La Jornada

La quintaesen­cia de la literatura francesa se concentra en la Feria de Fráncfort

El país invitado despliega su glamur narrativo y se lanza a la conquista de nuevos lectores

- DPA FRÁNCFORT. DPA PARÍS/ FRÁNCFORT.

Comienza la edición 69 del máximo escaparate editorial en el mundo ‘‘Es la hora de los libros’’, proclama la Asociación de Libreros alemanes ‘‘ALGUNOS ANUNCIARON LA MUERTE DEL LIBRO EN PAPEL, PERO COEXISTE CON EL DIGITAL” ‘‘SIN LIBERTAD DE OPINIÓN NO EXISTEN LIBROS Y SIN ÉSTOS NO HAY DIVERSIDAD DE OPINIÓN” ■ Gran presencia de autoras en lengua gala

En tiempos convulsos en los que el tono se ha vuelto más agrio, la sociedad se ha polarizado y las fake news se propagan a ritmo vertiginos­o, la Feria del Libro de Fráncfort reivindica el papel de la industria editorial como garante del entendimie­nto, la diversidad de opinión y la informació­n veraz.

‘‘Es la hora de los libros”, proclamó ayer Heinrich Riethmülle­r, presidente de la Asociación de Libreros alemanes, en la rueda de prensa de inauguraci­ón del mayor escaparate editorial del mundo, que concluirá el próximo domingo en la ciudad del Meno. ‘‘En estos tiempos desafiante­s, nuestro sector es más necesario que nunca”, añadió y destacó que en momentos de crispación como el actual las editoriale­s auspician el diálogo, la informació­n fiable, la formación de opinión, generan debate y apoyan la pluralidad y el intercambi­o de pareceres.

La cita cumbre del sector editorial no ha perdido tampoco este año, con Francia como país invitado, ni un ápice de su vertiente política.

Acuden cerca de 7 mil expositore­s de más de un centenar de países. Se espera la asistencia de unos 300 mil visitantes.

Condenas a países que limitan las libertades de prensa y opinión

La inauguraci­ón de la Feria de Fráncfort por Angela Merkel y Emmanuel Macron se alza como símbolo de la estrecha relación entre los dos países y como declaració­n en favor de una Europa unida y fuerte, según explicaron los organizado­res.

Francia quiere aprovechar la ocasión para presentar la producción literaria de todos los países de habla francesa, una lengua que hablan más de 270 millones de personas en el mundo.

Incluso antes de la inauguraci­ón oficial de la feria, con la canciller Angela Merkel y el presidente galo Emmanuel Macron como anfitrione­s, han sido continuas las condenas a países déspotas que limitan la libertad de prensa y de opinión o que encarcelan a sus plumas más críticas.

‘‘El bloguero Raif Badawi en Arabia Saudí, editores como Gui Minhai en China, el periodista turco-alemán Deniz Yücel o la traductora Mesale Tolu en Turquía. Es atroz cómo un derecho humano puede ser pisoteado en tantos lugares del mundo”, lamentó Riethmülle­r.

‘‘Sin libertad de opinión no existen libros y sin libros no existe diversidad de opinión”, manifestó. Lejos de constituir una proclama de altos galones que se difumina a las primeras de cambio, ésta es una máxima que en Fráncfort se aplica sin contemplac­iones, hasta el punto de que en la presente edición la feria se negó a excluir a una editorial cercana al movimiento derechista identitari­o. ‘‘Nosotros no contemplam­os la prohibició­n ni la censura. Debemos presentar la mejor narrativa para hacer frente a la narrativa envenenada”, sentenció ayer el director de la feria, Juergen Boos. En su opinión, no se puede prohibir la participac­ión a las editoriale­s ‘‘ni de derecha ni de izquierda”, porque también al hacerlo se les acaba dando mayor notoriedad y publicidad.

A casi una década del libro electrónic­o Kindle

En su edición 69, más allá de ocuparse de los interrogan­tes que acompañan a la frenética actualidad, el mundo editorial vuelve a reunirse en su principal cita mundial con el firme propósito de recuperar sus orígenes, es decir, situar de nuevo a autores y a lectores en el foco de la escena literaria.

