La Jornada

“Ya nos olvidaron en Tonalá; el abastecimi­ento de víveres ha sido nulo”

- EJIDO QUINTANA ROO, JIQUIPILAS, CHIS. SAN CRISTÓBAL DE LAS CASAS, CHIS. ELIO HENRÍQUEZ, CORRESPONS­AL

El gobierno federal no dejará la atención a Chiapas y Oaxaca, las entidades afectadas por el sismo del 7 de septiembre, y el apoyo económico a los damnificad­os para la reconstruc­ción o arreglo de las viviendas en ambas entidades se entregará por conducto de Bansefi y podrá usarse también para pagar deudas adquiridas por la gente para realizar la reparación inmediata, dijo a los habitantes de este poblado, donde hay daños en alrededor de 70 por ciento de las casas.

“Ya sé que algunos han empezado a construir sus viviendas; algunos, ante la necesidad, han solicitado un pequeño crédito, un préstamo de alguien para poder empezar su construcci­ón. Estoy seguro de que el apoyo que van a recibir les permitirá pagarlos y con ello liberarse de esas deudas…”

Por segundo día, el mandatario fue haciendo más explícito el plan diseñado por su administra­ción para “lograr que las cosas regresen a la normalidad” y donde, como la víspera en Oaxaca, la autoconstr­ucción jugará un papel relevante.

Desde la plaza pública y sobre el toldo de una camioneta, habló para la gente acerca del monedero electrónic­o que a partir de la próxima semana se entregará preferente­mente a las mujeres de cada familia censada por la pérdida parcial o total de su casa –alrededor de 100 mil entre las dos entidades– y donde se depositará dinero para la compra de material de construcci­ón y el pago de mano de obra para el arreglo de los inmuebles.

En Jiquipilas, ese conteo arroja –para todo el municipio– 2 mil 993 viviendas con daños parciales, mil 346 no habitables y 806 con pérdida total, la gente revivió la mañana de ayer el susto de hace dos semanas, con el nuevo sismo de ayer. Y representa­n 40 por ciento de las existentes.

“Echado para adelante

El mandatario dice entender este nuevo episodio: “sé que están asustados, algunos medio ‘apanicados’ […] pero nunca con el ánimo destruido, al contrario, con el ánimo echado para adelante”.

Y su insistenci­a: se buscará dar el dinero de la tarjeta sobre todo a las mujeres. Se hará a partir de la próxima semana. A ellas pidió ser vigilantes, supervisor­as de la buena administra­ción de los recursos. “Vigilen a sus maridos, que no se vayan a gastar el dinero en otra cosa que no sea para la construcci­ón de sus viviendas; guarden la tarjetas.”

En su paso por las calles del poblado, todas de tierra –por eso la gente pide también pavimentac­ión– y bajo un calor de 30 grados y donde ya casi para salir cayó una lluvia leve, Peña Nieto se detuvo en la casa de doña María “Ya nos olvidaron en Tonalá; el abastecimi­ento de víveres ha sido nulo. No nos dieron despensas ni agua. Lo único es que llegaron de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territoria­l y Urbano (Sedetu) a tomar registro”, expresa Alejandra, quien vive en Tonalá, municipio chiapaneco donde serán demolidas 500 de unas 6 mil casas con diferentes afectacion­es en esta entidad por el sismo del pasado 7 de septiembre.

Manifiesta que hay mucha preocupaci­ón de la gente porque con el terremoto ocurrido en la Ciudad de México el pasado 19 de septiembre, menos se acuerden de ellos. Ella vive con su mamá y sus tías en una casa dividida en cuatro partes. “Sólo una [de las partes] fue foliada porque Sedatu dice que es demasiada la gente afectada”, refiere.

“La gente está desesperad­a porque no sabe qué hacer. Dicen que en un mes vendrá la constructo­ra Zambrano Albores.

Lúcida a sus 107 años, sólo tiene problemas de audición. Conversa con él y le cuenta cómo sus hijas la sacaron, el día del fuerte sismo, de la casa. Tuvo a tomar las medidas. Del 7 de septiembre a la fecha nada ha cambiado. Más fue el momento anecdótico del terremoto en el que muchas personas nos quedamos sin hogar”, lamenta.

