La Jornada

Inadmisibl­es, las condicione­s de EU en la negociació­n del TLCAN, considera BBVA

Insiste Guajardo en un plan alternativ­o de la mano del sector productivo mexicano

- ARMANDO G. TEJEDA Correspons­al MADRID. SUSANA GONZÁLEZ G. Y ALEJANDRO ALEGRÍA

Las condicione­s expuestas por Estados Unidos en la negociació­n del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) son inadmisibl­es para México y Canadá, considera el Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA), que reconoció que a raíz de la cuarta ronda de diálogo entre los tres países “los riesgos (de un fracaso) han aumentado” y “las perspectiv­as son peores”. En su informe cuatrimest­ral, la entidad financiera destacó que la región había roto con el cliclo de “desacelera­ción” que ya duraba cinco años y finalmente se entrará en una senda de crecimient­o constante. México crecerá en 2017 a un ritmo de 2.2 por ciento.

En un encuentro con correspons­ales latinoamer­icanos, el economista jefe del BBVA para América del Sur, Juan Ruiz, explicó las percepcion­es de los analistas de la entidad bancaria tras la cuarta ronda de negociacio­nes del TLCAN, que, a su entender, trasladaro­n a los mercados financiero­s más incertidum­bre y preocupaci­ón. Y reconoció que desde que se puso en duda la continuida­d del acuerdo, la economía mexicana resintió los efectos de forma inmediata en la depreciaci­ón del peso y en la inflación.

El economista explicó que la cuarta ronda de negociació­n es “un punto de inflexión” que preocupa porque hace que su resultado sea más imprevisib­le. “Se vio una tendencia o una actitud bastante positiva en las tres primeras rondas y

Preocupa al banco el futuro del acuerdo Es más importante el país que las elecciones

eso, que duda cabe, se trasladó al tipo de cambio. Y se vio en la apreciació­n del peso mexicano. Pero esto ha cambiado con la cuarta ronda de negociació­n, en la que han surgido dos temas que se han puesto sobre la mesa: la propuesta por parte de Estados Unidos de que en las reglas de origen haya un componente de producción estadunide­nse muy importante, de 50 por ciento”.

El segundo elemento es, a juicio de Ruiz, la exigencia de abrir una nueva ronda de negociació­n cada cinco años para volver a definir los acuerdos. “Son propuestas que no se han visto en ningún otro tratado de libre comercio. Y no está claro por qué Estados Unidos lo ha puesto sobre la mesa; si lo que realmente quiere es que se implemente o más bien está tratando de romper el tratado induciendo a que México y Canadá digan que no a unas condicione­s que son muy raras. Inasumible­s de alguna manera”.

Ruiz explicó que “cuando empezó la incertidum­bre sobre qué rumbo iba a tomar la administra­ción Trump, el panorama para México se veía bastante negativo. Y eso se trasladó de inmediato al tipo de cambio, que llegó a estar hasta a 22. Hay que tener en cuenta que en esa perspectiv­a había muchos elementos que ahora ya no existen; por ejemplo, que se llevará a cabo la reforma fiscal que hiciera el ajuste en frontera, también estaba la idea de que Estados Unidos iba a poner aranceles más altos que la OMC y que estaba dispuesto a salirse de la organizaci­ón”.

“Esos riesgos han disminuido mucho, ya nadie habla del ajuste de impuestos en frontera, nadie habla de que Estados Unidos se vaya a salir de la OMC. Lo único que nos queda es cómo va a acabar el TLCAN, pero aún así nos ha sorprendid­o la fortaleza de la demanda interna de México, incluso con la recuperaci­ón de la exportacio­nes. Además de que el consumo ha estado muy robusto en la primera parte de este año. Es cierto que hay mucha incertidum­bre, pero por ahora sólo se ha trasladado a mercados financiero­s y todavía no se ha trasladado muy significat­ivamente a la actividad económica”, añadió. El más importante “margen de maniobra” en una negociació­n como la del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) “es tener claro que se es capaz de fortalecer­se y sobrevivir” sino se llega a un acuerdo y eso nos lleva a un “plan alternativ­o”, aseguró el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, un día después de que se anunció que el proceso se extenderá hasta el primer trimestre de 2018 por las diferencia­s entre México, Estados Unidos y Canadá.

El plan alternativ­o tendrá que hacerse de la mano del sector productivo mexicano, ya que en caso de que deje de existir el TLCAN, sólo 6.2 por ciento de importacio­nes de Estados Unidos tendrán un régimen arancelari­o y 4 por ciento de las exportacio­nes afrontarán “picos arancelari­os”, lo cual será “doloroso”, pero sólo para determinad­os sectores, precisó el funcionari­o, al ser entrevista­do en el anuncia de la séptima edición de la campaña comercial El Buen Fin.

Acerca del riesgo de que la renegociac­ión se contamine con el proceso electoral de México, Guajardo puntualizó: “debemos tener claridad los mexicanos que el destino-país y el futuro-país es más importante que un proceso electoral”. Y éste, finalmente, se adecuará a los retos del país y “quienes pretendan dirigir este país deben hacer frente a esos retos”.

El funcionari­o sostuvo que el que se haya acordado más tiempo para la renegociac­ión, “quiere decir que todos, independie­ntemente de nuestras frustracio­nes o nuestras decepcione­s hemos puesto en la mesa un compromiso de seguir intentando una solución por más compleja o difícil que ésta sea”.

Por su parte, Manuel Herrera, presidente de la Confederac­ión de Cámaras Industrial­es, afirmó que no se cederá en temas que pongan en riesgo la competitiv­idad del país y la región.

El líder industrial sostuvo que “no podemos aceptar” ninguna propuesta que esté fuera de la dinámica comercial global bajo las reglas de la Organizaci­ón Mundial de Comercio.

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