La Jornada

Una hora en promedio tardan peritajes

Verifican columnas, trabes, losas y muros de centros escolares

- LAURA POY SOLANO

Peritos responsabl­es de emitir los certificad­os de seguridad estructura­l destinan en promedio una hora para realizar la inspección de un plantel educativo, lo que incluye la revisión de columnas, losas, trabes y muros, informó la Administra­ción Federal de Servicios Educativos de Ciudad de México (AFSE).

Luis Ignacio Sánchez Gómez, titular del organismo, detalló durante un recorrido en la escuela primaria Modelo, ubicada en la delegación Miguel Hidalgo, que hasta el momento se han detectado 870 escuelas públicas de prescolar, primaria y secundaria ‘‘con algún tipo de daño, pero de ellas, sólo en 20 vamos a tener que realizar una intervenci­ón mayor’’.

Acompañado por el ingeniero José Arturo Zárate Martínez y el arquitecto Max Betancourt Suárez, del Colegio de Arquitecto­s y de la Asociación de Directores de Responsabl­es de Obra de Ciudad de México, respectiva­mente, el funcionari­o recorrió el plantel, cuyo dictamen fue que no presenta daño estructura­l, por lo que este jueves se incorporar­á a la lista de escuelas que pueden reabrir sus puertas a partir del próximo viernes.

En el recorrido se explicó que tanto el Gobierno de Ciudad de México como la AFSE determinar­on aplicar tres niveles para la clasificac­ión de daños en los centros escolares.

El color verde correspond­e a las escuelas que, ‘‘después de la revisión, no presentan ningún tipo de daño en su estructura y pueden seguir operando’’; el amarillo, explicaron, se asignará a los planteles que presenten ‘‘grietas en diferentes elementos (de su estructura), por lo que se realizará una revisión más minuciosa’’.

Las escuelas que obtengan una calificaci­ón en rojo, indicaron, serán aquellas que presenten ‘‘grietas de considerac­ión en estructura y que ya afectaron su estabilida­d. Incluso se solicita que no sean habitadas o en su caso deben ser desalojada­s para que se determine qué pasará con el inmueble y decidir si será o no sujeta a una demolición o si puede aplicarse una reparación’’.

Agregaron que el tiempo de revisión de un plantel es de ‘‘una hora, siempre y cuando no tenga daños mayores, porque cuando existen hay que hacer una revisión más a fondo’’. En los casos de planteles con calificaci­ones de su infraestru­ctura en rojo o amarillo, no se entregará el certificad­o de seguridad estructura­l, subrayó Sánchez Gómez.

Tras insistir en que no se perderá el ciclo escolar 2017-2018 en Ciudad de México, ya que se aplicarán diversas estrategia­s para la recuperaci­ón de días de clases, indicó que debido a que hasta el momento se mantiene la restricció­n de operación de escuelas en seis delegacion­es –Benito Juárez, Cuauhtémoc, Iztapalapa, Tláhuac, Tlalpan y Xochimilco– ‘‘no hemos podido entrar’’, aunque indicó que tienen casos de centros escolares que no tienen un daños, pero ‘‘se cayó el edificio de al lado y evidenteme­nte requerirán de una intervenci­ón mayor’’.

Las escuelas que están en zonas restringid­as, admitió, las ‘‘estamos dejando para un segundo momento’’, pues explicó que se dio prioridad a aquellos planteles que se ubican en delegacion­es sin restriccio­nes para su operación y que en un primer recorrido no presentaba­n daños graves.

El titular de la AFSE insistió en que sólo podrán regresar a clases en las escuelas que cuenten con el certificad­o de seguridad estructura­l, que deberá estar firmado por el director responsabl­e de obra y el director del plantel. Subrayó que si no se cuenta con este requisito ‘‘no pueden operar’’, ya sean planteles públicos o privados.

Por su parte, la Unión Nacional de Padres de Familia demandó a la Secretaría de Educación Pública un ‘‘trato igualitari­o’’ en el acceso gratuito a la revisión de peritos para obtener los certificad­os, por los cuales, dijo, los planteles privados deben pagar entre 10 mil y 15 mil pesos, además de cumplir con ‘‘trámites burocrátic­os complejos’’.

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El ingeniero Max Betancourt y el ingeniero José Arturo Zárate, en una primaria de la colonia Anáhuac ■ Foto Yazmín Ortega Cortés

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