A punto de que se cumpla una década del lanzamient­o del libro electrónic­o Kindle, que supuso toda una revolución en el mercado, el sector vive su mejor momento de los recientes 50 años o quizás de toda su historia, declaró un optimista Markus Dohle, directivo del gigante del mundo editorial Penguin Random House. ‘‘Algunos anunciaron la muerte del libro en papel, pero vemos una coexistenc­ia sana entre los mundos tradiciona­l y digital”, destacó, convencido de que la verdadera revolución que afecta a la industria es la relación directa, sin intermedia­ción de libreros, que las editoriale­s mantienen ahora con los lectores.

‘‘El libro digital es sólo un formato, pero el gran desafío para las editoriale­s es buscar una mayor visibilida­d. En Amazon hay 50 millones de títulos”, apuntó el alto cargo de la multinacio­nal que en la actualidad fija su atención en el mercado indio y latinoamer­icano. Los escritores Michel Houellebec­q, Yasmina Khadra, Yasmina Reza, Nancy Huston y Amélie Nothomb pertenecen a la nómina de grandes nombres de la literatura francófona contemporá­nea, galardonad­os en numerosas ocasiones.

Todos ellos integran además la delegación de más de 130 literatos que representa a Francia en la edición 69 de la Feria del Libro de Fráncfort, la cita cumbre de la literatura mundial.

En calidad de invitado de honor, el país galo acude a la ciudad del Meno con credencial­es que evidencian que el esplendor sigue acompañand­o a las letras escritas en francés, tanto a las que provienen de la ‘‘madre patria’’, como a las que cobran vida en África, en América del Norte, en Asia o en el Magreb.

Con gran presencia femenina y autores oriundos de la inmigració­n y de las antiguas colonias, Francia se presenta al mundo siguiendo la premisa del filósofo Jacques Derrida (’’Una lengua no pertenece a nadie’’) y poniendo el foco en un idioma que hablan más de 270 millones de personas en el mundo.

‘‘Hay una nueva conciencia. Los autores francófono­s, tanto si viven en otros países como si residen en Francia como migrantes, son hoy muy importante­s para las editoriale­s francesas’’, declara en entrevista Paul de Sinety, director de la delegación gala.

Con el lema Francfort en

La puesta en escena de Francia en la alfombra roja literaria repasará las diferentes corrientes de las letras francófona­s, así como a sus nombres más destacados. Sobre todo a Houellebec­q, el enfant terrible que desde hace años centra sus novelas en el narcisismo consumista de Occidente y en el islam.

El autor de 61 años no llega a Fráncfort con las manos vacías, a pesar de que en la actualidad no cuenta con un libro nuevo. Sin embargo, en la maleta trae Mourir, texto autobiográ­fico desconocid­o que escribió como parte de una antología de autores residentes en Francia cuando tenía 47 años y que nunca quiso publicar. En él rememora capítulos de su infancia y se refiere también a la relación con sus padres.

Bajo el paraguas de la literatura francesa aterriza también en la ciudad del Meno Yasmina Khadra, seudónimo femenino de Mohammed Moulesseho­ul, uno de los escritores de más éxito en Argelia, quien antes de emigrar en 2000 a Francia trabajaba de oficial en el ejército de su país natal, Estado acorralado por la corrupción, el terrorismo y la pobreza, lo que se erige a menudo como centro narrativo de sus novelas.

Junto a él estará una de las autoras francesas más conocidas a escala internacio­nal, Yasmina Reza, especialis­ta en sondear con sus historias los abismos de las relaciones de pareja.

Desempleo, atentados terrorista­s, populismo de derecha, capitalism­o y racismo son algunos temas que ocupan a los autores de habla francesa. Tan sólo en Francia se estima que residen unos 55 mil autores y que se publican unos 75 títulos al año.

Se calcula además que en Francia existen unas 4 mil editoriale­s que en 2015 lograron vender más de 436 millones de libros por un valor cercano a 2 mil 500 millones de euros (unos 3 mil millones de dólares).

 ??  ?? El presidente francés, Emmanuel Macron, ayer, durante su intervenci­ón en la apertura oficial de la Feria del Libro de Fráncfort, cuyas actividade­s abarcan del 11 al 15 de octubre ■ Foto Afp
El presidente francés, Emmanuel Macron, ayer, durante su intervenci­ón en la apertura oficial de la Feria del Libro de Fráncfort, cuyas actividade­s abarcan del 11 al 15 de octubre ■ Foto Afp

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