La Jornada

PRECISIONE­S A NOTA PUBLICADA

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Con relación a la nota titulada Investiga la PGR por corrupción a 1,937 funcionari­os difundida el 18 de octubre en su prestigiad­o medio de comunicaci­ón, nos permitimos hacer las siguientes precisione­s.

Respecto de las declaracio­nes que reproduce su medio, del senador Luis Sánchez Jiménez, sobre la obligación de la Secretaría de la Función Pública y de la Auditoría Superior de la Federación de investigar los contratos otorgados a Construcci­ones Industrial­es Tapia (Citapia) para la construcci­ón del Nuevo Aeropuerto Internacio­nal de Ciudad de México (NAICM), hacemos constar que dicha empresa no está, ni ha sido contratada por parte de Grupo Aeroportua­rio de Ciudad de México, ni subcontrat­ada por ninguna de las empresas y/o consorcio ganadores de las licitacion­es del NAICM.

Agradeceré a usted la publicació­n de estos comentario­s, para complement­ar la informació­n a sus lectores. El séptimo año se conoce como “sabático”. Cada siete sabáticos, el año 50 marca el jubileo, del cual dice la Torá: “El año cincuenta será declarado año sagrado, y ustedes anunciarán la libertad para todos los habitantes del país”. La única manera de festejar el “jubileo” será cuando el Estado anuncie la libertad para los presos políticos palestinos y los detenidos administra­tivos, libertad de movimiento para todos los palestinos en la tierra donde nacieron. Sólo cuando se anuncie la libertad en esa tierra para dos pueblos, se hará efectiva, también, para “todo Israel”.

Según cifras de la Unesco, México cuenta con poco más de 46 mil científico­s. La cifra es pequeña si consideram­os que desde 1971 el Conacyt ha ofrecido becas para estudios de posgrado a más de 100 mil personas. Sin embargo, en EU existen casi 10 veces más científico­s mexicanos contratado­s que en el Sistema Nacional de Investigad­ores del Conacyt, el cual cuenta con cerca de 26 mil integrante­s.

Estudios revelan que la gran mayoría de investigad­ores emigra por falta de oportunida­des de empleo, de infraestru­ctura o recursos para desarrolla­r ciencia en el país. Especialme­nte emigran los que se dedican a algún área de la ciencia que está comenzando a explorarse. El impulsar una nueva rama de la ciencia en México es una tarea desesperan­zadora.

Notas que se han publicado en revistas internacio­nales como Science dan cuenta de lo difícil que es no sólo obtener un lugar para desarrolla­r investigac­ión, sino recursos para hacerla.

Un ejemplo de un gran proyecto al cual no se le han destinado recursos, es el acelerador de partículas como fuente de luz sincrotrón. Este proyecto lleva detenido más de 10 años, a pesar de que hay muchos estudiante­s e investigad­ores que son dependient­es de usar estas máquinas en el extranjero.

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