Agustin Deledalle, de turista a voluntario
Ayuda en la reparación de viviendas destruidas en Unión Hidalgo
La devastación que causó el terremoto del pasado 7 de septiembre en este municipio llevó a un ciudadano francés a olvidarse de su visita de turista y a solidarizarse como voluntario desde hace dos semanas en los trabajos de reconstrucción.
Esta comunidad zapoteca, donde cerca de 2 mil 700 casas de un total de aproximadamente 5 mil resultaron afectadas, fue elegida por Agustin Deledalle por información de amigos y por lo que escuchó en los medios de comunicación. Para él ha sido muy triste lo que viven los mexicanos.
Ayudar significa para Agustin hacer de todo, desde cargar cajas, sacar escombros, bajar tejas de los techos y limpiar troncos hasta llevar agua. Esta solidaridad le ha ganado el cariño de los habitantes.
‘‘Al ver que los oaxaqueños estaban atravesando una situación de desgracia comencé a conectarme con conocidos y ellos fueron recomendándome lugares. Finalmente me decidí por Unión Hidalgo. Cuando llegué no percibí la magnitud de esta catástrofe: la mitad del pueblo se derrumbó’’, expresa.
De tenis, pantalón corto y sombrero, Agustin trabaja hasta muy tarde. Asegura que se siente en casa porque la gente lo recibe con afabilidad y le ofrece alimentos. Dice que planea trabajar de voluntario un par de meses, pero prevé que la reconstrucción no será fácil.
‘‘Cuando escuchan mi acento me preguntan mi nacionalidad. Ha sido gratificante apoyar a este pueblo en desgracia. Estoy triste de ver esta realidad; nada se iguala a lo que vemos en los medios. Aquí todo es impresionante.
‘‘A veces tomo la carretilla para llevar tejas; otras selecciono tabiques en buen estado y así vamos haciéndole. Es un trabajo pesado. Ojalá más voluntarios extranjeros lleguen. Ésta y otras comunidades de Oaxaca lo necesitan; es grato ser solidario’’, cuenta.
Dice que la familia de Fernando López Chiñas le abrió las puertas de su hogar. ‘‘Me he integrado muy bien con ellos. Cada que camino por Unión Hidalgo me conmueve esta desgracia, que dejó a mucha gente sin casa; ahora viven en la calle. Mi anhelo es que pronto tengan hogar. Eso será un consuelo’’.
Consideró necesario que los medios internacionales den a conocer la situación de esta zona, porque ‘‘se requiere más gente voluntaria; ninguna ayuda será suficiente, pero sí gratificante’’.
Fernando López Chiñas dice: ‘‘Nunca lo hubiera imaginado que un extranjero llegaría a mi pueblo para ayudar. Estoy admirado porque a veces entre los mismos vecinos no lo hacemos. Me siento contento de que llegara Agustin. Ha demostrado ser una solidario en estos momentos tan difíciles’’.