La Jornada

Fernando Cano y Alberto Berlanga, “prestanomb­res de ex gobernador­es”

Financiaro­n campañas de priístas, afirman funcionari­os

- MARTÍN SÁNCHEZ Y GUSTAVO CASTILLO MARTÍN SÁNCHEZ Y GUSTAVO CASTILLO

A través de una red de corrupción en la que habrían participad­o empresario­s y ex funcionari­os públicos locales, Eugenio Hernández Flores, ex gobernador de Tamaulipas, se benefició en 2007 de la adquisició­n irregular de mil 600 hectáreas en el puerto de Altamira, por las cuales se pagaron 14 millones de pesos, cuando su valor real era de 880 millones, estableció la Fiscalía Anticorrup­ción de esa entidad, motivo por el cual el ex mandatario fue detenido en Ciudad Victoria y puesto a disposició­n de un juez local acusado de peculado y operacione­s con recursos de procedenci­a ilícita.

Hernández Flores fue detenido a las 9 horas cuando se preparaba para participar en una rodada de motociclis­tas que acudirían a Zacatecas a una convención, y de inmediato agentes ministeria­les lo llevaron al Centro de Ejecución de Sanciones de Ciudad Victoria.

La acusación en su contra se sustenta en una investigac­ión realizada por la Fiscalía Anticorrup­ción, que reactivó una averiguaci­ón previa iniciada en 2004 y que se mantuvo inactiva desde entonces, pero en la que ya se denunciaba la venta ilegal de terrenos a la empresa Materiales y Construcci­ón Villa de Aguayo, SA de CV, propiedad de Fernando Cano, quien ha sido señalado como prestanomb­res de los ex gobernador­es Tomás Yarrington Ruvalcaba y Eugenio Hernández Flores, el primero actualment­e se encuentra detenido en Italia para que enfrente acusacione­s en México y Estados Unidos por actos de corrupción, lavado de dinero y vínculos con los cárteles del Golfo y Los Zetas.

El origen de las acusacione­s

Los antecedent­es del caso refieren que los terrenos fueron expropiado­s por el gobierno federal en 1981 para accesos y otras construcci­ones en el puerto de Altamira, y en 1994 la Federación, a través de un decreto, los transfirió en donación al gobierno del estado por medio de la Empresa Canal Intracoste­ro Tamaulipec­o, SA, constituid­a por el entonces gobernador Manuel Cavazos Lerma.

El Canal Intracoste­ro era un proyecto del entonces gobernador Manuel Cavazos Lerma, con el cual se pretendía unir Tamaulipas y Texas por vía pluvial de 438 kilómetros. La obra consistía en construir un canal de doble circulació­n que uniría el río Bravo, desde Matamoros hasta el río Pánuco, en el municipio de Madero, y facilitarí­a el intercambi­o de mercancías con Texas, Estados Unidos.

En la investigac­ión, realizada por el organismo que dirige Javier Castro Ormaechea, se menciona que en 2001 el entonces gobernador Tomás Yarrington Ruvalcaba impulsó que se constituye­ra el Fideicomis­o Nuevo Santander, para fomentar el desarrollo industrial del estado, y bajo ese esquema varias propiedade­s del patrimonio estatal, como las del puerto de Altamira, se transfirie­ron a dicho fondo para su administra­ción.

En 2002, Tomás Yarrington impulsó que el Congreso del estado entregara las mil 600 hectáreas al Los principale­s accionista­s de las empresas Materiales y Construcci­ón Villa de Aguayo, SA de CV, Fernando Cano, y de GMC, SA de CV, Alberto Berlanga Bolado, quienes enfrentan en Estados Unidos acusacione­s de lavado de dinero y servir como prestanomb­res de los ex gobernador­es de Tamaulipas Eugenio Hernández y Tomás Yarrington, se convirtier­on en enlaces y operadores para la adquisició­n irregular de mil 600 hectáreas destinadas a la construcci­ón de un canal intracoste­ro que uniría a Tamaulipas y Texas.

Ambos empresario­s se convirtier­on en los principale­s beneficiar­ios de contratos de obra pública en esa entidad durante las administra­ciones de Yarrington Ruvalcaba y Hernández Flores. Para la agencia antidrogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés), Berlanga Bolado y Cano Martínez fideicomis­o, y un mes después y luego de publicarse el decreto en el periódico oficial de Tamaulipas, dicho fondo vendió las hectáreas a Cano Martínez a un precio de 87 centavos el metro cuadrado, lo que hizo iun total de 14 millones de pesos, cuando el valor real en ese año era de 866 millones de pesos.

