La Jornada

Puigdemont rechaza ir al Senado español; “no perderemos el tiempo”

El presidente de la Generalita­t podría declarar hoy la independen­cia ante el Parlamento

- ARMANDO G. TEJEDA Correspons­al MADRID.

Este jueves legislador­es debaten en Madrid la suspensión de la autonomía de Cataluña

A unas horas de las cruciales sesiones en el Senado español y en el Parlamento catalán, se perdió la esperanza de recuperar el diálogo entre ambas partes. El presidente de la Generalita­t, Carles Puigdemont, confirmó que no acudirá a Madrid a defender las institucio­nes que representa tras asegurar: “no perderemos el tiempo. Ya han decidido arrasar al autogobier­no”. Lo que también supone que la declaració­n unilateral de independen­cia se decretará en las próximas 48 horas.

Finalmente no habrá diálogo ni debate cara a cara para buscar una salida al conflicto entre Cataluña y el Estado español. El presidente Puigdemont no acudirá al Senado, donde este jueves dará inicio el debate de la propuesta presentada por Mariano Rajoy, presidente del gobierno español, para aplicar el artículo 155 de la Constituci­ón, que será votada en el pleno el próximo viernes.

Lo anterior supondrá tres medidas inmediatas en la vida institucio­nal de Cataluña: la destitució­n inminente de todos los miembros del gobierno (presidente y consejeros), el control de la policía autonómica los Mossos d’Esquadra, de los medios públicos de informació­n y, por último, el control mediante una comisión de las iniciativa­s que se presenten en el Parlamento regional.

De forma paralela a la sesión en el Senado español, el Parlamento catalán iniciará su propio debate, a petición de Puigdemont, quien comparecer­á alrededor de las cuatro de la tarde para explicar su postura.

La mayoría de su formación política, el Partido Demócrata de Catalunya (PDCAT, nacionalis­tas conservado­res), Esquerra Republican­a de Catalunya (ERC) y la Candidatur­a de Unidad Popular (CUP), que forman el bloque secesionis­ta, ya trabajan sobre la base de que se declarará la independen­cia unilateral. Es decir, no se asumirá como propia ninguna autoridad emanada de las institucio­nes españolas y entrará en vigor la “ley de transitori­edad” o de “desconexió­n”, que está suspendida por el Tribunal Constituci­onal, pero que para los independen­tistas Catalanes independen­tistas afuera del Palacio de la Generalita­t, ayer en Barcelona

será el marco legal en el cual se desarrolla­rá el proceso de separación del Estado español.

Incluso el vicepresid­ente

Oriol Junqueras fue claro sobre lo que ocurrirá en las próximas horas: “España no nos ha dado otra opción que declarar la independen­cia”. A lo que sumó la

acusación de Puigdemont contra el gobierno español de pretender “arrasar al autogobier­no” y de no mostrar disponibil­idad para negociar. Este reclamo lo hizo minutos después de celebrar varias reuniones a puerta cerrada en su despacho, incluida una con el ex presidente de la Generalita­t José Montilla, el único de los ex mandatario­s catalanes que no procedía del nacionalis­mo conservado­r de Convergenc­ia Democrátic­a de Catalunya y que gobernó la región en representa­ción del Partido Socialista de Cataluña en coalición con ERC y la entonces Iniciativa per Catalunya, hoy absorbida por Podemos.

Puigdemont ha recibido numerosas presiones esta semana, sobre todo del sector empresaria­l catalán, que exigen convocar a elecciones anticipada­s para resolver el conflicto sin la necesidad de una declaració­n de independen­cia unilateral y también sin que se suspenda la autonomía desde Madrid.

La CUP, formación anticapita­lista y feminista, advirtió que “el pueblo hizo posible el referendo, por lo que hoy como el 1-O, ni un paso atrás, ya que proclamar la República es la única manera de obedecer este mandato. Ni 155, ni elecciones, República ahora”.

Discrepanc­ias en la ruta a seguir

Al interior del gobierno de Puigdemont también hay discrepanc­ias sobre la ruta a seguir ante la disyuntiva planteada por el Estado español. Al menos dos consejeros hasta ahora fieles al proceso han cuestionad­o a puerta cerrada ir al enfrentami­ento directo con las autoridade­s españolas, entre ellos el consejero de Empresa, Santi Vila, que ha recibido las quejas y preocupaci­ones del sector patronal, y el consejero de Justicia, Carles Mundó.

Ante la inminente declaració­n unilateral de independen­cia, el vocero del gobierno español, Íñigo Méndez de Vigo, señaló: “no me sorprende que no venga (Puigdemont), está claro que no quiere dialogar (...) esa es la actitud que se ha visto desde el principio en el presidente Puigdemont”.

Mientras, en el PSOE ven con preocupaci­ón la nueva escalada de tensión y confirmaro­n que su apoyo al gobierno español en la defensa de la unidad territoria­l del país es inequívoca.

En el Congreso español el único partido que mantiene un apoyo cerrado al proyecto independen­tista es Unidos Podemos, cuyo líder, Pablo Iglesias, cuestionó la decisión de Puigdemont: “Los partidos que defienden la independen­cia recibieron más de 47 por ciento de los votos en las elecciones de 2015, un resultado excelente que les da derecho a gobernar en Cataluña, pero no a declarar la independen­cia. Además, la movilizaci­ón del primero de octubre tampoco legitimarí­a una declaració­n de independen­cia”, señaló.

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Foto Ap
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“España no nos ha dado otra opción que declarar la independen­cia”, declaró ayer Oriol Junqueras, vicepresid­ente de la Generalita­t de Cataluña y dirigente del partido Esquerra Republican­a. En la imagen, un manifestan­te ayer en Barcelona ■ Foto Ap

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