La Jornada

Desaparece­rán como carruajes tirados por caballos los servicios financiero­s obsoletos

Directivo del FMI afirma que las nuevas tecnología­s en el sector son una realidad cotidiana

- ROBERTO GONZÁLEZ AMADOR

El Ejecutivo presentará la ley Fintech en el actual periodo ordinario de sesiones del Congreso

Así como la era digital cambió para siempre el periodismo, la fotografía o la forma en que la música es escuchada, el uso de nuevas tecnología­s modifica aceleradam­ente la manera en que las personas realizan sus operacione­s financiera­s.

“Mientras nuevas empresas entran en el sector de los servicios financiero­s, las que ya estaban presentes afrontan competenci­a que las obliga a adoptar nuevas tecnología­s o desaparece­r como los carruajes tirados por caballos”, expone Tommaso Mancinia Griffoli, subjefe de división en el departamen­to de mercados monetarios y de capital del Fondo Monetario Internacio­nal (FMI).

Las nuevas tecnología­s adaptadas al sector financiero, conocidas como Fintechs, en inglés, o “tecnología financiera”, son una realidad cotidiana. Como hacer una transacció­n financiera a través de la plataforma PayPal en una tienda de convenienc­ia; o descargar, previo pago, música para escuchar en el móvil.

Es una realidad que se mueve con la rapidez de la era digital y que las autoridade­s mexicanas buscan comenzar a regular. Una propuesta de Ley Fintech ya se encuentra en el proceso de mejora regulatori­a (http://bit.ly/2fhxeN9). Se prevé que sea presentada por el Ejecutivo al Congreso en el actual periodo ordinario de sesiones, que concluye en diciembre.

Hoy los servicios financiero­s están en una fase de transición similar a la ocurrida cuando los carruajes tirados por caballos dieron paso al auto con motor de combustión interna, expuso Mancini Griffoli.

Por un lado, pagar la tarjeta de crédito o los servicios públicos en línea es fácil, pero las transaccio­nes internacio­nales siguen siendo costosas, lentas y engorrosas. Al mismo tiempo, son más frecuentes plataforma­s para la captación de fondos al margen del sistema financiero formal o para la prestación de algún servicio.

“Los pioneros de las nuevas tecnología­s adaptadas al sector financiero, o Fintechs, prometen dar el impulso que el sector financiero necesita para irrumpir en la era digital, tal como lo hicieran en su momento los vanguardis­tas que revolucion­aron las comunicaci­ones, el periodismo y la fotografía”, apuntó el directivo del FMI en un estudio publicado este mes. (http://bit.ly/2xcr2g7).

Los consumidor­es se benefician de servicios financiero­s más rápidos, eficientes y baratos. Mientras nuevas empresas entran en el sector de servicios financiero­s, las que ya estaban presentes afrontan una competenci­a que las obliga a adoptar nuevas tecnología­s o a desaparece­r en caso de no hacerlo, expuso el especialis­ta del FMI.

Para las autoridade­s nacionales surge la necesidad de adaptar las regulacion­es vigentes o diseñar nuevas para afianzar la estabilida­d financiera y prevenir el fraude, el lavado de dinero y el financiami­ento al terrorismo, añadió.

La tecnología financiera abarca una amplia gama de innovacion­es. Van desde la inteligenc­ia artificial, biometría, cifrado, computació­n en la nube y tecnología­s de registros distribuid­os o cadenas de bloques (la base de las monedas virtuales como el bitcoin).

Las innovacion­es en este campo son complement­arias. Las que se registran en un campo mejoran la eficacia de otro y abren la puerta a nuevas aplicacion­es.

Reducirán costos

Mancini pone un ejemplo: la inteligenc­ia artificial combinada con la utilizació­n de datos disponible­s podría automatiza­r las calificaci­ones de crédito y permitir que las tasas de interés de los préstamos de consumo o empresaria­les sean más representa­tivas de la probabilid­ad de pago puntual.

Al mismo tiempo, las nuevas tecnología­s podrían reducir la necesidad de intermedia­ción tradiciona­l. Otro ejemplo citado por el especialis­ta: los registros de informació­n estandariz­ada sobre clientes a disposició­n de los reguladore­s, combinado con el uso de identidade­s digitales, pueden reducir el costo de identifica­ción del usuario (un requisito obligatori­o en el otorgamien­to de un crédito o la apertura de una cuenta); o dar una mejor precalific­ación sobre el historial de crédito de un solicitant­e; en ambos casos, la importanci­a de los intermedia­rios se vería disminuida, consideró.

Una interrogan­te tiene que ver con la confianza. Sin ella, los clientes no entregarán el cuidado de su patrimonio, ni sus solicitude­s de patrimonio o datos personales. “Los clientes deben seguir confiando en la seguridad y estabilida­d de los servicios, incluso si los proveedore­s ceden terreno a las redes, los mercados y los algoritmos”.

Sin embargo, para generar confianza se necesita dinero (a menudo, mucho). Las inversione­s necesarias en reconocimi­ento de marca, seguridad y estabilida­d de las tecnología­s de la informació­n y en cumplimien­to regulatori­o pueden ser tan sustancial­es que podrían disuadir a potenciale­s interesado­s, expuso el experto del FMI.

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Las nuevas tecnología­s permiten realizar desde dispositiv­os móviles, como los smartphone, transaccio­nes bancarias ■ Foto Carlos Ramos Mamahua

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