Personas que demandan el rescate de sus familiares piden transparencia informativa
De Álvaro Obregón 286 han sacado con vida a 27 personas; hay 39 desaparecidos
En medio de airadas protestas de familiares de los atrapados bajo los escombros de la calle Álvaro Obregón 286, las autoridades precisaron que en este punto se incrementó a nueve el número de cadáveres rescatados, mientras siguen pendientes de sacar a otras 39, y son 27 los que se pusieron a salvo.
En ese lugar de la colonia Roma, la mañana y tarde de ayer transcurrieron con la creciente inquietud de los familiares, el continuo trabajo de salvamento de los equipos de Israel, México, Estados Unidos, España y Colombia, y la falta de información a los medios de comunicación sobre los resultados de las labores que se realizan en la montaña de escombros.
Sin embargo, la paciencia de los familiares explotó a las ocho de la noche, cuando desde dos distintos frentes se escucharon gritos pidiendo la intervención de los reporteros.
De un lado, un grupo de 10 personas aseguraron que ante la cerrazón de las autoridades iban a meterse a la fuerza a la zona colapsada para saber qué pasaba con sus parientes atrapados en ese lugar y pusieron como plazo media hora antes de recurrir a esa acción.
Sin embargo, por el lado de Salamanca y Álvaro Obregón una veintena de familiares llegó ante los medios y prácticamente llevaban con empujones a Humberto Morgan, enlace del Gobierno de esta ciudad para atender la emergencia en ese punto.
Con palabras altisonantes, empujones y airados reclamos le dijeron que no se estaba respetando el acuerdo de informar a los familiares de cada cuerpo que sacaran de ese punto colapsado.
Lo acusaron de “mentiroso” y le exigieron que dijera porque los rescatistas colombianos habían informado de las personas sacadas sin vida, en lugar que ellos.
Ahí le demandaron que diera cifras concretas, a lo que comentó que eran nueve los cuerpos rescatados sin vida, 27 con vida y que seguían los trabajos para salvar a 39 más.
Cerca de una hora duraron las quejas, hasta que Morgan se retiró a la zona del desastre rodeado por los familiares, quienes no dejaban de increparlo.