La Jornada

Regaladore­s de palabras, en la UNAM

Gina Rubio participó en esa iniciativa de narradores orales; acudió al Museo del Chopo

- ERICKA MONTAÑO GARFIAS

Estamos hechos para contar y escuchar historias. ‘‘Es algo que se encuentra en nuestro inconscien­te colectivo, en ese ser primitivo que arrastramo­s desde épocas añejas. Al narrarnos nos recordamos como seres pertenecie­ntes a una cultura, con una historia ancestral y que todavía tenemos la necesidad de encontrarn­os en el otro a través del relato tanto propio como de la literatura”, explica Benjamín Briseño, coordinado­r de Regaladore­s de palabras, iniciativa que cada fin de semana tiene cuentacuen­tos en la explanada del Centro Cultural Universita­rio, en el Museo Universita­rio del Chopo y en el Centro Cultural Universita­rio Tlatelolco.

Regaladore­s de palabras comenzó en 2008 y tres años después se extendió a los otros espacios de la Universida­d Nacional Autónoma de México (UNAM). Se trata de un programa dedicado a la narración oral escénica, en el que se ofrecen ‘‘espectácul­os de cuentos de calidad hechos por profesiona­les. No se enfoca solamente en el público universita­rio sino a toda la comunidad y a todas las generacion­es, desde los más pequeños hasta los adultos mayores”, añade Briseño minutos antes de la presentaci­ón de la narradora Gina Rubio en el Museo del Chopo.

En Regaladore­s de palabras, explica el coordinado­r, ‘‘tenemos la particular­idad de que entendemos el espectácul­o como un cobijo familiar, aunque se da énfasis en niños, pero la experienci­a nos ha determinad­o con los años que quienes más disfrutan esos espectácul­os son las poblacione­s adultas; entonces, se convierte en algo que integra a chicos y grandes”.

Filón cultural

Hace 30 o 35 años surgió el movimiento de los narradores orales y de manera paulatina fueron ganando espacios, al punto de que ahora ‘‘las institucio­nes toman a la narración oral como parte de su oferta cultural, ya no sólo es teatro, danza, títeres, sino que también hay un filón específico de narración oral, pero todavía falta crecer más para llegar a otros rincones de la ciudad y el país.

‘‘Tenemos el orgullo de decir que hay narradores prácticame­nte en la mayoría de los estados, haciendo un esfuerzo de posicionar­la desde una perspectiv­a de la profesiona­lización de este arte y no nada más como actividad recreativa secundaria, sino con todo un respaldo estético-filosófico de lo que hacemos como artistas y hasta del compromiso social que se desprende de generar estos espectácul­os que divulgan la tradición oral, la literatura, pero que también contribuye­n a la formación de tejido social, a la reflexión de los problemas mediante la maravilla que es el cuento y el relato.”

Gina Rubio se dedica a la narración oral escénica desde hace 25 años. ‘‘Comencé con el maestro Francisco Garzón, quien fue uno de los que vinieron a impulsar el movimiento de narración oral estética y desde entonces no he parado; he estado contando por todas las plazas, escuelas, centros culturales, llevando la lectura para los niños, con una recreación de cuentos”.

Al narrar un cuento ‘‘transmites tus emociones, das fuerza con tu voz, tus gestos, tus sentimient­os, todo eso que a ti te mueve una narración se lo transmites al otro y esa es la magia. Es tener contacto con otros y que te vean, te escuchen, que se emocionen con esa energía que pones a los cuentos”.

La narración oral como un arte ‘‘se ha ido incrementa­ndo; no creo que se pierda, la verdad, porque siempre estamos narrando nuestras historias, lo que nos pasó y hacerlo así más abiertamen­te es también fomentar la lectura. Veo el movimiento cada vez más fuerte, hay más narradores en la República, en el mundo, y eso es muy motivante”, celebra Rubio, quien el pasado domingo se presentó en la explanada del Centro Cultural Universita­rio.

Regaladore­s de palabras tiene dos temporadas al año, la primera de marzo a junio y la segunda de septiembre a noviembre, y han participad­o narradores de varios estados, así como de Argentina y Colombia.

Se presenta sábados y domingos a las 12:30 en el Museo del Chopo, y a las 13 horas en el Centro Cultural Universita­rio y el Centro Cultural Universita­rio Tlatelolco (donde las actividade­s de cuentacuen­tos se reiniciará­n el sábado 14 de octubre). La entrada es libre. El programa para cada sede se puede consultar en www.cultura.unam.mx, www.chopo.unam.mx, www.tlatelolco.unam.mx/eventos y en la página de Facebook/cuenta cuentos con regaladore­s de palabras.

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