Impunidad y desastre: una propuesta
tra vez muertes, sufrimiento y pérdidas materiales por efecto de un desastre, de un sismo en este caso. La impresión que tengo en estos momentos es que las casas particulares unifamiliares se derribaron por errores de construcción, casi autoconstrucción, o por envejecimiento, como las de adobe; que los edificios históricos fueron dañados por las ondas sísmicas, en buena proporción verticales, trepidantes, por envejecimiento también y falta de rigidez estructural. Los expertos lo dirán en su momento. Bueno, los que lo hagan honradamente.
Pero los edificios de la Ciudad de México colapsaron porque alguien dijo que estaban bien. No es posible que después de lo ocurrido en 1985, de los reglamentos de construcción que a partir de entonces se ajustaron a estos fenómenos, esta desgracia haya pasado. La escuela Enrique Rébsamen es el más dramático de los casos, pero no el único; todos contaron en algún momento con la aprobación, para darles el visto bueno con el que operaron, de algún funcionario del gobierno del entonces Distrito Federal.
Nos llenamos la boca denunciando que la impunidad es la causa de la corrupción, CORRUPCIÓN ES COMO LA COMUNICACIÓN: TIENE QUE HABER MÁS DE UNA PERSONA PARA QUE OCURRA galopante a estas alturas de nuestra historia gubernativa. Bueno, pues esta es una excelente oportunidad para dar ejemplo de cómo se puede combatir la impunidad y con ello inhibir la corrupción. Propongo que se haga