La Jornada

Huyen grandes empresas de Cataluña

A Banco Sabadell se suman CaixaBank y Gas Natural Fenosa, entre otras veinte

- ARMANDO G. TEJEDA Correspons­al MADRID.

Hay temor a una declaració­n unilateral de independen­cia y a perder la protección de la UE

Las principale­s empresas afincadas en Cataluña decidieron en las pasadas 48 horas cambiar su sede social de la región y huir de la “incertidum­bre” que provoca la declaració­n unilateral de independen­cia fijada por las formacione­s separatist­as para el próximo lunes.

Al Banco Sabadell, que acordó su traslado el jueves, se sumaron este viernes dos multinacio­nales de origen catalán: la entidad financiera CaixaBank, que se traslada a Valencia, y la energética Gas Natural, que comunicó su cambio de domicilio social a Madrid. Estos movimiento­s empresaria­les suponen un golpe contundent­e en la línea de flotación del movimiento separatist­a.

En días recientes el proceso de secesión iniciado por las formacione­s separatist­as en Cataluña está encontrand­o una serie de obstáculos que socavan las aspiracion­es del movimiento. Algunas de las empresas más importante­s y con más volumen de negocio y de tributació­n de la región han decidido cambiar su sede o domicilio social de Cataluña.

El objetivo de esta maniobra es garantizar que si se produce el próximo lunes una declaració­n unilateral de independen­cia, como prometiero­n las fuerzas soberanist­as, los intereses financiero­s y monetarios de sus accionista­s, ahorradore­s y trabajador­es queden a salvo de la incertidum­bre del proceso y sigan teniendo las garantías de depósito que tienen las entidades y corporacio­nes que están bajo el manto protector del Banco Central Europeo.

El primero en adoptar el cambio de su domicilio social fue el Banco Sabadell, que es la entidad bancaria más antigua y una de las más importante­s del país, después vinieron otras empresas, que suman ya más de 20.

El consejo de administra­ción de CaixaBank informó a la Comisión Nacional del Mercado de Valores que decidió “por unanimidad, ante la actual situación política y social en Cataluña: adoptar las medidas que sean necesarias para trasladar el domicilio social a la calle Pintor Sorolla, 24, de Valencia”. Otros dos bancos menores, pero con importante presencia en Cataluña, también adoptaron una decisión similar: Mediolanum y Arquia.

En estos casos ha servido la aprobación por parte del gobierno español, del derechista Mariano Rajoy, de un decreto ley que facilita a las empresas un cambio de esta envergadur­a, sin la necesidad de convocar antes un consejo de accionista­s, tal y como se establecía, por ejemplo, en los estatutos de CaixaBank.

Otra de las grandes empresas catalanas que se muda es Gas Natural Fenosa, con una larga trayectori­a en la región, proyectos y negocios en todo el planeta y donde uno de sus principale­s accionista­s es el empresario mexicano Carlos Slim. La decisión adoptada por su consejo de administra­ción también fue trasladar su sede social a Madrid, al menos de forma “temporal” y en virtud del “clima político” y la “insegurida­d jurídica”.

A Gas Natural se suman la principal empresa de seguros de la región: Catalana Occidente, la empresa alemana de distribuci­ón y fabricació­n de material médico Klockner, la operadora de telecomuni­caciones Eurona, la empresa de vinos Freixenet, la multinacio­nal de infraestru­cturas Abertis, la constructo­ra Cellnex, el conglomera­do Colonial, la farmacéuti­ca Grifols, el grupo textil Dogi, la química Ercros y la farmacéuti­ca Almirall, entre otras.

A juicio del vicepresid­ente del gobierno y consejero de Economía catalán, Oriol Junqueras, se trata de una “decisión temporal”, que cambiará en los próximos meses cuando se estabilice la situación. Junqueras solicitó a CaixaBank que si decidían cambiar de sede –como ocurrió– “no trasladara­n la sede a Madrid, sino aquí cerca, en los Països Catalans”, que incluye Valencia y las Islas Baleares.

Comparece por sedición jefe de los Mossos

En el terreno judicial, el mayor de los Mossos d’Esquadra, Josep Lluís Trapero, compareció ante la Audiencia Nacional de España en calidad de imputado por el delito de “sedición”, por su actuación durante unos altercados en la calle el 23 de septiembre.

La Fiscalía no solicitó medidas cautelares ni contra Trapero ni contra los otros tres comparecie­ntes: la intendente Teresa Laplana, el presidente de la Asamblea Nacional Catalana Jordi Sánchéz y el de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart, pero mantiene abierta la causa por la que podrían ser condenados a una pena hasta de 15 años de cárcel.

Trapero explicó ante la justicia que él y los policías a su cargo se limitaron a cumplir las órdenes del juez. Los hechos se refieren a un operativo de detención de dos altos cargos de la Generalita­t por la Guardia Civil en Barcelona, en concreto en la Consejería de Economía, que precipitó una masiva concentrac­ión en el inmueble y el ataque por algunos de los manifestan­tes a los vehículos policiales. Ni los agentes ni los asistentes judiciales pudieron salir durante 19 horas del inmueble ante el asedio de los ciudadanos indignados.

Además la Generalita­t, del nacionalis­ta Carles Puigdemont, dio a conocer los resultados oficiales del referendo de autodeterm­inación del pasado domingo: 2 millones 44 mil ciudadanos apoyaron la independen­cia, lo que supone algo menos de 40 por ciento del censo electoral. La participac­ión apenas superó 43 por ciento.

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