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“Deforma la verdad”, afirma la familia
en importancia después de los Grand Slam y Masters 1000, parece estar cada vez más lejos del alcance de los jugadores nacionales.
No es sólo uno, sino muchos los factores que llevaron a la realidad actual del tenis, considera Topete. “No sé si es a mí a quien corresponde juzgarlo, pero sí creo que hubo un debilitamiento de la federación como institución, y en algunos sentidos un poco de abandono hacia ciertos programas que debieron haber sido mejor atendidos”, comentó.
La mayoría de los torneos prevalecen con buena estructura, apunta, “pero sí me gustaría que fueran más los mexicanos los que se lleven los puntos de ranking, pero para eso hay que tener la calidad”. Sin embargo, el Abierto Mexicano, propiedad de una sociedad empresarial, “es un orgullo para el país”, sostuvo Topete.
Raúl Zuruturza, director del torneo, confirmó que el español Nadal cumplirá la promesa de regresar en el aniversario 25, pues fue en el Abierto Mexicano donde despegó hacia la élite mundial en 2006 y donde relanzó su carrera en 2013, así como Venus, la mayor de las Williams, aspira a un tercer título en Acapulco.
Ninguna de las otras figuras desmerece: el estadunidense Sam Querrey, primer jugador en hacer el doblete mexicano –al ganar este año los abiertos Mexicano y el de Los Cabos–, los también ex campeones españoles Nicolás Almagro y David Ferrer y entre los nuevos talentos del tenis mundial, el canadiense Denis Shapovalov, de 18 años, y el alemán Alexander Zverev, que a sus 20 años se confirmó como uno de los mejores del orbe al conquistar este año los títulos de Montpellier, Munich, Washington, así como los Masters 1000 de Roma y Montreal, en estos, con autoridad en las finales frente a Novak Djokovic y Roger Federer, respectivamente.