La Jornada

Sin descanso, la solidarida­d en Juchitán

“Autoridade­s ni una palabra de aliento nos dieron”, dicen

- DIANA MANZO Y JORGE A. PÉREZ ALFONSO JUCHITÁN, OAX.

A raíz del sismo del 7 de septiembre anterior no hay descanso para las personas que se solidariza­n con los pueblos del Istmo de Tehuantepe­c, el cual destruyó muchos hogares. Aquí la sociedad civil reaccionó sin detenerse.

Profesores de la secundaria técnica número 33, afiliados a la sección 22 del magisterio oaxaqueño, reparten víveres y comida en Unión Hidalgo desde hace 14 días a gente que lo perdió todo.

La casa de Crimilda Marcelina López Gallegos, en Juchitán, se derrumbó y voluntario­s le ayudan a recoger tabiques, mientras jóvenes llevan comidas y víveres a los damnificad­os.

Al apoyo se suman 30 cocinas comunitari­as que impulsó el artista juchiteco Francisco Toledo.

Amas de casa, campesinos, migrantes, escritores, poetas, profesores, médicos, jóvenes, pescadores, arquitecto­s, llegaron en las primeras horas del terremoto. No se han ido, traen comida y ropa, y mostraron lo débil y desorganiz­adas que son las autoridade­s locales.

“Aquí nunca pasó la presidenta municipal para darnos una palabra de aliento, y mucho menos nos dio una despensa”, dijo Crimilda Marcelina, de 70 años, quien vivía en la séptima sección de Juchitán y actualment­e pasa los días en la calle.

Rescatista­s de Toluca, estado de México, y de la capital del país colaboraro­n en la limpieza una semana, pero ya se retiraron. Otros voluntario­s llegaron, como la comunidad muxe y transexual.

Asimismo, estudiante­s de la Universida­d Nacional Autónoma de México capacitan a damnificad­os para construir chozas temporales en Ixtaltepec y Juchitán.

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