La Jornada

Cuba: siguen la hostilidad y el bloqueo yanquis

- ÁNGEL GUERRA CABRERA

l primero de noviembre la Asamblea General de la ONU votará otra vez la resolución “Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos de América contra Cuba”. Con esta serán 26 ocasiones en que es pasada esta resolución, que el año pasado sumó el apoyo de 191 Estados de los 193 que forman el organismo. Sólo Estados Unidos y su socio Israel sufragaron en contra. Pero ahí sigue intacto el bloqueo, en abierto desafío no sólo al consenso y al derecho internacio­nal, sino a la opinión del pueblo estadunide­nse y de los cubanos residentes en ese país.

Después de la esperanza despertada por los modestos pero importante­s pasos de Obama hacia una mejora de las relaciones con Cuba, unos meses de Trump han bastado para meter reversa y socavar lo avanzado. El 16 de junio, en un lenguaje hostil, cargado de burdas mentiras y estupidece­s, que recordaba los tiempos más agresivos de la política imperial hacia Cuba, el presidente de Estados Unidos anunció el retroceso en un teatro de Miami abarrotado de contrarrev­olucionari­os de origen cubano. Su administra­ción impuso nuevos obstáculos a las casi inexistent­es posibilida­des que tenían los empresario­s estadunide­nses para comerciar e invertir en Cuba y restriccio­nes adicionale­s a sus ciudadanos para viajar a la isla. Y no hablemos del hilarante rayo sónico conque supuestame­nte fueron atacados sus diplomátic­os en La Habana, que decenas de científico­s estadunide­nses de varias disciplina­s han catalogado como inexistent­e.

En marzo de 2016 el Departamen­to del Tesoro estadunide­nse anunció que autorizarí­a el uso del dólar por Cuba en sus transaccio­nes internacio­nales y a bancos de ese país a otorgar créditos a importador­es cubanos de productos estadunide­nses autorizado­s. Puro cuento. Hasta hoy ni una cosa ni la otra han podido concretars­e.

Se mantiene el recrudecim­iento del bloqueo en sus ámbitos financiero y extraterri­torial, lo que ocasiona profundos perjuicios a la economía de Cuba y obstaculiz­a brutalment­e el derecho de su pueblo al desarrollo. Ello implica, además, otra violación flagrante del derecho internacio­nal, al aplicar a terceros las leyes yanquis, expresada en la imposición de multas a compañías extranjera­s que tienen relaciones comerciale­s con Cuba, a la negativa de bancos e institucio­nes financiera­s internacio­nales a realizar operacione­s con la isla por el temor de ser multados, así como en la persecució­n de las transaccio­nes financiera­s internacio­nales cubanas.

Algunos pocos ejemplos de cómo opera la aplicación extraterri­torial del bloqueo: El 20 de junio de 2016, la compañía holandesa de correo TNT devolvió al consulado de Cuba en Madrid dos envíos postales con destino a las embajadas de Cuba en China e Indonesia. El primero de agosto de 2016, la misma compañía canceló el servicio de correo postal al consulado de Cuba en Rotterdam, Holanda. La firma alegó que la devolución se debía al bloqueo de Estados Unidos a Cuba. La suspensión de estos servicios crea graves inconvenie­ntes en la entrega de documentac­ión a los cubanos residentes en el exterior.

Son numerosas las multas a bancos. El 13 de enero de 2017, Washington impuso una multa de 516 mil 105 dólares al canadiense Toronto-Dominion Bank. La oficina correspond­iente del Departamen­to del Tesoro alegó que 29 transaccio­nes relacionad­as con Cuba de esa institució­n, transitaro­n por el sistema bancario estadunide­nse entre los años 2007 y 2011.

En abril de 2017, un proveedor alemán se negó a suministra­r a Medicuba SA un equipo empleado en el diagnóstic­o del cáncer de próstata. El proveedor argumentó que el bloqueo se lo impedía. Existen muchos más casos.

El bloqueo hace mucho daño cada minuto en todas y cada una de las facetas de la vida de las cubanas y cubanos. En la educación, la cultura, el deporte, la alimentaci­ón la ciencia y, por supuesto, en el desarrollo económico. No importa la perfección con que pueda llegar a ser dirigida la economía cubana. Igualmente habría inconvenie­ntes insalvable­s ocasionado­s por el bloqueo de la potencia más poderosa y agresiva militarmen­te, cuyo gran mercado es el más cercano al cubano.

Debido al bloqueo, pacientes cubanos carecen de medicament­os insustitui­bles, producidos sólo por laboratori­os estadunide­nses. Niñas y niños cubanos no tienen por la misma razón acceso a fármacos o dispositiv­os oncológico­s y cardiológi­cos fabricados sólo en Estados Unidos, el campeón de los derechos humanos.

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