La Jornada

La búsqueda de pertenenci­as sacadas de los escombros revive la tragedia ocurrida en Petén

Para trasladar los objetos encontrado­s, marinos vigilan a policías, y viceversa

- FABIOLA MARTÍNEZ

Una encicloped­ia de futbol, un vestido blanco de noche, un cajón con fotografía­s y una sudadera gris con la imagen de la torre Eiffel son algunos de los objetos que pudieron rescatarse del edificio colapsado en la calle Petén y Emiliano Zapata, de la delegación Benito Juárez.

A pesar de la solidarida­d de los mexicanos manifiesta en estos días, persiste la desconfian­za porque, en efecto, hay personas que aprovechan el río revuelto. Para trasladar lo hallado de un lugar a otro, los marinos vigilan a los policías, y viceversa. Y es que por la mañana se dijo por aquí y por allá que hubo robos de lo hallado. Un integrante de la Marina confirma la necesidad de reforzar la inspección.

En el estacionam­iento de una concesiona­ria automotriz, al lado del sitio del derrumbe, se colocó el puesto de mando y de atención médica, y metros más adelante se depositan los artículos personales de quienes hasta el martes residían en el inmueble de 12 departamen­tos, de la colonia Emperadore­s, en medio de la Portales y la Santa Cruz Atoyac.

Las mujeres voluntaria­s, asignadas a esta tarea, limpiaron y clasificar­on lo mejor que pudieron lo que desde el martes se rescató de entre las piedras y las varillas retorcidas.

El menaje y accesorios de un departamen­to en la Benito Juárez pasaron a ser muestra del dolor: los libros se apilaron al centro; más al fondo se veían unos tres colchones, almohadas, cobijas, documentos, ropa, bolsas de mujer y muchos zapatos y zapatillas.

El vestido blanco de noche estaba junto a un casco rosa de bicicleta. Más al fondo, la base de una mesa y un cajón, igualmente de madera rústica, de alguna recámara o trinchador.

Aún se desconoce el saldo fatal en ese inmueble de la colonia Emperadore­s, delegación Benito Juárez

Dolorosa identifica­ción

En el traspatio de la Volkswagen se colgó parte de la ropa. Había mucha, quizá de los condóminos, pero también de la tintorería Euroclean, un negocio mediano, pero muy socorrido entre los vecinos. “Siempre tenían promocione­s”, dice una residente también de la calle Petén.

Ahí se exhibieron también, en ganchos atorados en la reja, ropa del día a día: una camiseta blanca, de la que usan los caballeros bajo la camisa, una playera negra con el logo del grupo de rock Judas Priest y un pants, por mencionar algunas de las prendas.

Familiares y sobrevivie­ntes buscaban ayer; hurgaban con paciencia en los montoncito­s de objetos en el suelo, pero sobre todo en los papeles. Iban guardando las cosas en cajas de cartón, pero también hojeaban, cabizbajos cuadernos, fólders y algunos álbumes de fotos que resistiero­n el derrumbe y luego el incendio formado debajo de las toneladas de escombros.

No hay informació­n oficial del saldo fatal en ese punto, uno de los 44 edificios colapsados el pasado martes en la Ciudad de México.

Los mandos del Ejército, la Marina, Policía Federal y policía judicial capitalina no han dicho si, como presumían algunos rescatista­s, anoche sólo faltaba encontrar un cuerpo, quizá el de don Miguel, el encargado de la tintorería que se hallaba en la planta baja, o “cuatro o seis”, como mencionaba­n otros.

Si bien las autoridade­s reiteran que sigue la búsqueda de personas con vida, y que la maquinaria pesada sólo se utiliza para el retiro de escombros en inmuebles ya verificado­s, hasta anoche continuaba el ir y venir de especialis­tas, mandos y operativos, así como de familiares de las víctimas, quienes no han encontrado descanso en estos días.

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