Defiende Brady a compañeros: “lo que dice Trump es ofensivo”
El problema de la rodilla en tierra, nada que ver con asuntos raciales, afirma el presidente
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, continúa con la polémica y su disputa con los jugadores profesionales de futbol americano no muestra indicios de apagarse. “El problema de la rodilla en tierra no tiene nada que ver con cuestiones raciales. Se trata del respeto por nuestro país, nuestra bandera, nuestro himno. ¡La NFL tiene que respetar eso!”, escribió en su cuenta de Twitter.
A pesar del evidente rechazo de la NFL y del apoyo aparente de apenas unos cuantos seguidores, Trump destacó a quienes abuchearon a los jugadores durante los partidos del domingo.
“Mucha gente abucheó a los jugadores que se arrodillaron ayer (que fue un porcentaje menor del total). Esos son fans que demandan respeto para nuestra bandera”, escribió.
El mariscal de campo de Patriotas de Nueva Inglaterra, Tom Brady, salió en defensa de sus compañeros y criticó a Trump, a quien en algún momento apoyó en su campaña presidencial para llegar a la Casa Blanca.
“Ciertamente discrepo con lo que dijo (el presidente). Pensé que era simplemente ofensivo. Sólo quiero apoyar a mis compañeros de equipo”, dijo en entrevista con un programa radial.
“Creo en unir a la gente, en el respeto, el amor y la confianza. Esos son valores que mis padres me inculcaron y así trato de vivir toda la vida”, subrayó Brady.
El portavoz de la liga, Joe Lockhart, en una teleconferencia, defendió el derecho de los jugadores a protestar pacíficamente contra la falta de equidad racial y la brutalidad policial.
“Todo mundo debería saber, incluso el presidente, que eso es de lo que se habla realmente en los vestidores”, dijo Lockhart, en alusión a la grabación en la que Trump fanfarroneó de manosear a mujeres y que el entonces candidato
Creo en unir a la gente en torno al respeto y la confianza, resalta el mariscal de los Patriotas Jugadores tienen derecho a expresarse, indica Paul Tagliabue, comisionado de la NFL
defendió como “charla de vestidores”.
El empresario desató una tormenta el fin de semana, cuando señaló –en Huntsville, Alabama, el viernes– que los propietarios de equipos de la NFL debían despedir o castigar a “ese hijo de puta” que se arrodillaba o hacía protestas simbólicas durante el himno.
La mayoría de los jugadores de la liga son afroamericanos y vienen de familias de escasos recursos o son hijos de madres solteras. Al término de los partidos del domingo se pronunciaron.
“Mi madre es una reina. No somos hijos de...”, indicó Grady Jarrett, de Halcones de Atlanta.
En tanto, Michael Thomas, de Delfines, respondió: “Como hombre, como padre, como afroamericano, como parte de la NFL y como uno de esos ‘hijos de...’, lo tomo como algo personal”.
DeShone Kizer, mariscal novato de Cleveland, manifestó: “Sé bien que no soy ningún hijo de... y pienso seguir haciendo todo lo que esté a mi alcance para promover la igualdad que necesita este país”.
Por su parte, Paul Tagliabue, comisionado de la NFL, señaló: “Para mí, decirles hijos de... a unos jugadores es ofensivo y vergonzoso. Los jugadores tienen derecho a expresarse. Y nosotros tenemos derecho a apoyarlos o no. Pero no tenemos derecho a callar a nadie”.
Aunque Trump no aludió a ningún jugador personalmente, era claro que se refería a Colin Kaepernick, quien el año pasado, como mariscal de los 49’s de San Francisco, protestó contra el racismo y el trato a los afroamericanos, arrodillándose durante la ceremonia del himno al inicio de los partidos. Este año no fue contratado.
La ofensiva presidencial contra los jugadores convocaba también a un boicot nacional contra la liga y ésta resultó contraproducente al detonar una ola inédita de rechazo dentro de los 28 equipos de la NFL, incluidos los propietarios de equipos, seis de los cuales habían donado un millón de dólares cada uno a la campaña de Trump.