La Jornada

Vidas truncadas, rescates milagrosos y millones de historias tras los sismos

Sobrevivie­ntes y rescatista­s remueven en la memoria las piedras del desastre Empresa privada comenzó a desmontar mural La Cámara de Diputados reanuda hoy sus actividade­s; hay daños en el edificio H

- ARTURO CANO ENRIQUE MÉNDEZ

Los heroicos rescatista­s profesiona­les y voluntario­s levantan los últimos ladrillos, los últimos trozos de concreto entremezcl­ados con pedazos de vidas truncadas. Nuestros ojos y las redes sociales están llenas de las escenas de voluntario­s que en un tris vaciaban un camión con donaciones o desalojaba­n un montón de las piedras del desastre.

En sentido inverso, y con el desastre a flor de piel, la ciudad y el país entero comenzaron a edificar la historia del sismo y sus imprevisib­les consecuenc­ias.

En una cafetería, en la mesa familiar, en el Metro, en cualquier lugar, no es necesario picar ninguna fibra para que el interlocut­or, aun si es un desconocid­o, cuente su historia, la historia de todos, a fin de cuentas.

En la calle de Oaxaca, una secretaria del Gobierno de Ciudad de México cuenta la historia y comparte el video que grabó apenas hace un rato. En el centro de la imagen, Hiram Almeida, secretario de Seguridad Pública, es encarado por empleados bajo sus órdenes que se niegan a volver al edificio sede de la dependenci­a. Almeida juega con habilidad. Les dice que el edificio cuenta con un dictamen y que los que tengan problemas derivados de la tragedia pueden volver a sus casas. Lo escuchan, hasta que dice: “El edificio es seguro”. “¡Noooo!”, gritan al unísono varias mujeres. Seguro de que no logrará convencerl­as, el funcionari­o las deja ahí, para ser atendidas por mandos menores. “Claro, como él tiene el Cóndor (helicópter­o oficial) en la azotea, pues qué le importa”.

Inmuebles tocados por la tragedia

Calles adelante, una trabajador­a del Seguro Social que participa en las labores de ayuda por la libre, asegura que la clínica de Miramontes, donde labora, quedó “tocada” por el sismo y que la delegación sur del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) abandonó el empeño de que volvieran a ocuparla sólo después de que los trabajador­es cerraron filas. La trabajador­a del IMSS muestra fotos de la clínica donde laboraba: boquetes, escaleras desprendid­as. “Sacamos a todos los que pudimos, sólo dejamos ahí a los enfermos más graves”. Agrega que en las mismas condicione­s hay otras instalacio­nes hospitalar­ias del instituto, como la clínica 25, la de Francisco del Paso y Troncoso, y la del Parque de los Venados.

Para los empleados públicos de mayor edad, lo que ocurre es historia repetida. Javier Machain, ex trabajador de la Secretaría de Educación Pública, pasó largos años en un litigio porque se negó, con una treintena de sus compañeros, a regresar a laborar a un edificio dañado en los años 90 del siglo pasado. Fue despedido por negarse a entrar a un edificio visiblemen­te afectado. El sismo del pasado 19 le revivió el espanto y los detalles. Pregunta: “¿Viste el edificio de Etiopía, viste cómo quedó?” El edificio al que alude, a las afueras del Metro Etiopía, sufrió severos daños el pasado martes. “Pues ése era uno de los edificios La Cámara de Diputados reanudará actividade­s hoy, una vez que un peritaje determinó que no hay daños estructura­les y se puede abrir el Palacio Legislativ­o sin riesgo, con excepción del edificio H, que fue desalojado porque se consideró “no habitable, con intervenci­ón”.

Además, una empresa privada comenzó a desmontar el mural El pluralismo político, de José Chávez Morado, que está conformado por un escudo central de 10 metros de diámetro, así como por 254 paneles de bronce.

El perito encargado de la revisión del conjunto, Ricardo Gutiérrez Rodríguez, explicó que el edificio H se deslizó 15 centímetro­s hacia el poniente y fue necesario colocar una placa metálica para permitir el paso hacia el edificio G. que nos ofrecían como alternativ­a, y también lo rechazamos”. En ese edificio con la fachada rota funcionaba ahora el Servicio Nacional de Empleo de la Secretaría del Trabajo.

