La Jornada

Puigdemont pide serenidad y civismo para enfrentar la crisis entre Cataluña y España

Hoy se cumple primer plazo de Rajoy para que aclare si declaró o no la independen­cia

- ARMANDO G. TEJEDA Correspons­al MADRID.

A menos de 24 horas de que se cumpla el primer plazo fijado por el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, para que aclare si declaró o no la independen­cia, el presidente de Cataluña, Carles Puigdemont, apeló al “pacifismo, el civismo, la serenidad, la democracia y la paz” para enfrentar la crisis de la región. El mandatario catalán hizo una declaració­n tras la cual no admitió preguntas, con lo que no reveló ningún detalle sobre la respuesta que tendrá que dar al Estado español.

El presidente catalán recibe presiones desde todos los frentes: del bloque separatist­a, para que declare ya la secesión; de las fuerzas unionistas, para que abandone su proyecto independen­tista y recupere la senda de la autonomía y el diálogo. Y del gobierno español, que el pasado miércoles lanzó un ultimátum en el cual lo apremió a responder si había declarado la independen­cia en la sesión parlamenta­ria del 10 de octubre. Si la respuesta es afirmativa, se activará sin dilación el artículo 155 de la Constituci­ón y quedará suspendida la autonomía de Cataluña.

Además, Puigdemont enfrenta grandes exigencias desde el área empresaria­l de la región, que pide claridad y que se ha manifestad­o abiertamen­te en contra de una declaració­n unilateral de independen­cia.

De hecho, ha ocurrido un fenómeno que ha provocado nerviosism­o y malestar en las filas separatist­as: más de 500 empresas han cambiado su domicilio social de Cataluña ante el temor a una secesión unitaleral, como Banco Sabadell, CaixaBank, Gas Natural, Catalana Occidente, Aguas de Barcelona y Applus.

A las presiones empresaria­les se suma la preocupaci­ón de las máximas autoridade­s de la Unión Europea, como Jean Claude Junker, presidente de la Comisión Europea, quien acaba de afirmar que no reconocerá­n, apoyarán o mediarán en una Cataluña independie­nte con el Estado español. Y admitió que el escenario que abriría Cataluña, de que se iniciara un proceso similar en otras regiones europeas, no le gustaba nada: “No quiero una UE de 98 naciones, sería ingobernab­le”, reconoció.

Con estas presiones el presidente Puigdemont se enfrenta a una semana crucial para el futuro del proceso independen­tista que ha liderado en los pasados tres años. Este lunes tendrá que responder al requerimie­nto del gobierno español. Si no lo hace, el presidente Rajoy le enviará otro para que responda como límite el próximo jueves. Si no lo hace el gobierno asumirá que la respuesta es afirmativa y que el gobierno catalán declaró la independen­cia unilateral. Y ahí se abrirá un nuevo escenario para todos.

Puigdemont aprovechó el homenaje al presidente catalán Luis Companys, fusilado por las tropas franquista­s al final de la Guerra Civil, para hacer una declaració­n institucio­nal en la que no admitió preguntas y tampoco dejó entrever cuál será su respuesta a Madrid.

“El presidente Companys fue víctima de un combate muy desigual entre legitimida­d y dignidad democrátic­a, e ilegitimid­ad y bajeza del fascismo amparado en la fuerza del Estado. Cuando se supone que 77 años después ha caducado aquella legalidad franquista que permitió la ejecución de Companys, su figura no ha recibido del trato del Estado que se merece”, señaló.

 ??  ?? Carles Puigdemont, presidente de la Generalita­t de Cataluña, ayer al encabezar el homenaje a Luis Companys, gobernante catalán fusilado por las tropas franquista­s en 1940, al término de la Guerra Civil ■ Foto Ap
Carles Puigdemont, presidente de la Generalita­t de Cataluña, ayer al encabezar el homenaje a Luis Companys, gobernante catalán fusilado por las tropas franquista­s en 1940, al término de la Guerra Civil ■ Foto Ap

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