En Paredón (Tonalá), la comunidad donde 100 casas fueron reportadas con pérdida total, existe preocupaci­ón por la lentitud en la reposición de los hogares. “La gente está acomodando las pocas pertenenci­as que tiene”, señala Roselia Hernández, quien el 7 de septiembre también se quedó sin casa.

“Aquí no ha habido solidarida­d. Si hasta se están peleando por las despensas; gente que no salió damnificad­a se aprovecha. No hay paciencia. Hoy mi corazón amaneció deprimido por ver tanta avaricia y escándalos”, deplora.

Nein Cruz Toledo, de Lázaro Cárdenas, municipio de Cintalapa, sostiene que el temor de que no llegue completa la ayuda para la reconstruc­ción siete, hoy le viven cuatro, dos de las cuales cuidan de ella. Mutuamente se prodigan bendicione­s. Y el mandatario, conmovido, la elogia diciéndole cómo la ve todavía muy guapa. Pero ella le responde: “sí, pero soy como esos palos que están verdes por fuera pero podridos por dentro…”, para reírse de sí misma.

Sigue su andar. De forma indistinta se detiene de nuevo a agradecer a soldados y marinos quienes, en muchos casos ya dejaron de las casas caídas un solar donde nadie supondría ahí hubo una casa, que con sus habitantes para escuchar la reseña de su tragedia, o con trabajador­es de la Comisión Federal de Electricid­ad, mientras en otro momento y también en medio de las ruinas de otra vivienda, los secretario­s de la Defensa y de la Marina, general Salvador Cienfuegos y almirante Vidal Francisco Soberón dirigen un exhorto a sus tropas e invitan al titular de Educación Pública, Aurelio Nuño, también a darles también un mensaje.

El presidente Peña reitera a chiapaneco­s la promesa hecha la víspera a una comunidad oaxaqueña: se repararán las escuelas, los templos y mercados serán arreglados.

Aun con el sismo del pasado martes, el gobierno no se irá, no se retirará de Chiapas y Oaxaca. Y así como las brigadas pasaron levantando el censo de las viviendas afectadas, de nuevo esas mismas volverán a entregar los monederos electrónic­os con los fondos para la reconstruc­ción.

Para esos dos estados, dijo, se han movilizado desde el día 7, unos 27 mil servidores públicos, incluidos los elementos de las fuerzas armadas para dar atención a los damnificad­os. Y ahora, “la tarea que viene, y para la que ustedes deben estar bien preparados, es la reconstruc­ción”.

Cuando la gente escucha que recibirá dinero para construir sus viviendas, aplaude. El mandatario toma el pulso a esa respuesta y aprovecha para pedirles ánimo, disposició­n y entereza e iniciar la reconstruc­ción, “y lograr que las cosas regresen a la normalidad”. es latente y si en teoría iba a llegar completa ahora menos, porque también fue afectado el centro de país con un sismo el 19 de septiembre.

“Nos prometiero­n la construcci­ón de una casa, con sala y baño. Esperamos que esa promesa del presidente Enrique Peña Nieto y del gobernador Manuel Velasco Coello se cumpla, aunque para los que perdimos nuestras casas la ayuda no representa­rá ni 40 o 50 por ciento, pero esperamos que llegue”, sostiene.

Del sismo del pasado 7 de septiembre, en Chiapas se tienen contabiliz­ados 16 fallecimie­ntos; un millón 479 mil 575 afectados; daños en 54 mil 986 casas, mil 620 escuelas, 98 centros de salud, 129 edificios públicos, 318 templos, 149 comercios; 207 tramos carreteros y 65 puentes del orden estatal, así como en 121 tramos carreteros y cuatro puentes federales.

 ??  ?? El presidente Enrique Peña Nieto con la señora María Zambrano Albores, de 107 años, ayer en Ejido Quintana Roo, en Jiquipilas, Chiapas ■ Foto Presidenci­a de la República
El presidente Enrique Peña Nieto con la señora María Zambrano Albores, de 107 años, ayer en Ejido Quintana Roo, en Jiquipilas, Chiapas ■ Foto Presidenci­a de la República

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