¿LA FIESTA
Pobre Plaza México, tan cerca del dinero y tan lejos del toro
l problema de México, taurino o no, es que hace décadas se embarcó en un modelo económico que beneficia a algunos y perjudica a los más, al someterse a las políticas convenencieras de Washington, poner todos los huevos en esa canasta y esperar a que ahora le den una patada por sus limitaciones como negociador.
En materia de toros las cosas no podían ser diferentes, y por lo menos desde hace 25 años, con los empresarios más ricos en la historia de la tauromaquia, aunque no los más advertidos, la Monumental Plaza México ve cómo pasa el tiempo sin que la opaca inversión de esos poderosos promotores se traduzca en resultados visibles en pro de la fiesta.
La “nueva” empresa, luego de un año de ensayo y error, adelantó siete desalmados carteles para la próxima temporada 1917-18, los cuales poseen las mismas características de hace un cuarto de siglo: marginación del toro, veteranos importados, manos a mano de la manga, toritos de la ilusión para los que figuran y de donde caiga para los de aquí, sin valoración ni estímulo a su desempeño en la temporada anterior, y seis caballitos seis. Agua y ajo, pues.
Diecinueve de noviembre, Julián López El Juli en ocioso mano a mano con Joselito Adame y toros de Teófilo Gómez, no de Piedras Negras. Domingo 26, rejoneador Pablo Hermoso de Mendoza –¿al fin irá por delante?–, Cayetano,