La Jornada

Exigen cero tolerancia en agresiones a mujeres

- DIANA MANZO IXTEPEC, OAX. FABIOLA MARTÍNEZ

Germán Luis nació en Juchitán. Hace 17 años se fue a La Habana a estudiar la carrera de neurociruj­ano; estaba en Cuba cuando ocurrió el terremoto del 7 de septiembre y se enteró de que la casa de su madre –que él y sus hermanos heredaron– había sufrido afectacion­es, por lo que decidió retornar.

Su llegada coincidió con la de los médicos de la brigada Henry Reeve, enviada por el Ministerio de Salud de Cuba para solidariza­rse con los damnificad­os del istmo de Tehuantepe­c, quienes no sólo perdieron sus viviendas, sino los servicios de salud, pues los hospitales de la región colapsaron.

“Soy un damnificad­o más pero mi amor por ayudar a los míos hizo que me integrara a la brigada médica me enteré de que habían llegado al istmo por la embajada de Cuba en México y también por la encargada de asuntos académicos de la facultad de Cuba y de inmediato me incorporé, soy el integrante número 41 de la brigada Henry Reeve”, dijo.

“Pareciera una casualidad pero no, sino una hazaña de la vida”, explicó el médico. La madrugada del lunes pasado, él y otros dos neurociruj­anos cubanos se convirtier­on en los primeros médicos en realizar una operación de esta especialid­ad en el istmo.

“La operación fue un éxito y también la recuperaci­ón, estamos felices porque es la primera vez que se practica una neurocirug­ía en mi istmo, esto es de admirarse y aplaudirse, por eso reconozco y admiro a los cubanos, son médicos sumamente preparados y les agradezco que hayan venido a dar salud y atención a mi gente”, expresó Germán Luis.

En el campamento cubano sobre neurocirug­ía, que se ubica desde el 30 de septiembre en el campo Che-Nita de Ciudad Ixtepec, además de dar atención médica las 24 horas, Germán también ha participad­o en atenciones quirúrgica­s de ginecologí­a.

A sus paisanos les habla en su lengua materna, el zapoteco, y eso ha sido una gran ayuda para el equipo de médicos cubanos, pues además de dar consultas, Germán también ha fungido como traductor, sobre todo con pacientes de la tercera edad.

Hijo de Florinda Luisa, defensora de la lengua zapoteca, Germán Luis decidió estudiar medicina a los 21 años de edad, y se fue a La Habana, Cuba, con sus propios medios y voluntad ingresó a la Escuela Latinoamer­icana de Medicina antes llamada de Ciencia Médica y concluyó sus estudios de medicina general.

Tiempo después eligió la especialid­ad de medicina familiar y de inmediato se postuló para la segunda: neurocirug­ía. Además de esas dos especialid­ades, estudió diplomados y otros cursos.

A mediano plazo, Germán buscará establecer­se en su natal Juchitán, pues su mayor ilusión es montar su consultori­o para atender a su gente del Istmo de Tehuantepe­c, aún no sabe dónde, pues su casa será demolida en los próximos días, pero de lo que está seguro es que será para ayudar a su gente, ha vuelto para eso: aplicar sus conocimien­tos y mejorar la calidad de vida de los suyos, como se lo prometió a su mamá cuando partió a La Habana. La Secretaría de Gobernació­n pidió a las autoridade­s locales “cero tolerancia y cero impunidad” para quienes agredan a las mujeres.

“No podemos seguir siendo cómplices, al entender el tema como un asunto privado”, dijo Alejandra Negrete, comisionad­a nacional para prevenir y erradicar la violencia contra las mujeres.

Durante un taller sobre violencia de género, destacó avances pero también advirtió rezagos en cuanto a protección de víctimas y castigo a agresores.

“Se tiene que saber que existen consecuenc­ias para este tipo de casos y tenemos que lograr terminar con ese rezago de impunidad de 98 por ciento que tenemos en casos de violencia contra las mujeres”, señaló. Dijo que también hay necesidade­s en cuanto a armonizaci­ón legislativ­a, porque hay todavía códigos civiles y penales, en todas las entidades, con reglas “muy discrimina­torias” contra las mujeres.

Garantizar reparación del daño

También es necesario tipificar el delito de feminicidi­o, generar protocolos de investigac­ión adecuados, aplicar medidas preventiva­s, profesiona­lizar a quienes están a cargo de los casos y garantizar la reparación del daño.

Es muy importante, dijo, que las mujeres tengan un lugar seguro a dónde acudir, porque muchas de ellas están amenazadas de muerte y están al borde de esa circunstan­cia.

“No podemos seguir siendo cómplices al entenderlo como un asunto privado o sin repensar nuestras respuestas y nuestros patrones emocionale­s y culturales que nos llevan al machismo que tanto ha lastimado a nuestras sociedades”, advirtió.

En tanto, el subsecreta­rio de Derechos Humanos de Gobernació­n, Roberto Campa, dijo que la violencia contra las mujeres es un tema que la justicia del Estado debe atender para resolver.

Dijo que al garantizar a las mujeres un real y efectivo acceso a la justicia se crean oportunida­des para potenciali­zar su pleno desarrollo.

Al inaugurar con la representa­ción del secretario de Gobernació­n, Miguel Ángel Osorio Chong, el Taller sobre Violencia de Género e Igualdad en Acceso a la Justicia, advirtió que para lograr la construcci­ón de entornos más pacíficos y prósperos se requiere reducir las brechas de desigualda­d de género, combatir la violencia, y permear la transversa­lización de género en los tres órdenes de gobierno.

Es imprescind­ible fortalecer a las institucio­nes encargadas de implementa­r las políticas públicas para combatir la violencia de género, a fin de lograr un eficaz acceso a la justicia.

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Germán Luis puede hablar a sus paisanos en zapoteca, pues su madre fue defensora de esa lengua. A mediano plazo planea establecer­se en su natal Juchitán ■ Foto Diana Manzo

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