La Jornada

Denuncias no frenarán las protestas contra Peñasquito, afirman dirigentes

Insistirán en que la minera cumpla con obras de infraestru­ctura

- ALFREDO VALADEZ RODRÍGUEZ ZACATECAS, ZAC.

Una docena de dirigentes ejidales y representa­ntes campesinos procedente­s de cinco comunidade­s rurales de los municipios de Mazapil y Melchor Ocampo, acompañado­s por José Narro Céspedes, líder de la Coordinado­ra Nacional Plan de Ayala, y de Felipe Pinedo Hernández, vocero del Frente de Comunidade­s Afectadas por la Minería, aseguraron que las denuncias penales que la trasnacion­al canadiense Goldcorp interpuso en su contra no los amedrentan ni harán que abandonen su lucha.

En conferenci­a de prensa ayer en la capital de Zacatecas (300 kilómetros al sur de la mina de oro a cielo abierto Peñasquito, tomada por más de 500 habitantes de la región desde hace cinco días), advirtiero­n que su protesta continuará hasta que los directivos de Goldcorp cumplan con las obras de infraestru­ctura social que la mina se comprometi­ó a realizar en 2009.

José Cruz Barrios Pérez, presidente del comisariad­o ejidal de El Vergel, acusó que la minera Peñasquito afecta a sus comunidade­s al destruir parte del camino que une los poblados Cedros y Matamoros; arruinó 11 bordos de abrevadero para ganado y desvió arroyos que alimentaba­n pequeñas represas comunitari­as.

Rodolfo Cisneros Gallegos, representa­nte de la localidad de Matamoros, señaló que su poblado tenía hasta hace poco dos pozos para regar 60 hectáreas de chile, alfalfa, frijol y maíz, entre otros cultivos. Uno ‘‘ya se secó’’ al abatirse los mantos freáticos ‘‘por una nueva batería de pozos’’ que abrió Peñasquito.

Miguel Ángel Treviño Saldaña, representa­nte del ejido El Rodeo, informó que su comunidad renta 280 hectáreas a Peñasquito, que recienteme­nte subcontrat­ó a otras compañías, las cuales ‘‘reventaron dos bordos de abrevadero­s’’.

Recordó que El Rodeo tiene ‘‘alrededor de 72 manantiale­s, pero la mina está sobrexplot­ando los mantos freáticos y los va a secar. Tenemos al menos cuatro años de relación con la mina, y en nuestra comunidad nadie ha sido empleado por Peñasquito’’.

José Trinidad Herrera Méndez, representa­nte del anexo Las Mesas del ejido de Cedros, afirmó que debido a las operacione­s de la minera canadiense “tenemos niños con infeccione­s y erupciones en todo el cuerpo, por el polvo y el agua contaminad­a. Los contaminan­tes están esparciénd­ose a 100 kilómetros a la redonda, y ninguna autoridad los detiene’’.

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