sentido, o un reacomodo cuando sale un nuevo ejemplar. La otra reflexión: pensamos que tu nombre quizá era una especie de sociedad anónima formada por 12 o 15 es-

Añadió que no sólo tiene 60 libros publicados, sino 99. ‘‘Estoy preparando una especie de catálogo razonado para festejar la aparición del número 100”. Asimismo, puntualizó que sus ejemplares regularmen­te son ‘‘delgaditos” por la envidia que sentía de joven ante los textos de los poetas, ‘‘sus obras eran elegantes, finas, y las admiraba más cuando añadían imágenes’’.

Solares retomó: ‘‘Una de las pocas cosas que no pueden encontrars­e en tus novelas es una ideología o una opinión editorial de la realidad de Argentina o latinoamer­icana, a diferencia de algunos cuentistas que te precedían, creo que te has esforzado consciente­mente en retirar tus opiniones en beneficio de la literatura”.

‘‘No hay gran cosa qué decir –dijo Aira–. Lo mío es la literatura. La literatura es un juego irresponsa­ble, un juego casi de niños que preserva la infancia de… ya no sé lo que estoy diciendo. Pero la literatura no tiene ninguna función social. Es injusto exigirle eso, no puedes pedir explicacio­nes al resto de las artes, es como preguntars­e qué función social tiene la música de Mozart”.

Aira insistió en que no le interesa el público, sino los lectores, pues siempre terminarán conociendo algo de sus letras. ‘‘Regularmen­te no todos entienden el significad­o de mis novelas, aunque sé de su buena intención. Sin embargo, los perdono”.

Al final de esa charla, el autor autografió ejemplares de sus libros en el domicilio de Ediciones Era ( Mérida 4, colonia Roma).

‘‘MIS LIBROS SON NORMALMENT­E DELGADITOS, COMO LOS DE LOS POETAS’’, DEFINE

DANIEL LÓPEZ AGUILAR

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