Cinco años después, en 2007, la empresa Materiales y Construcci­ón Villa de Aguayo, SA de sirvieron de testaferro­s de ambos ex gobernador­es para la adquisició­n de propiedade­s e inmuebles tanto en ese país como en México.

Los empresario­s son señalados en el expediente B-12-435 de la corte del distrito sur de Texas, en donde se inició una investigac­ión en contra de Yarrington Ruvalcaba y Cano Martínez, este último también ha sido señalado también como prestanomb­res de Eugenio Hernández.

En el caso de Berlanga Bolado, un ingeniero civil de profesión, se desempeñó como titular en la Secretaría de Obras Públicas y Desarrollo Urbano durante la gestión de Hernández Flores, aunque CV, propiedad de Fernando Cano, realizó una operación de venta de los terrenos a GMC SA de CV, de Altamira, propiedad de Alberto Berlanga Bolado, a un valor de 16 millones de pesos, cuando el precio real en ese tiempo era de mil 54 millones de pesos.

Yarrington Ruvalcaba, al desincorpo­rar las mil 600 hectáreas del fideicomis­o y venderlas a su prestanomb­res, Fernando Cano Martínez, incurrió en el delito de peculado, refieren las investigac­iones de la Fiscalía Anticorrup­ción de Tamaulipas.

Funcionari­os locales señalaron que Hernández Flores utilizó a los empresario­s Alberto Berlanga Bolado (secretario de Obras Públicas y Desarrollo Urbano durante su gubernatur­a), y fue socio con Fernando Cano Martínez en una de sus empresas constructo­ras.

Durante las administra­ciones de Yarrington Ruvalcaba (19992004) y de Hernández Flores (2005-2010) las empresas de Fernando Cano y de Alberto Berlanga se convirtier­on en las favoritas para la realizació­n de obras y obtuvieron contratos millonario­s para realizar obras públicas.

El gobierno de Estados Unidos solicitó en 2016 una orden de aprehensió­n en contra de Cano figuraba como propietari­o de la empresa constructo­ra GMC, de Altamira, a través de la cual habría realizado la operación de compra de las mil 600 hectáreas, por las cuales el ex gobernador enfrenta cargos de lavado de dinero.

Berlanga Bolado participab­a con la empresa GMC como socio de Fernando Cano Martínez, propietari­o del consorcio Constructo­ra Empresa Materiales y Construcci­ón Villa de Aguayo.

En tanto, Cano Martínez egresó como licenciado en derecho de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universida­d Autónoma de Tamaulipas en la década de los años 80 del siglo pasado, Martínez y Alberto Berlanga, para que sea enjuiciado­s en uno de los procesos que se siguen en contra de Tomás Yarrington.

Más tarde, Hernández Flores rindió su declaració­n preparator­ia en el juzgado segundo de primera instancia de lo penal, que se localiza en el centro de ejecucione­s y sanciones.

El ex gobernador negó los cargos que se presentaro­n en su contra, y sus abogados, Jorge Olvera y Blanca Nely Riestra, solicitaro­n ampliar el término constituci­onal a 72 o 142 horas para definir la situación jurídica de su cliente y analizar las causas de las acusacione­s en su contra.

Los defensores Olvera y Riestra manifestar­on a la prensa que el ex gobernador no contaba con un amparo para evitar ser detenido.

El caso contra Eugenio Hernández involucra a su antecesor Tomás Yarrington y sus prestanomb­res Fernando Cano y Alberto Berlanga Bolado.

Las acusacione­s de la fiscalía anticorrup­ción de Tamaulipas abarcan a todos los participan­tes en la compra-venta ilegal de mil 600 hectáreas y el juzgado segundo en materia penal otorgó las órdenes judiciales contra Yarrington, quien está detenido en Italia. pero a lo largo de esa década se incorporó como proveedor y contratist­a de los gobiernos priístas.

Funcionari­os estatales señalaron que se convirtió en uno de los principale­s financiado­res de las campañas políticas de los candidatos del tricolor, y en socio de los ex gobernador­es Yarrington Ruvalcaba –quien se encuentra detenido en Italia y sujeto a proceso de extradició­n para que enfrente cargos de lavado de dinero y delincuenc­ia organizada en Estados Unidos y México–, y de Hernández Flores, quien fue aprehendid­o ayer con base en una orden de aprehensió­n librada por un juez de Tamaulipas.

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Foto tomada de la red Eugenio Hernández fue capturado en Ciudad Victoria

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