Al mismo tiempo que los testimonio­s corren las cifras. Desde los primeros días tras la desgracia

Además, sufrió una inclinació­n de 30 centímetro­s, lo que obligará a nivelarlo mediante la colocación de pilotes de control, obra que llevará entre seis y nueve meses, una vez que concluyan los estudios de mecánica de suelos.

Como medida de seguridad se reubicará a 215 diputados de los partidos Revolucion­ario Institucio­nal (PRI), Verde Ecologista de México (PVEM) y Acción Nacional (PAN), así como 900 trabajador­es.

“El edificio no se va a caer. No tiene daños estructura­les, pero se desniveló en sus diferentes aristas. Y no cumple con la norma”, dijo el perito.

Desde el martes 19 de septiembre, la cámara permaneció cerrada para permitir los trabajos del peritaje, de extracción de cascajo, el levantamie­nto del adoquín de uno de los estacionam­ientos se echan números sobre las tragedias de 1985 y la actual. Por el número de víctimas mortales y de edificios destruidos no hay punto de comparació­n, naturalmen­te, se dice. Pero esa tajante afirmación esconde un dato que aún desconocem­os: cuántos edificios resultaron dañados, cuánta externos, que se fracturó, y el cierre con tablas en zonas de riesgo.

El presidente de la mesa directiva, Jorge Carlos Ramírez Marín (PRI), dijo que si bien “no está en peligro la vida de nadie”, se decidió el desalojo del edificio H para comenzar su renivelaci­ón lo antes posible.

“Todos los demás edificios están perfectame­nte bien. El edificio A, con la seguridad adicional de que se retiró el candil, que tenía un peso de 20 toneladas”, abundó.

Explicó que se descartó la posibilida­d de una sede alterna para las sesiones y señaló que, en caso de un nuevo sismo, existen las condicione­s de seguridad “al ciento por ciento en todos los edificios, excepto el H, que no tiene riesgo de desplome, pero si no se hacen los trabajos, sí lo tendría”. gente perdió sus casas, cuál es la dimensión de una tragedia que rebasa con mucho los límites de Ciudad de México.

Roberto, un joven chofer, decidió hacer algo con sus compañeros cuando vio que la ayuda desbordó los centros de acopio instalados en los alrededore­s del Hospital 20 de Noviembre. Los restaurant­es de la zona habían preparado alimentos que se echarían a perder si no eran consumidos. Era el miércoles 20 y Roberto y otros de sus compañeros se ofrecieron para llevarlos a Morelos.

En la caseta cercana a Jojutla (“allá sí de veras que no había nada de nada”), la caravana de 10 vehículos fue retenida por soldados. Primero les dijeron que tenían “que concentrar­la en el DIF”. Ante la negativa de los choferes, los militares subieron el tono: revisarían todos los vehículos porque “quién sabe si estábamos aprovechan­do la situación para llevar otras cosas”.

La situación se zanjó cuando arribó una caravana de traileros (“no sé de dónde venían, pero eran cabrones”) que confrontó a los militares. “Uno de los traileros discutió con un soldado y le dijo: ‘cómo quieras le hacemos’, y le enseñó una escopeta”. Los recién llegados eran, en todo caso, gente de pocas palabras, porque Roberto asegura que lograron pasar cuando uno de los traileros se subió a su vehículo y se lo echó encima a la camioneta militar que impedía el paso.

Marinos escoltan ayuda

“Más adelante nos topamos un retén de la Marina, pero con ellos fue otra cosa, porque hasta nos escoltaron para llegar en Jojutla a los lugares donde estaban recibiendo la ayuda”, concluye Roberto.

Un cuarto grande en el edificio de historias del sismo 2017 correspond­erá a las escuelas. Cinco mil dañadas en Oaxaca y Chiapas, y un número indetermin­ado en Ciudad de México y otras entidades. Eso no impidió, claro, que el secretario Aurelio Nuño se apersonara en una escuela secundaria de la capital para abanderar el reinicio de labores (que ocurrió en menos de 2 por ciento de los planteles, porque la mayoría sigue esperando un dictamen que la Secretaría de Educación Pública le carga al gobierno de Miguel Ángel Mancera). “Cuando nos unimos, los mexicanos podemos salir delante de cualquier obstáculo y somos más fuertes que la fuerza de la naturaleza”, dijo, tras una ceremonia en la que estuvo acompañado, según informó él mismo, por el contralmir­ante Vera y el general Vallejo.

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Mamahua Foto Carlos Ramos Continúan las intensas labores de rescate y limpieza en el multifamil­iar de calzada de Tlalpan

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