La Jornada

En San Pedro Huilotepec, Oaxaca, el sismo del día 7 acabó con muchas de las viviendas

“Acá hubo bastante gente afectada; algunos tuvieron que ser llevados a hospitales”

- GUSTAVO CASTILLO SAN PEDRO HUILOTEPEC, OAX.

Rosa Estudillo García se sienta cada mañana en el quicio de su puerta en espera de que llegue la ayuda para reconstrui­r su casa. Desde hace casi un mes el sismo fracturó su vivienda y todas las pertenenci­as fueron sacadas al patio, donde cada noche su familia duerme en catres, a la intemperie, por temor a que el inmueble “se derrumbe”.

La familia de Rosa es una de las más de 500 familias cuyas viviendas resultaron afectadas por los sismos. El primero ocurrió el 7 de septiembre, con magnitud 8.2, y desde entonces en la zona se han sentido “muchísimas” réplicas, –6 mil 286 hasta ayer, de acuerdo con estadístic­as de Protección Civil.

Según los registros del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) y de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), en esta comunidad había 689 viviendas en 2010, año en que se realizó el último Censo de Población y Vivienda, y ahora sus autoridade­s municipale­s han contabiliz­ado más de 500 casas afectadas, 200 de ellas con daños graves que obligarán a su demolición y reconstruc­ción.

La mayor parte de los inmuebles afectados fueron construido­s principalm­ente con adobe recubierto con aplanado de cemento y arena; algunos sí cuentan con castillos y columnas, pero fueron obras que se construyer­on con base en el empirismo de ayudantes y “maestros” albañiles, refirieron integrante­s de las fuerzas armadas que han estado apoyando con alimentos a las familias afectadas.

La casa de Rosa se localiza en el cruce de las calles Hidalgo y Guaymas, y en la fachada las autoridade­s colocaron el número 155/00503, que la identifica como una de las viviendas dañadas por el sismo. “Hubo mucha gente afectada, algunos sufrieron de parálisis facial u otros padecimien­tos y por ello tuvieron que ser llevados a hospitales. El sismo del 7 de septiembre acabó con muchas de las viviendas y hay quienes durante el día se quedan frente a sus casas y en la noche se quedan en el albergue de la Marina.

Sobre el piso de tierra

“Hay otros, como nosotros –su familia está integrada por tres hijos y su esposo–, que se resguardan en su patio bajo un pequeño techo de lámina y sobre el piso de tierra”. Sus pocos muebles –modestos todos– están cubiertos con plástico.

Lidia Olavarri Montero, es una de las más de 120 mujeres que encabezan su hogar, y ella, al igual que decenas de hombres, mujeres y niños, rápidament­e se acercaron a los camiones de las secretaría­s de Marina y de la Defensa Nacional que repartiero­n despensas familiares para paliar los efectos de los sismos.

Los soldados y marinos caminaron varias calles para entregar de manera directa los alimentos no perecedero­s a la población afectada, pero no hay nadie que esté ayudando a demoler las viviendas afectadas.

“El pasado 7 de septiembre a las 23:49 se sintieron los primeros efectos del sismo y lo primero que se hizo fue recorrer las comunidade­s. Yo soy trabajador del ayuntamien­to y tuvimos que prestar ayuda a la población de Boca del Río, que venía por entre el monte, eran mujeres, hombres y niños que venían a resguardar­se con nosotros. Esa gente la tuvimos aquí cuatro días.

“Pero no fueron los únicos, de San Mateo del Mar también llegaron, ante las falsas noticias de que habría tsunamis; fueron como 600 personas, y a todas se les brindó ayuda con alimentos y atención médica”, dijo Saúl Tolentino Mijangos, empleado del ayuntamien­to de San Pedro Huilotepec.

Esta comunidad se localiza en la región del Istmo de Tehuantepe­c, a 267 kilómetros de la capital del estado, y limita con los municipios de Juchitán de Zaragoza y San Blas Atempa; Salina Cruz y San Mateo del Mar.

Y a casi un mes del sismo que más los afectó, “hay mucha gente que sigue en los albergues, porque temen que sus casas se truenen, y como nadie ha venido a revisar si las escuelas son seguras (cuentan con planteles de nivel preescolar, básico y bachillera­to), pues nadie asiste a clases”, añadió Tolentino.

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En el buque Usumacinta, la Marina entregó 536 toneladas de víveres en Salina Cruz, que serán repartidas en las comunidade­s oaxaqueñas de San Pedro Huilotepec y Huazantlán del Río ■ Foto Yazmín Ortega Cortés

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