La reforma educativa desmanteló la enseñanza especial, afirman expertos
Faltan recursos humanos y económicos en todo el país
En ese sentido, Enrique Grapa, de la Fundación Inclúyeme, explicó en entrevista que se trata de “armonizarlas en materia de salud y educación. Que se tengan los mismos derechos que los demás y se deje de hablar peyorativamente de las personas con discapacidad”.
Expuso que las organizaciones implicadas en esa iniciativa levantan la voz para insistir en que el Estado vea a las 7.2 millones de personas con discapacidad y 27 millones de mexicanos involucrados con el padecimiento de alguien.
“Dicen que van a hacer leyes, que están apoyando la cuestión social, pero cuando lo vemos con lupa, en el caso de las personas con discapacidad, lo anterior no es cierto. Están descuidando, probablemente porque no gritamos. Por eso hoy lo hacemos”, apuntó.
Enrique Grapa dijo que algunos programas afectados por el recorte al presupuesto son: atención a personas con discapacidad, rehabilitación, fondo de apoyo para transporte y apoyo a organizaciones.
Añadió que las personas con discapacidad “todavía enfrentan una gran cantidad de barreras. Muchos de sus derechos no son respetados”. Explicó: “Persiste la falta de rampas para el libre tránsito o servicios de lenguaje de señas en lugares públicos”.
Más de 50 organizaciones están impulsado un movimiento “para que realmente se respeten los derechos y se apoye a las personas con discapacidad”. Otro “resultado” de la reforma educativa, impulsada durante la actual administración federal, es el franco desmantelamiento de la estructura para atender la enseñanza especial en el país, con lo cual se agrava la exclusión que viven los estudiantes con capacidades diferentes y sus familias.
En el foro Educación especial en México: inclusión o exclusión, especialistas en el tema alertaron que con el falso argumento gubernamental de dar un trato igual a esos niños y jóvenes se ha agravado su situación, con una falta de atención a causa de escasez de recursos humanos y económicos.
Gabriela Naranjo Flores, investigadora de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN), advirtió que dicha exclusión e invisibilización afecta a la sociedad en su conjunto, pues niños y jóvenes con capacidades diferentes regularmente no pueden entrar al sistema educativo nacional o cuando llegan a ingresar lo hacen solamente por un tiempo o sencillamente no avanzan.
Dijo que a las escuelas se les está demandado el acceso de todos, pero hay prácticas excluyentes en toda la sociedad, por lo que revertir ese proceso debe ser un esfuerzo y tarea conjunta de todos los sectores para tener una sociedad y una escuela verdaderamente incluyente.
Durante su intervención en el foro, organizado por Casa Lamm y La Jornada, la especialista señaló que ante la imposición de la reforma educativa “muchos expertos, valiosos y con extraordinaria experiencia en enseñanza especial, se están perdiendo”.
Hay falta de recursos humanos para la atención de la educación especial. Con dicha modificación han desaparecido los equipos interdisciplinarios que existían –con terapeuta, sicólogo, pedagogo y trabajador social, entre otros–. Ahora los nuevos perfiles son inadecuados. Por ejemplo, actualmente hay un especialista por escuela y un supervisor para 40 planteles. Es imposible brindar atención en esas circunstancias.
Por su parte, Teresita Garduño Rubio, del Instituto de Investigaciones Pedagógicas, destacó que cada niño es diferente y que la inclusión inicia precisamente con el respeto a esa individualidad.
No obstante, añadió, la escuela busca hoy homogenizar a todos los alumnos. Los niños con alguna discapacidad no son números, sino tienen nombre y apellido. Por ello, mientras el Estado se empeñe en aplicar pruebas estandarizadas los niños con discapacidad siempre permanecerán rezagados.